Boletín UNAM-DGCS-008
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 4 de enero de 2013


Sirio Anel Orozco

           


ESTUDIAN EN LA UNAM BIOPELÍCULAS CON APLICACIONES MÉDICAS


• Formadas por bacterias para resistir en medios extremos, serían útiles para crear piel artificial, o prevenir la formación de biopelículas alrededor de aparatos quirúrgicos como los marcapasos, indicó Sirio Anel Orozco, del IF de la UNAM

Al estudiar movimientos colectivos de bacterias como Escherichia coli, con el objetivo de analizar cómo se organizan y forman biopelículas para resistir en medios extremos, Sirio Anel Orozco Fuentes, estudiante del posgrado en Ciencias Físicas de la UNAM, descubrió que ciertas células favorecen la formación de colonias más ordenadas.

De acuerdo con su trabajo Orden y desorden en sistemas de partículas elongadas activas: Aplicaciones a colonias de bacterias, desarrollado para obtener el doctorado en el Instituto de Física (IF) de esta casa de estudios, entender la forma en que estos elementos crecen y se organizan podría tener aplicaciones útiles en medicina, como la creación de piel de manera artificial, o prevenir la formación de biopelículas alrededor de aparatos quirúrgicos como los marcapasos, que disminuyen su tiempo de vida.

Aplicaciones relevantes

Orozco Fuentes definió una biopelícula como el conjunto de células asociado a una superficie, como el caso de la placa dental. Las bacterias se organizan en colonias para superar problemas en su medio, como la escasez de nutrientes. Con la excreción de desechos, se crean estructuras tridimensionales, lo que les permite vivir en condiciones adversas, detalló.

Estos sistemas tienen aplicaciones en medicina, por ejemplo, en la formación de piel. Se busca que las células se organicen en capas bidimensionales, algo complicado a escala experimental; no obstante, el conocimiento generado podría utilizarse en este campo, aseguró.

También podrían beneficiarse personas con marcapasos. Al instalarse el dispositivo, de inmediato las células forman un recubrimiento, lo que obliga a cambiarlo cada 20 años, en promedio. Al comprender su funcionamiento, se garantizaría un mayor tiempo de vida del aparato.

Caos y orden

Las bacterias pueden encontrarse en cualquier lugar de nuestro planeta, desde la placa dental, donde habitan de 200 a 300 especies de estos microorganismos, hasta medios extremos, como cráteres de volcanes, con más de 95 grados de temperatura, o en las profundidades del océano, donde sus colonias logran destruir el casco de un barco, como ocurrió con el del Titanic, en tan sólo tres décadas, señaló.

Con este antecedente, bajo la tutela de Denis Pierre Boyer, utilizó técnicas de dinámica molecular suave y modelos del comportamiento de las bacterias, para estudiar movimientos colectivos de los microorganismos, fenómenos que pueden observarse en la naturaleza, en cardúmenes de peces o parvadas de aves.

La universitaria refirió que también se ha descrito en células epiteliales del hígado. Al aumentar en número, se organizan y se dirigen en una sola dirección; si son pocas, los sistemas formados se mueven aleatoriamente.

Respecto a las bacterias, indicó que este movimiento puede verse en Escherichia coli, una de las 600 especies de estos microorganismos que habitan en el intestino humano. Se mueven en un espacio bidimensional, entre una interfase de agua y otra de aire. Conforme se reproducen, crean vórtices.

Las interacciones locales tienen un comportamiento colectivo, para formar complejos ordenados. Estudiamos un sistema biológico basado en el autoensamblaje, con herramientas computacionales, para comprender la forma de las células en la organización local y la dinámica colectiva, explicó.

En su estado inicial, la simulación en dos dimensiones contiene unas cuantas células dentro de un canal; al aumentar su cantidad y alcanzar cierta longitud, se dividen. Además, los organismos pueden adelgazar y permitir que un mayor número logre integrarse.

A futuro, la investigación está orientada a inducir desorden en los sistemas, para analizar su respuesta; además, a ampliar ese canal, o introducir células que no se dividan o que crezcan demasiado, para modelar organismos enfermos y facilitar el movimiento de las células por sí mismas.

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Fotos

Sirio Anel Orozco, estudiante del Posgrado en Ciencias Físicas de la UNAM.