El Programa Universitario México Nación
Multicultural (PUMC), creado en 2004 bajo los lineamientos de
la legislación universitaria y la reforma constitucional,
que promueven condiciones para el desarrollo de una sociedad multicultural
y pluriétnica, desarrolla una actividad académica
en consolidación.
De acuerdo con José del Val Blanco, etnólogo
y director del Programa, una primera cuestión a resolver
fue la manera como debía desarrollarse la investigación.
Se partió de un diagnóstico planteado por los grupos
indígenas, según sus necesidades en determinados
temas, como el tipo de relación que debería darse
entre universidades públicas, como la UNAM, y los pueblos
originarios.
Una de las líneas estratégicas es “Docencia
y la formación profesional”, que incluye el sistema
de becas para miembros de los pueblos –las más altas
a nivel licenciatura en esta casa de estudios–, que tiene
un proceso de acompañamiento permanente para que los beneficiarios
tengan contacto con su tutor dos o tres veces al mes, lo que permite
que su estancia en la Universidad se convierta en un éxito.
Hasta ahora, se han titulado 112 alumnos.
El propósito fundamental, dijo, es colaborar en
la construcción de una masa crítica de profesionistas,
que tomen la voz de sus pueblos, y en otras partes del continente
americano. “Queremos que hablen ellos”, pues para
referirse a sus lugares siempre se busca a los antropólogos
e investigadores.
Se tenía la idea de que si un miembro de un pueblo
de México se formaba en la universidad, perdía su
identidad; “eso es un mito, la identidad está constituida
con el ser. El tojolabal o el ñañú lo van
a ser toda su vida, la identidad no se pierde, por el contrario,
se consolida”, consideró.
Desde la perspectiva del antropólogo, el Programa
ha cumplido en ese campo. “Ahora cuenta con 550 becas, pero
me gustaría que avanzáramos más rápido,
con mil 500 subvenciones todos los años, y permanentes”,
planteó.
Para hacer que en la UNAM se empezara a discutir la construcción
de la multiculturalidad en todas las áreas de la formación
profesional, el PUMC -especializado en cuestiones relativas a
la diversidad cultural, la multiculturalidad, la interculturalidad
y sus patrimonios en las sociedades contemporáneas- diseñó
la materia México Nación Multicultural, única
y transversal en los planes de estudios de 14 facultades, dos
Colegios de Ciencias y Humanidades, y emitida por teleconferencia
a varias universidades como la de Santo Domingo, en República
Dominicana.
Su impacto es importante, porque muestra “las diversas
implicaciones en las que se ven inmersos los arquitectos, trabajadores
sociales, biólogos, químicos o matemáticos,
entre otros”, pues en cada una de las especialidades existen
implicaciones por la condición multicultural.
Respecto de la producción de textos, el objetivo
es que ayuden a plantear la problemática de la identidad.
La colección del Programa Universitario México Nación
Multicultural cuenta con más de 30. No publican investigaciones
ajenas, sino textos que se solicitan ex profeso. En la
medida en que se requiera uno adecuado, se solicita a un investigador.
También alienta la publicación de la serie
Voces Indígenas. “La idea es que en estos
escritos se lean directamente los planteamientos de los miembros
de las comunidades”. Autores como Floriberto Díaz
y Nina Pacari se encuentran en proceso; trabajos de Myrna Cunningham,
quien recibió el grado de doctor honoris causa
por la UNAM; de Otilia Lux de Cotí, ex ministra de Cultura
de Guatemala, y de Tarcila Rivera Zea, líder indígena
peruana.
Otra colección es Los mexicanos que nos dio
el mundo. “Rompemos con esa idea maniquea, de que en
el país sólo hay indios y mestizos; hay un conjunto
de pueblos diversos”, de manera que nuestra condición
no puede ser indio-mestiza. “Además, mestizo es una
categoría racial”.
Todos somos mexicanos, pero tenemos un conjunto múltiple
de identidades; es necesario abrir ese abanico de comprensión
de la realidad para empezar a ver qué implicaciones tiene
la construcción de México, concluyó Del Val.