Boletín UNAM-DGCS-212
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 6 de abril de 2013

 

           


ESTUDIAN ESPECIES SILVESTRES MEXICANAS, COMO ALTERNATIVAS ALIMENTICIAS

 

• Entre ellas, el pipián, capulín, cacahuanano, chupabaya, colorín y piñoncillo
• Algunas podrían constituir nuevos recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, señaló Bernardo Lucas, investigador de la FQ

Alimentos no convencionales de origen vegetal como pipián, capulín, cacahuanano, chupabaya, colorín o piñoncillo, entre otros, constituyen recursos naturales subutilizados, que pueden representar alternativas alimenticias; es necesario profundizar su evaluación bromatológica (nutrimentos) y toxicológica, señaló Bernardo Lucas Florentino, investigador de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.

Luego de realizar análisis de composición química (bromatológicos y toxicológicos) y ensayos in vitro e in vivo, el académico del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la entidad consideró que algunas de estas especies silvestres o semi-silvestres, que se consumen a nivel local en varias regiones del país, podrían constituir nuevos Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (RFAA).

Al referirse a los estudios realizados sobre la semilla de cacahuanano (Gliricidia sepium), el universitario informó que se ha logrado determinar, tras los análisis en los campos mencionados, que el aceite refinado obtenido de la fracción grasa de esta semilla de leguminosa, se puede proponer como alternativa con fines comestibles.

Otras ventajas de esta especie, todavía silvestre o en cultivo incipiente en el país, es su diseminación amplia en el territorio nacional y que tiene usos terapéuticos en la herbolaria medicinal de ciertas regiones, añadió.

El investigador detalló que existen otras especies de nuestra amplia biodiversidad vegetal, susceptibles de ser consideradas como alternativas de RFAA, aunque para ello es necesario realizar una evaluación semejante a la efectuada con el cacahuanano, pero con adecuaciones particulares al recurso en cuestión.

Por ejemplo, el piñoncillo (Jatropha curcas), recurso vegetal que hoy se plantea como fuente potencial de biodiésel; el capulín (Prunus serotina), árbol común en el territorio, presente en forma semi-silvestre, apreciado por sus frutos y semilla por su alto potencial oleaginoso, como muchas otras especies del género Prunus.

También el pipián (Cucurbita pepo) tiene semillas ampliamente utilizadas para condimentar gran variedad de platillos regionales, y posee una alta concentración de proteína y grasa, por lo que se puede considerar con potencial oleaginoso.

Otras especies de interés, agregó el académico, son la chupabaya (Mucuna argyrophylla), leguminosa interesante por el gran tamaño de su semilla que, no obstante, tiene varios factores tóxicos, por lo que es necesario su destoxificación, y el colorín (Erythrina americana), árbol perteneciente a la misma familia, cuyas semillas tienen tanto proteína y grasa en concentración significativa, que también se les consideraría con potencial oleaginoso.

Si bien las del colorín son “venenosas” por tener alta concentración de alcaloides, “hemos podido destoxificarlas y ya realizamos una evaluación con animales de granja, en específico con pollos de engorda”, indicó.

Al ofrecer la conferencia Evaluación bromatológica y toxicológica de alimentos no convencionales de origen vegetal, en el Auditorio A de la FQ, Lucas Florentino recordó que un trabajo precursor en la línea que hoy desarrolla fue Composición química de la flora silvestre mexicana y su propuesta para uso en la alimentación.

Esta investigación, refirió, fue iniciada en la década de 1980 en el Departamento de Farmacia de la Facultad de Química, por iniciativa de Francisco Giral y de Ángela Sotelo, ambos profesores eméritos de la UNAM.

El proyecto fue patrocinado por la Organización de Estados Americanos (OEA) durante varios años y con este esfuerzo se estudiaron más de 200 especies, como fuentes potenciales de nutrimentos, dentro de las que se incluyeron especies silvestres y semi-silvestres. Dentro de esta amplia investigación, Bernardo Lucas comenzó a estudiar algunas variedades sólo conocidas regionalmente.

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Fotos

Tras varios análisis, Bernardo Lucas, de la FQ, logró determinar que el aceite refinado obtenido de la fracción grasa de la semilla de cacahuanano, podría ser una alternativa con fines comestibles.