Los residuos forestales, agropecuarios, industriales,
animales e, incluso, humanos, son fuente inagotable de biogás.
Los desperdicios sólidos y líquidos se resisten
a su nombre y aún tienen una misión al ser tratados
con reactores anaerobios, con lo que emulan lo que sucede comúnmente
en la naturaleza: producir metano y generar diversos tipos de
energía.
“La degradación anaerobia se puede realizar
tanto de los desechos líquidos, como de los sólidos.
En los primeros, hay un gran potencial en México, pues
se generan 82 mil litros por segundo de aguas residuales, que
pueden ser tratadas mediante este sistema y producir biogás
para ser utilizado como energía térmica (gas doméstico),
o eléctrica”, explicó Alejandra Castro González,
del Departamento de Sistemas Energéticos de la Facultad
de Ingeniería (FI) de la UNAM.
Otro de los recursos viables son los sólidos,
ubicados en los rellenos sanitarios, donde actualmente se aprovecha
sólo el 2.4 por ciento del biogás potencial, añadió.
“Tenemos potencial para producir, aproximadamente,
400 megawatts con 100 mil toneladas de basura diarias. Eso es
lo que se genera de desperdicio en la República Mexicana,
que no se aprovecha”, precisó.
De una tonelada de materia orgánica pueden obtenerse
de 120 a 300 metros cúbicos de metano, compuesto en un
60 u 80 por ciento de biogás. Incluso, nosotros generamos
nuestro propio biogás, al comer y digerir obtenemos 1.5
litros diariamente, dijo.
Reactor anaerobio
Puede conseguirse de fuentes variadas, principalmente
de origen natural. Los reactores fueron creados al imitar el proceso
que ocurre en la naturaleza; los inventores los tomaron y replicaron
en el laboratorio para simular lo que sucede naturalmente, explicó
la académica de la FI.
Por ejemplo, el cerdo y los pantanos cuentan con un sistema
de degradación anaerobia habitual, motivados por un consorcio
microbiano que son los alimentos de las siguientes bacterias,
y así sucesivamente, hasta la producción del metano
como elemento final, abundó.
Castro González precisó que en nuestro
país existen cinco millones de granjas y más de
18 millones de cerdos, que podrían ser integrados a mecanismos
de desarrollo limpio y generación del compuesto.
Si se destaza uno de esos animales se utilizan 500 litros
de agua; en un rastro con normatividad se sacrifican aproximadamente
dos mil al día. Entonces, “hay que imaginar la carga
orgánica de esas aguas residuales, porque contiene sangre
y es sumamente contaminante; además, los desechos sólidos,
es decir, las vísceras que no son comestibles, son descargadas
a terrenos, donde se genera la composta por sí misma, pero
son fuente de contaminación”, indicó.
Ante ello, la universitaria fundamentó la necesidad
de alentar la instalación de reactores anaerobios en México.
“En menos de cuatro años se tendría la inversión
recuperada, y lo demás serían ganancias. Además
tenemos que hacer ajustes en la red eléctrica para incorporar
nuevas tecnologías y hacer óptimo el almacenamiento
de energía por biogás. Urge ajustar las renovables
a patrones de distribución, puntualizó.
Los escandinavos, añadió, apuestan para,
en un plazo de cinco años, generar toda su energía
a partir de renovables. “En Alemania llevan basura de países
del tercer mundo para producir su propia energía eléctrica,
y nosotros, que tenemos de sobra, no la hemos sabido emplear”,
finalizó.