Con la organización del Seminario Internacional
“El Constitucionalismo contemporáneo”, la Universidad
Nacional rindió homenaje al ex rector Jorge Carpizo MacGregor.
En el acto, el rector José Narro Robles expuso que
el homenajeado fue un modelo de universitario, defensor incansable
de los derechos humanos, motor de aventuras intelectuales, precursor
de la justicia e impulsor de jóvenes talentosos que le seguían
en el aula y en su cubículo.
En el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro
Cultural Universitario, dijo que Carpizo fue muestra de la inteligencia,
el estudio y la dedicación, de la congruencia y la consistencia,
de la actitud de servicio y del compromiso con la sociedad. “Su
vida y carrera como servidor público y universitario dejaron
huella de su apego a los valores laicos, la honestidad, la lealtad,
la solidaridad y el cumplimiento de la responsabilidad adquirida.
Se trata de una vida de servicio a los demás”.
La UNAM fue una de sus más grandes pasiones. “Aquí
se formó, aquí se transformó; de estudiante
pasó a estudioso. En la Universidad que tanto adoraba, Jorge
Carpizo maduró y aportó, estudió toda la vida
y enseñó una buena parte de la misma; investigó
y reflexionó sobre los asuntos que agobian a nuestra sociedad”.
También produjo una obra escrita de calidad y utilidad.
Siempre directo y sin demasías, claro y contundente, rechazaba
al hablar y al escribir, la superficialidad o el discurso artificioso.
Lo que tenía que decir lo expresaba con fuerza y después
de haberlo meditado. Hoy, en este Seminario participan varios de
los colegas más queridos y respetados de este campechano
singular, acotó Narro Robles.
Carlos Carpizo, hermano del ex rector, agradeció
a nombre de su familia, el apoyo y amistad recibidos “en el
difícil proceso de adaptarnos a vivir sin la presencia física
de nuestro queridísimo e inolvidable Jorge”.
A casi 100 años de la promulgación de la
Constitución de 1917, recordó, continúa la
polémica entre quienes sostienen la tesis de que debe crearse
una nueva, y quienes opinan que sólo deben realizarse reformas.
Al citar a quien fue secretario de Gobernación y procurador
General de la República, señaló que el documento
amerita algunas reformas de fondo para resolver varios de los problemas
que aquejan al país, pero “estoy en contra de que se
pudiera crear una nueva”; se trataba, para él, de una
Carta Magna que no ha caducado.
Diego Valadés Ríos, presidente del Instituto
Iberoamericano de Derecho Constitucional, expresó que se
requiere una Constitución no sólo reformada, sino
reformadora. La de hoy no es la de 1917, pues de los 136 artículos
que la componen, sólo 22 no han sido modificados; es decir,
el 16 por ciento del articulado, o tres por ciento de la extensión
total del texto vigente.
Es momento de analizar qué se quiere hacer con ella.
“Lo prioritario es reformarla en lo conducente al régimen
de gobierno; la actual configuración del poder mantiene al
país en condiciones precarias e imposibilita los llamados
cambios estructurales requeridos por nuestro aparato productivo”.
En tanto, el secretario del Trabajo y Previsión
Social, Alfonso Navarrete Prida, indicó que por el momento
que atraviesa el país, se requiere nutrirse de la inteligencia
de Carpizo, su pensamiento claro, imaginación para encontrar
soluciones a problemas complejos, la verticalidad de su actuar y
su enorme compromiso con México.
Al acto asistieron los ex rectores Juan Ramón de
la Fuente, Guillermo Soberón y José Sarukhán;
René Millán Valenzuela y Alfredo Adam Adam, presidentes
en turno de la Junta de Gobierno y del Patronato Universitario,
respectivamente; Eduardo Bárzana, secretario General de esta
casa de estudios, y Luis Raúl González Pérez,
abogado General.
Además, se proyectó el video de semblanza
de Jorge Carpizo, y se interpretaron las piezas Solamente una
vez y Sorpresa, a cargo del ensamble Voz Adentro.
Asimismo, se guardó un minuto de silencio en memoria del
recientemente fallecido Rubén Bonifaz Nuño.
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