En México, 25 por ciento de la población
vive en comunidades rurales y tres millones de personas
no cuentan con energía eléctrica. Ante ello,
el académico de la FES Acatlán, Fernando González
Trejo, diseñó un prototipo de computadora
solar para introducir herramientas tecnológicas y
acercar la educación a las comunidades marginadas
del país.
“La educación es un factor de desarrollo
porque conforme se tienen necesidades se suplen con conocimiento”,
y quienes no tienen acceso a ella no conocen un mundo distinto
y no encuentran soluciones a su situación”,
sostuvo.
Con el kiosco interactivo es viable emplear el
sistema fotovoltaico para abastecer a las herramientas tecnológicas
de bajo consumo de energía, con el fin de utilizarlas
como un recurso didáctico, porque “para una
jornada escolar de cinco horas de estudio se requiere un
suministro de 900 watts”, que pueden abastecerse con
paneles solares, precisó.
Para construir este dispositivo, reutilizó
un equipo de bajas características que cuenta con
los puertos necesarios para la pantalla, el teclado, el
mouse, y tiene un consumo máximo de energía
de 145 watts. El sistema operativo empleado fue GNU Linux,
con especificaciones de Quimo para hacerlo más eficiente,
indicó.
El catedrático explicó que utilizó
un sistema fotovoltaico, debido a que en México “la
fuente más grande es la solar, pues contamos con
radiación todos los días”, y por ello,
empleó cuatro paneles de 100 watts, una batería
solar y un inversor para transformar la electricidad de
corriente directa (CC) a alterna (CA).
Este prototipo, subrayó, es competitivo
si se consumen cantidades de energía pequeñas
y se emplea en lugares remotos o de difícil acceso;
no obstante, es susceptible de perfeccionarse, sobre todo
en la optimización del consumo de energía,
en la medida que se quiera aumentar el número de
horas de uso y los periféricos de hardware.
González Trejo indicó que su propuesta
la hace en un momento de convergencia, puesto que hay equipos
que gastan menos, como las computadoras portátiles
que consumen 65 watts, “una cantidad mínima”,
y que pueden adaptarse a este sistema de panel, y ubicarse
en lugares públicos para que la gente los utilice.
Dentro de la investigación “Prototipo
de computadora solar para la integración de comunidades
marginadas (caso específico México) al uso
de las tecnologías de información como recurso
didáctico de enseñanza”, también
se adaptó un equipo portátil moderno y se
diseñó un kiosco para exteriores.
Necesidades en pueblos marginados
Desde hace 13 años, el licenciado en matemáticas
y computación se vinculó al trabajo comunitario
que le permitió constatar las necesidades que hay
en pueblos marginados de Puebla, Veracruz y Oaxaca, y lo
llevó a pensar en una solución para que en
esos lugares llegaran herramientas educativas que no requirieran
gran inversión.
De ahí su interés por las energías
renovables, principalmente la fotovoltaica, que puede emplearse
de diversas formas para beneficiar a comunidades que no
cuentan con energía eléctrica, lo que cambiaría
sus vidas. Además, en el otro extremo se atienden
preocupaciones ambientales.
“El uso de tecnología en la educación
de ninguna manera convierte el medio en elemento educador
a priori”, sin embargo su uso empieza a diversificarse
y puede utilizarse de diversas maneras, porque hay muchas
personas interesadas en ayudar a los demás.
—o0o—