Boletín UNAM-DGCS-208
Ciudad Universitaria.
20:00 hrs. 4 de abril de 2013


Daniela Arroio Sandoval

           


RINDEN HOMENAJE A RUBÉN BONIFAZ NUÑO

 

• Fue uno de los grandes humanistas de nuestro tiempo y dique ante aquellos que consideran que la vida moderna depende de la racionalidad de los mercados, y el éxito, del culto a la acumulación de bienes materiales, expresó el rector José Narro Robles

La Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Fondo de Cultura Económica (FCE), rindieron homenaje al humanista, poeta, traductor e investigador universitario, Rubén Bonifaz Nuño, fallecido el pasado 31 de enero.

En el acto, Daniela Arroio Sandoval, actriz y dramaturga, leyó el texto “Rubén Bonifaz, humanista y universitario”, del rector de la UNAM, José Narro Robles, en el que expresó que el poeta fue uno de los grandes humanistas de nuestro tiempo y dique ante aquellos que consideran que la vida moderna depende de la racionalidad de los mercados, y el éxito, del culto a la acumulación de bienes materiales.

Dedicó parte de su vida a promover las humanidades, a las que reconocía como fundamentales para la cultura nacional porque cohesionan a la sociedad, “porque dan fuerza al espíritu colectivo”, añadió.

Bonifaz –nacido en Córdoba, Veracruz, el 12 de noviembre de 1923– supo que si se descuida la cultura humanística se empobrece el pensamiento y se deterioran los valores colectivos, precisó Narro Robles.

También, tuvo claro que la sociedad necesita del cultivo de las lenguas, de la literatura, la filosofía, la poesía, la historia y de las artes en sus manifestaciones. “A partir del 31 de enero pasado, las humanidades están de luto y los universitarios hemos quedado en la orfandad”, dijo.

En la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, Tania Rosalía Saavedra, gestora intercultural, leyó “El escritor que regresa a donde dice no haber estado nunca”, de José Carreño Carlón, director del FCE, en el que externó que Bonifaz llevaba a la UNAM en su primera naturaleza, desde donde se entregó a su vocación de vida. Todos, lectores, creadores, alumnos, profesores, “nos hemos beneficiado de su destreza y sensibilidad inimitables en sus traducciones de los poetas griegos y latinos”.

En tanto, Iván Santín Hernández, filósofo y poeta, se encargó de dar lectura a “Rubén Bonifaz Nuño y la cultura nacional”, texto del presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, donde manifestó que no hay cultura sin magisterio, y el universitario “ha sido uno de nuestros grandes maestros”. Destacan sus obras de interpretación crítica relativas a la cosmogonía del mundo prehispánico, que han sido muy útiles para que los lectores de México se miren en el espejo de su historia.

De nuevo en la voz de Tania Saavedra, se leyó “Rubén Bonifaz Nuño: devoto del arte y amigo entrañable”, del escritor René Avilés Fabila, en el que expuso que el fundador del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM era incapaz de una mala acción; fue un hombre puro y justo, quien invariablemente ayudó a sus semejantes. Con sus amigos fue, incluso, tierno; con las mujeres, coqueto, y con los jóvenes, tolerante y juguetón.

En “Rubén y los clásicos”, del integrante del IIFL, Bulmaro Reyes Coria, leído por Santín, señaló que en la filología, el emérito estudió y explicó a los autores griegos y latinos con solidez y valentía, es decir, no fundado en los criterios del imperio, como él llamaba a ese fenómeno que atormenta a tantos pueblos, sino contra él mismo, empeñado en ser útil a los mexicanos, para quienes descubrió el verdadero sentido de las voces de los épicos y los líricos, que por siglos, han clamado contra la injusticia social.

Al leer “Rubén Bonifaz Nuño y la poesía”, de la autoría de Marco Antonio Campos, narrador y ensayista, Daniela Arroio refirió que para el universitario la poesía fue una vía, quizá la principal, de conocimiento del mundo. “Con base en inusitados juegos de sílabas y acentos creó en sus versos una música verbal extraordinaria que envuelve en un vértigo”.

En el recinto, las pausadas voces de Juan Gelman, Eduardo Lizalde y Vicente Quirarte permitieron oír, una vez más, al poeta. Rememoraron a los asistentes, parte de los textos La muerte del ángel (1945), El manto y la corona (1958), Tres poemas de antes (1978), Albur de amor (1987), y Calacas (2003), entre otras.

Asimismo, se proyectó un video de semblanza de Bonifaz, y el grupo La Mar, de la Escuela Nacional de Música, interpretó las piezas musicales “La Bruja” y “Caminos de Guanajuato”.

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Fotos

El grupo La Mar, de la Escuela Nacional de Música, con Vicente Quirarte, Eduardo Lizalde y Juan Gelman, en el homenaje a Rubén Bonifaz Nuño.