Para detectar y atender oportunamente padecimientos visuales,
es necesario que los niños, desde el primer año
de edad, acudan a revisión especializada. A partir de los
cuatro, requieren evaluaciones específicas, entre ellas,
de percepción visual.
Las dificultades de aprendizaje se vinculan a la salud
en este ámbito. Por ello, se requieren diversas pruebas
en tres áreas específicas, explicó Martha
Uribe García, jefa de la carrera de Optometría de
la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM.
La primera, es la refracción y agudeza; la segunda,
la de eficiencia, que se refiere a la evaluación de la
visión binocular, y la tercera, es la de procesamiento
y análisis, que mide las habilidades visual-cognitivas
utilizadas para extraer y organizar información del medio
ambiente e integrarlas con otras modalidades y funciones cognitivas
mayores; esta última se divide en pruebas que miden el
área espacial, la de análisis y la integración
visual-motora.
Así, se puede identificar si la disminución
de las habilidades es la causa de un bajo desempeño escolar.
Estas evaluaciones no tienen una aplicación generalizada,
lo que refleja la necesidad de trabajar en el área respectiva,
en el campo de la optometría.
Una percepción baja complica la práctica
de actividades deportivas y rítmicas, los pequeños
tienen mala coordinación y balance, confunden letras y
números, mantienen la atención por periodos cortos,
y son hiperactivos o hipoactivos.
Si tienen dificultades para seguir instrucciones relacionadas
con la identificación de lado izquierdo o derecho, o deben
esforzarse para botar o atrapar una pelota, tienen problemas en
el área espacial y en la integración visual-motora,
ejemplificó.
Las pruebas
La experta informó que en la Clínica Universitaria
de Salud Integral de la FES Iztacala se trabaja, en conjunto con
el área de psicología, en el diseño de programas
especiales.
En general, la evaluación de la percepción
o procesamiento visual en menores, a partir de los cuatro años
de edad, consiste en 27 pruebas, de las que sólo se aplican
las más acordes a sus características. En una de
ellas se muestran tarjetas con imágenes de diversos objetos
divididos en varias partes, como un rompecabezas, a fin de evaluar
la capacidad del infante para integrar las piezas mentalmente.
Al enseñarle una lámina con un pez cortada
en dos, se le pregunta qué figura se forma a partir de
las mitades. De acuerdo a su edad y a los errores registrados,
se determina el avance de esta habilidad, explicó.
Para establecer el nivel de memoria visual, se utilizan
imágenes de figuras ordenadas horizontalmente en una carpeta.
En la primera hoja, se muestran dos al niño durante un
minuto; posteriormente, se le expone otra lámina, con diversas
ilustraciones, para solicitarle que elija la que acaba de ser
mostrada, precisó.
Visión binocular
En la consulta también se mide la visión
binocular de los pequeños, que consiste en la integración
de las imágenes que se forman en los ojos y su procesamiento
en el cerebro. Si existen problemas y no reciben atención,
se realizan esfuerzos visuales, lo que altera tal condición.
Es poco examinado y diagnosticado, subrayó.
Además, estas pruebas miden habilidades como la
estereopsis, o vista en profundidad, que permite ver todo lo que
nos rodea en tres dimensiones, y no en dos, como una fotografía.
Al evaluarla, es factible determinar si el niño tiene una
visión binocular adecuada.
Otra habilidad revisada es la acomodación, es
decir, si enfoca los objetos que ve a diferentes distancias. Sin
la corrección adecuada o por no utilizar anteojos, esta
condición también puede alterarse. Por ejemplo,
al leer o trabajar en la computadora y cambiar el punto de fijación
de los ojos a visión lejana, tardan en enfocar, por lo
que ven borroso. Al regresar la vista a un objeto cercano, se
repite el problema, expuso.
Uribe García señaló que después
de diagnosticar los problemas de percepción, visión
binocular y refractivos, a cada infante se le brinda entrenamiento,
consistente en ejercicios para desarrollar o mejorar las habilidades
disminuidas. A la par, se requiere del apoyo de los profesores
para evaluar la mejoría, que se ve reflejada en su desempeño
escolar, concluyó.