La receta mágica que se nos ofreció,
basada en los mercados, no es la que nos puede sacar delante
de la condición de pobreza y desigualdad, estableció
el rector de la UNAM, José Narro Robles.
En la inauguración del Congreso “Pobreza
y desigualdad social: retos para la reconfiguración
de la política social”, sostuvo que se debe
replantear el modelo de desarrollo humano, social y económico,
pero no por razones ideológicas, sino porque sin
abandonar la perspectiva social, lo que se ha hecho en las
últimas décadas no ha resuelto el problema.
En el Patio Central del Palacio de Minería,
dijo que el resultado de la aplicación de los recursos
públicos no ha sido el requerido, por la dispersión
de programas, descoordinación de acciones e indebida
articulación de sectores participantes.
Además, abundó, no se ha podido llegar
a los núcleos que más requieren el apoyo alimentario;
de ahí, las cifras de miles de mexicanos que padecen,
y varios mueren, a causa de la desnutrición.
Tampoco ha habido una estrategia de empleo y desarrollo
regional, local y para el medio rural; las acciones enfocadas
desde los programas públicos para el desarrollo del
campo no han tenido el efecto debido, expuso.
Hagamos de éste un encuentro, una aportación
de la UNAM y de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS),
en particular, a las propuestas en torno al Plan Nacional
de Desarrollo, para dar solución a la pobreza y desigualdad.
En tanto, Leticia Cano Soriano, directora de la
Escuela, entidad organizadora, expresó que la realidad
nos demuestra que hay otras dimensiones de la marginación,
rostros que se deben atender y superar para trascender el
concepto tradicional que la reduce únicamente a la
falta de recursos económicos.
Tiene implicaciones severas, se manifiesta en altos
riesgos sociales, en exclusión social, en discriminación,
falta de ejercicio de derechos sociales y humanos, y en
privación de capacidades básicas, detalló.
Es indudable, continuó, que el modelo de
desarrollo económico en nuestro país ha generado
inequidad social y profundizado la brecha de la desigualdad,
porque aún más del 50 por ciento de la población
se encuentra en esas condiciones.
El combate a la pobreza extrema no ha sido, hasta
el momento, satisfactoriamente trascendente; no obstante,
han habido esfuerzos importantes para atender los rezagos
sociales. Por ello, “debemos atender las causas que
dan origen a este problema social, y no sólo los
efectos que produce”, refirió la experta.
La ENTS habrá de contribuir con las aportaciones
necesarias que permitan trazar la ruta idónea en
la búsqueda de una sociedad más justa, igualitaria
y con mejores condiciones de vida, finalizó Cano.
Asistieron María Teresa Obregón,
secretaria de la Red Nacional de Instituciones de Educación
Superior en Trabajo Social; Aída Valero Chávez,
decana del Consejo Técnico de la ENTS, y Golam Mathbor,
investigador de la Universidad de Monmouth, Estados Unidos,
entre otros.
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