El éxito de un pozo con agua explotable a dos mil
metros de profundidad en la delegación Iztapalapa de la Ciudad
de México es relevante, pero son necesarios más estudios
y perforaciones exploratorias adicionales para evaluar las características
del acuífero y planear su uso sustentable, estableció
Eric Morales Casique, investigador del Instituto de Geología
(IGL) de la UNAM.
Aún es necesaria mayor información para conocer
las propiedades hidráulicas del acuífero, su extensión
y relación con las formaciones geológicas que lo rodean,
así como la cantidad y ubicación de sus zonas de recarga.
Una vez que se cuente con estos datos será posible
evaluar si la explotación intensa causaría efectos
en el acuífero superior, actualmente en explotación
(de cero a 400 metros de profundidad aproximada), y si se determina
que estos efectos son significativos, en qué lapso de tiempo
ocurrirían. Esta información permitirá planear
un uso sustentable, añadió.
Potencialmente explotable
La perforación del pozo estuvo a cargo del Sistema
de Aguas de la Ciudad de México, del gobierno capitalino,
y contó con la autorización y colaboración
de la Comisión Nacional del Agua, a nivel federal.
La excavación comenzó en junio de 2011, y
en ella participaron, además de las instancias gubernamentales,
cuatro especialistas del IGL, entre ellos Morales Casique y Óscar
Escolero Fuentes.
“Existe un convenio firmado entre el Instituto de
Geología y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México,
específicamente para este proyecto que acaba de concluir.
Estamos en pláticas para reanudar este año el acuerdo
y avanzar en las investigaciones con una nueva exploración”,
detalló Escolero Fuentes.
En esta primera etapa, los científicos del IGL han
colaborado activamente con el gobierno del DF en el análisis
de los datos obtenidos y en la realización de pruebas hidráulicas,
mismas que confirmaron la producción en este pozo de un caudal
económicamente explotable.
Aproximadamente, de mil 500 a dos mil metros de profundidad
se encontraron condiciones hidrogeológicas favorables para
la producción del agua, aunque la zona de captación
del pozo va de mil 140, a dos mil metros.
“Falta saber si se trata de agua antigua, acumulada
desde hace muchos años; rastrear de dónde viene y
establecer las conexiones con otros acuíferos del Valle de
México”, precisó Escolero Fuentes.
“También se requiere información para
planear una explotación sustentable, y saber si hay posibilidades
de riesgo por hundimiento debido a efectos en el acuífero
superior”, añadió Morales Casique que, en principio,
consideró que por la profundidad y las características
de las rocas intermedias, el impacto en ese sentido podría
ser mínimo.
Los investigadores del IGL buscaban rocas calizas al relacionarse
con este proyecto de excavación, pues históricamente
se sabe que bajo el Valle de México existe ese tipo de material,
que puede contener agua en cantidades importantes.
“Nuestro objetivo original era localizarlas. Se pensaba
que estaban a mil 600 metros de profundidad, por eso se programó
la excavación del pozo a dos mil metros, pero nunca llegamos
a ellas; encontramos otro tipo de rocas volcánicas que están
entre mil 500 y dos mil metros, que aportan esta agua. Es importante
continuar la investigación y encontrar las calizas”,
señaló Escolero Fuentes.
En sus laboratorios de la UNAM, los científicos
realizan varios estudios que van, más allá de la búsqueda
del recurso, a rastrear la historia geológica del Valle de
México. “Algunos trabajos se hacen in situ. Durante
la perforación se mide el material para saber la densidad,
viscosidad y temperatura de ese lodo que sale, cuyas características
cambian conforme sale de zonas más profundas”, explicó.
Después, las muestras del material recortado se
llevan al IGL para analizar de qué tipo es, su edad y composición
mineralógica, y correlacionarlo con la historia geológica
del Valle de México. Además, se analizan las características
químicas del agua extraída para conocer sus características
químicas e intentar medir su edad, saber si es reciente o
antigua, y ubicar la zona de recarga.
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