Boletín UNAM-DGCS-029
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 15 de enero de 2013


Hernán Salas Quintanal

           


UNIVERSITARIO RECIBE EL PREMIO FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN 2012


• Con el estudio El río Nazas. Historia de un patrimonio lagunero, Hernán Salas Quintanal, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, se hizo merecedor de la distinción otorgada por el INAH, al mejor trabajo en antropología social

Por las aportaciones y calidad de su trabajo El río Nazas. Historia de un patrimonio lagunero, Hernán Salas Quintanal, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, obtuvo el Premio Fray Bernardino de Sahagún, otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) al mejor trabajo en antropología social.

“El conflicto en la comarca lagunera (zona formada por algunos municipios de Coahuila y la ciudad de Torreón, en esa entidad, y Gómez Palacio y Lerdo, en Durango) se debe a la sequía y el deterioro ambiental que afecta a locales y campesinos de los alrededores”, indicó.

En la región, abundó, se observan tres procesos: una relación socioeconómica diferenciada; una relación peculiar entre sociedad y naturaleza (la población usa los recursos naturales con imaginación e ingeniería para elevar la productividad), y un vínculo único entre lo rural y lo urbano, porque se mezclan actividades agropecuarias y ganaderas con minería e industria.

De este modo, se conjuntan distintos modelos productivos que generan problemas ecológicos y sociales como desigualdad, desempleo, pobreza, recursos humanos desperdiciados y migración, entre otros, refirió.

Una de las propuestas es rescatar la vida del río Nazas, pero no sólo la natural, sino la comunitaria y económica, así como alcanzar mejores niveles de justicia social, equidad y bienestar para la población.

“En la región hay ambientalistas, integrantes de la sociedad civil y académicos que trabajan para fortalecer una educación ecológica, porque la gente cree que el río es simplemente un caudal, pero en realidad es algo muy complejo que nace en la sierra, atraviesa varios poblados y llega a la comarca”.

“Hemos trabajado con niños para enseñarles la historia del afluente; se les explica por qué no ven circular líquido en la superficie, se les hace ver que hay una correspondencia entre el comportamiento social y uso de los recursos naturales y que éstos deben permitir que la población viva mejor. A eso le llamamos cultura del agua y su uso social”, dijo.

Otra propuesta es constituir redes de investigación e intervención. De hecho, existen varios conglomerados en los que participan gobierno, sociedad civil y academia, con el propósito de salvar el patrimonio natural, social y cultural que vive en la memoria de los habitantes de la región, apuntó el coordinador del Seminario Permanente Antropología y Nuevas Ruralidades.

“Lo social no está separado de la naturaleza, porque la cultura tiene que ver con cómo la sociedad se apropia de los recursos naturales y los utiliza para beneficio propio o para generar problemas de contaminación, sequía o socioeconómicos”, añadió.

El premio

El galardón, consistente en un diploma y un estímulo económico, fue entregado en el marco de la ceremonia de los Premios INAH 2012, en el Castillo de Chapultepec.

“Esta distinción es una de las más importantes en nuestra disciplina y significa una responsabilidad no sólo como investigador sino como docente. Al ser reconocido por su trabajo es necesario devolver este conocimiento a los demás y, en este caso, hablo tanto de la gente de la región como de los estudiantes universitarios”.

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Fotos

Hernán Salas Quintanal, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM