Con sólo presionar un botón en la computadora,
casi automáticamente se puede predecir cómo se desarrollará
la incidencia delictiva (el número esperado de delitos,
junto con sus bandas de confianza) en la Ciudad de México,
con un software desarrollado en la UNAM.
A solicitud de la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal (PGJDF), mediante un convenio con la UNAM,
el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas
y en Sistemas (IIMAS) diseñó un modelo de prospectiva
para el análisis, validación y predicción
de delitos de alto impacto, informó Mogens Bladt Petersen,
del Departamento de Probabilidad y Estadística de la entidad
universitaria.
Su construcción y aplicación comprendió
tres ejes de acción: el análisis técnico,
diseño y selección del modelo predictivo; el desarrollo
del software de aplicación prospectiva del Sistema
Único de Información Delictiva del DF, y la capacitación
especializada a personal de la Dirección General de Política
y Estadística Criminal (DGPEC) de la PGJDF.
Con el software, elaborado en el Departamento
de Probabilidad y Estadística, se pueden desplegar escenarios,
tendencias y pronósticos.
Al presionar un botón, explicó Bladt Petersen,
se permite analizar series de tiempo (datos estadísticos
registrados en intervalos regulares) y generar automáticamente
un reporte (textos y gráficas), pero con la opción
de entrar a un análisis manual, si el automático
no lo hace bien.
Consiste en un paquete estadístico (es un lenguaje
de programación con un código complejo para el análisis),
que se alimenta con información de delitos de alto impacto
ocurridos del año 2000 a la fecha.
La información sobre incidencia delictiva es proporcionada
al IIMAS por la DGPEC. Comprende el registro mensual de 17 delitos
del fuero común: homicidio doloso, violación, secuestro
y diferentes tipos de robo (a transeúnte, cuenta-habiente
al salir de cajero o banco, casa habitación, transportista,
pasajero del Metro, repartidor, en microbús, negocio, pasajero
en taxi, con y sin violencia), así como lesiones dolosas
por disparo de arma de fuego, entre otros.
Para cada violación se diseñó un
modelo específico, que permite la detección de tres
componentes principales: tendencias, ciclos, y dependencias estocásticas,
para proponer una relación funcional adecuada.
Eso involucra un análisis de diversas tendencias,
condiciones estadísticas y correlaciones de datos, con
el uso de modelos matemáticos llamados ARMA y ARIMA. El
objetivo, señaló el universitario, “es predecir
cómo se desarrollará este tipo de delitos para el
siguiente año”.
Predecir “no es hacer una simulación de
un escenario futuro, pero sí es una dirección en
la que van los datos”, aclaró. Su probabilidad es
de 95 por ciento, pues el pronóstico se genera en una banda
o intervalo de confianza; es decir, entre “un par de números
entre los que se estima que estará cierta variable desconocida,
con una probabilidad de acierto”.
Según el modelo, indicó el especialista,
la incidencia delictiva en lo general se ha mantenido en la Ciudad
de México, pero todavía puede aumentar o bajar,
pues “el rango de confianza (en el que disminuye y vuelve
a subir) es amplio”.
Robo a casa habitación, por ejemplo, “se
estabilizó un poco” en 78 mensuales. Robo a repartidores
(290) y transportistas (28), “más o menos estables,
ya no decrecientes”.
Algunos son completamente constantes, como el secuestro.
El valor esperado es de nueve al mes. El homicidio no varía
mucho: 65 mensuales. En robo a casas-habitación, la predicción
es de 65. Robo en Metro, bastante constante: 33.
Son los datos que me proporcionan, los reportados. Algunas
personas no quieren denunciar, porque implica 10 horas más
para hacer los trámites. Eso significa que hay pocas cosas
de valor que se roban, por ejemplo, en el Metro; aceptan el robo
y ya, explicó.
Al continuar, indicó que los asaltos a cuenta-habientes
al salir del banco o del cajero, fueron de hasta 140 mensuales
en 2005, luego bajó a 110, y ahora está en “alrededor
de 90”.
De secuestro sólo hay datos desde 2004, año
que empezaron en 12, hasta llegar a 20 en diciembre de 2007 (el
periodo más alto), y bajar a nueve a partir de 2009.
Robo a vehículos: cuatro mil mensuales en 2000,
pero ha ido a la baja: en 2005, entre dos mil 200 y dos mil 300,
con fluctuaciones hasta estabilizarse en mil 500, en 2012.
Estos y más informes sobre incidencia de delitos
contiene el reporte de aplicación del modelo que el IIMAS
y la PGJDF publican cada tres meses en el libro Modelo de
prospectiva de la incidencia delictiva en la Ciudad de México.
Con este tipo de proyectos, prosiguió Bladt Petersen,
se busca generar nuevos esquemas de medición del fenómeno,
para analizarlos en primera instancia y, eventualmente, contribuir
a reducirlo en la capital del país.
Sirven también para saber “si los datos
van según la predicción”, así como
para medir el impacto de algún programa. Si hay un cambio
en el comportamiento, si se sale de las bandas de confianza, si
la incidencia subió; en cambio, si bajó quizá
se deba a alguna medida implantada, como sucedió con la
de Taxi Seguro.
Asimismo, tiene utilidad en la asignación profesional
del presupuesto, pues según la incidencia, se puede determinar
el número de patrullas o policías.
Para implementar otras medidas de seguridad, acotó,
se requieren modelos más avanzados, en tiempo real y con
georeferencia. Son sistemas que generan automáticamente
información que se puede “ver con un mapeo de la
urbe en tiempo real, donde ocurren las cosas”.