• La Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia entregó 48 corderos que serán
utilizados como pie de cría para mejorar rebaños
de productores de escasos recursos en el DF
La Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia (FMVZ) de la UNAM entregó 48 corderos, resultado
del proyecto de transferencia de tecnologías reproductivas
para el mejoramiento genético de ovinos del Distrito Federal,
del Centro de Mejoramiento Genético Ovino ubicado en las
instalaciones del Centro de Enseñanza Práctica e Investigación
en Producción y Salud Animal (CEPIPSA) de esa entidad, en
Topilejo.
Productores de escasos recursos de la
Ciudad de México podrán usarlos como pie de cría
y así mejorar sus rebaños. Los 26 machos y 22 hembras
son producto de la técnica de transferencia de embriones,
realizada en el Centro de Mejoramiento Genético del lugar.
Los ovinos, de las razas Suffolk, Katahdin,
Hampshire y Charolais, superan en peso al nacimiento a los ovinos
criollos nacidos en ranchos. Según datos obtenidos con los
productores, a los 40 días de vida pesan entre 14 y 16 kilogramos,
y a los 90 días, de 22 a 25 kilogramos, en promedio.
Serán proporcionados, a través
de la Fundación Grupo PRODUCE del DF, a habitantes de Xochimilco,
Milpa Alta y Tlalpan. La UNAM donó los animales para evaluar
los parámetros productivos y reproductivos.
El proyecto contó con apoyo de
la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades
(Sederec) del gobierno del Distrito Federal, y la delegación
local de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Transferencia de embriones
Por más de 14 meses, un grupo
de estudiantes, prestadores de servicio social y tesistas de licenciatura
y posgrado, encabezados por Javier Hernández y Octavio Mejía,
de la FMVZ, trabajaron en la obtención de embriones para
su transferencia.
Para ello, fueron seleccionadas borregas
de características excepcionales que recibieron tratamiento
hormonal para inducir una superovulación. Tuvieron de dos
a tres montas por semental, en un periodo de 18 hasta 30 horas.
A los seis días, se colectaron los embriones, evaluados en
laboratorio; los de mejor calidad se preservaron o transfirieron
en estado fresco a las hembras receptoras, por laparoscopía.
Treinta días después, se realizó el diagnóstico
de gestación a través de ultrasonografía.
Con esta tecnología se espera
obtener ejemplares con mejor conversión alimenticia y mayor
rendimiento. Debido a estas características, los ovinos pueden
venderse después de cinco o seis meses, con los cuidados
de salud y alimentación de calidad necesarios.
En las etapas siguientes, el proyecto
beneficiará al mercado nacional, que depende de las importaciones
de carne de Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos en un 60 por
ciento, y detonará nuevos negocios relacionados con su crianza.
En la entrega del pie de cría, Eduardo Posadas Manzano, profesor
de la FMVZ y responsable institucional del proyecto, destacó
que la Universidad cumple con su compromiso social al apoyar a los
productores. En México, pocos estados disponen de tecnología
de mejoramiento genético en ovinos, subrayó.
Miguel Ángel Blanco Ochoa, en
representación de María Elena Trujillo, directora
de la facultad, subrayó que el proyecto conjuntó los
esfuerzos de diversas instancias, locales y federales, lo que constituye
el mejor ejemplo de las posibilidades del trabajo en equipo, en
beneficio de la sociedad.
A su vez, Javier Gutiérrez Molotla,
director técnico del CEPIPSA, subrayó que se trata
del primer paso para consolidar el área de extensión
del centro.
Rodolfo Romero Membrillo, presidente
de la Fundación Grupo PRODUCE, reconoció la importancia
y magnitud de lo logrado, que beneficiará a productores de
escasos recursos.
En su oportunidad, María de Lourdes
Sánchez, coordinadora de capacitación de la Secretaría
de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) del
gobierno capitalino, destacó que la instancia apoyará
este tipo de iniciativas.
Adriana Fabiola Sánchez Balderas,
de la Coordinadora Nacional de Fundaciones Produce (COFUPRO), aludió
a la importancia de dar seguimiento del proyecto, trabajar de cerca
con los productores y establecer alianzas estratégicas con
las instancias involucradas.
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