Boletín UNAM-DGCS-004
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 2 de enero de 2013


Silke Cram

           


ELABORA UNAM GUÍA PARA IDENTIFICAR SITIOS SENSIBLES A DERRAMES DE HIDROCARBUROS POR DUCTOS


• Encabeza el proyecto Silke Cram, del Instituto de Geografía, en colaboración con el Instituto Nacional de Ecología
• Si se sabe que existe un geosistema sensible, donde puede haber mayor afectación o dispersión, se puede prevenir con unidades de limpieza suficientes, rutas de evacuación, o evitar construir instalaciones petroleras

El Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM elabora una “Guía para la aplicación de la metodología para identificar sitios ambientalmente sensibles a los efectos de derrames de hidrocarburos”, que sirva para realizar este tipo de estudios en el territorio nacional.

El grupo de científicos, encabezado por Silke Cram, del Departamento de Geografía Física del IGg, colabora en este proyecto con el Instituto Nacional de Ecología (INE).

La experta señaló que la identificación de sitios vulnerables ante determinadas amenazas debería existir para toda la República. En este caso, “lo que analizamos se relaciona con Petróleos Mexicanos, sus instalaciones, y los efectos que puede tener en los geosistemas y poblaciones humanas”.

Debido a que la paraestatal no está presente en todo el país, hay sitios prioritarios como Coatzacoalcos, uno de los que tienen mayor cantidad de ductos; de igual manera, algunas zonas de Veracruz, Tabasco y Tamaulipas, es decir, la costa del Golfo de México. También, de Veracruz al DF, en el cruce por Poza Rica, Puebla o Hidalgo, hay un corredor importante de ductos.

Se deben identificar las unidades de terreno vulnerables para tomar precauciones, sostuvo Cram. Si se sabe que hay un geosistema sensible, donde puede haber mayor afectación o dispersión del hidrocarburo, entonces se puede prevenir con unidades de limpieza suficientes o rutas de evacuación, o mejor aún, evitar construir instalaciones petroleras.

El INE estaba interesado en el proceso ante derrames que pudieran generar un daño más severo o, por sus características, registrar mayor dispersión, y afectar un área más grande.

En el IGg se conformó un equipo multidisciplinario para evaluar un componente principal del riesgo, que es la vulnerabilidad del sistema, el ambiente y la población; la amenaza, es decir, la presencia de ductos, se dejó un poco de lado porque falta información.

Pemex representa una de las industrias más importantes del país. No existen datos cuantitativos de los derrames que se producen, “pero si revisamos los periódicos podemos identificar que ocurren en muchas líneas”.

Si a eso se suma la presencia de talleres mecánicos, donde se labora con diésel, gasolina y otros derivados, se puede decir que la contaminación por esta causa existe, “pero no se ha hecho un análisis de qué tan grave es”.

Los universitarios primero trabajaron en Veracruz. Se generó el “Atlas regional de impactos derivados de las actividades petroleras en Coatzacoalcos”. El resultado final son mapas, que incluyen varios municipios, donde se establecen diferentes escenarios de vulnerabilidad.

Ahí se identificaron geosistemas o territorios con características homogéneas; el siguiente paso fue discutir las variables a considerar: permeabilidad del terreno y pendientes, entre otras.

Se empleó un método de integración, un análisis multicriterio para examinar esos geosistemas, y definir los más y los menos vulnerables. Así se obtienen los mapas. Mientras más conservado un geosistema, es más frágil; “queremos proteger lo que aún queda, pero también a las personas, su integridad y sus bienes”.

Por ejemplo, en Coatzacoalcos una de las zonas más sensibles es la superficie que tiene agua, “el río tiene una planicie de inundación normal, que en época de lluvias se expande muchos kilómetros. La variación estacional determina la distribución del recurso en distintas zonas”.

Si hay líquido en la superficie y se derrama el crudo, hay mayor dispersión; en cambio, en época de secas, si el nivel del manto freático está por debajo del suelo, el crudo entra en contacto con el suelo, y según la permeabilidad, puede penetrar y embeberse.

Silke Cram explicó que la metodología ya fue presentada a expertos de instancias como la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, y Pemex, en un taller realizado recientemente.

Se hizo para saber si eran entendibles y aplicables los procedimientos, la parte teórica en la que se basa, y para hacer ajustes a la metodología, si era necesario. La meta es obtener un texto fácil de seguir, aunque en ningún caso se puede obviar la participación de los expertos. “Quienes la apliquen deberán ser grupos multidisciplinarios. Si hay cierto interés entre la población, se les puede brindar un diplomado de capacitación”.

La publicación de la Guía, seguramente ilustrada con ejemplos de Poza Rica, podría ser en 2013, de utilidad no sólo para los interesados en investigación en otra parte del territorio, sino para la empresa petrolera, finalizó.

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Fotos

Silke Cram, del Departamento de Geografía Física del Instituto de Geografía de la UNAM.

El IGg elabora la “Guía para la aplicación de la metodología para identificar sitios ambientalmente sensibles a los efectos de derrames de hidrocarburos”, que sirva para realizar este tipo de estudios en el territorio nacional.