La escena sobre el asfalto citadino ha acentuado
en los últimos años la presencia de vehículos
particulares de mayor dimensión y complejidad, pero
también con un gasto energético mayúsculo.
Alejandra Castro González, investigadora
del Departamento de Sistemas Energéticos de la Facultad
de Ingeniería (FI) de la UNAM, explicó que
si se llena el tanque de combustible de una camioneta, sólo
el 15 por ciento de la energía de la gasolina se
destina para movilidad, el resto se derrocha en ineficiencias
del motor y el tren del mismo, lo que se convierte, gran
parte, en calor inútil.
Embarnecidos automóviles o “camiones
ligeros” se han apoderado del espacio público
en prácticamente todas las ciudades del país;
la propuesta hecha por el mercado en estos vehículos
sólo ha magnificado el exterior y no incluye, en
la mayoría de los casos, un incremento en la capacidad
de pasajeros, que como cualquier otro vehículo, ronda
la cifra de cinco a seis.
¿Qué debemos conocer sobre estos
vehículos?, cuestionó la académica
de la FI, y respondió: “en muchas ocasiones
para transportar a una persona de 70 kilogramos se mueve
una camioneta 4x4, con un peso promedio de dos toneladas,
lo que requiere una potencia de 393 caballos de fuerza hp,
(horse power) en algunas marcas, mientras que un camión
urbano de pasajeros puede necesitar en promedio sólo
200 hp”.
En la Ciudad de México, indicó Castro
González, quienes buscan un vehículo con el
mejor rendimiento de gasolina pueden adquirir aquél
que les dará, como máximo, 17 kilómetros
por litro, cifra muy superior a los tres o cinco kilómetros
por litro, y en pocas ocasiones, hasta 10 kilómetros
por litro, que rinden las camionetas en el tráfico
capitalino.
No obstante, “la tendencia en los próximos
años será semejante a la estadounidense, continuará
la renovación del parque vehicular con camionetas
de lujo que, por su tamaño, son inadecuadas para
circular en un espacio vial cada vez más restringido,
y con un alto consumo de combustible”, señaló.
Tendencia global
Contrario a lo que ocurre en las urbes mexicanas,
prosiguió, en la Unión Europea la mitad del
parque en circulación son autos compactos con nuevas
tecnologías diésel, que ofrecen rendimientos
de 40 kilómetros por litro. Mientras, en Japón,
la tercera parte de los autos tienen motores híbridos,
eléctricos y de diésel, que rinden hasta 60
kilómetros por litro.
La tendencia global hacia el alejamiento de las
camionetas, la ilustra el 38 por ciento de las ventas de
autos familiares compactos en mercados como el español,
además de que en urbes como París, los vehículos
de lujo de bajo rendimiento no pueden circular en algunas
de sus calles.
“El transporte es uno de los motores del
progreso en las urbes del mundo, pero también uno
de los grandes productores de gases de efecto invernadero
(GEI), que tienen una relación directa con el calentamiento
global del planeta, pues se estima que el sector transporte
produce 25 por ciento de las emisiones de carbono a la atmósfera,
además de 47 por ciento de los óxidos de nitrógeno;
se considera que 30 por ciento del total de la energía
consumida en el mundo se usa para el transporte”,
concluyó Castro.
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