Boletín UNAM-DGCS-781
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 20 de diciembre de 2012


Martha Uribe García

           


PROPONEN INVESTIGADORES DE LA FES IZTACALA EVALUACIONES ESPECÍFICAS DE SALUD VISUAL EN NIÑOS


• Las dificultades de aprendizaje se vinculan a una visión disminuida, por ello, se requieren diversas pruebas en tres áreas específicas, indicó Martha Uribe García, jefa de la carrera de Optometría de esa entidad universitaria

Para detectar y atender oportunamente padecimientos visuales, es necesario que los niños, desde el primer año de edad, acudan a revisión especializada. A partir de los cuatro, requieren evaluaciones específicas, entre ellas, de percepción visual.

Las dificultades de aprendizaje se vinculan a la salud en este ámbito. Por ello, se requieren diversas pruebas en tres áreas específicas, explicó Martha Uribe García, jefa de la carrera de Optometría de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM.

La primera, es la refracción y agudeza; la segunda, la de eficiencia, que se refiere a la evaluación de la visión binocular, y la tercera, es la de procesamiento y análisis, que mide las habilidades visual-cognitivas utilizadas para extraer y organizar información del medio ambiente e integrarlas con otras modalidades y funciones cognitivas mayores; esta última se divide en pruebas que miden el área espacial, la de análisis y la integración visual-motora.

Así, se puede identificar si la disminución de las habilidades es la causa de un bajo desempeño escolar. Estas evaluaciones no tienen una aplicación generalizada, lo que refleja la necesidad de trabajar en el área respectiva, en el campo de la optometría.

Una percepción baja complica la práctica de actividades deportivas y rítmicas, los pequeños tienen mala coordinación y balance, confunden letras y números, mantienen la atención por periodos cortos, y son hiperactivos o hipoactivos.

Si tienen dificultades para seguir instrucciones relacionadas con la identificación de lado izquierdo o derecho, o deben esforzarse para botar o atrapar una pelota, tienen problemas en el área espacial y en la integración visual-motora, ejemplificó.

Las pruebas

La experta informó que en la Clínica Universitaria de Salud Integral de la FES Iztacala se trabaja, en conjunto con el área de psicología, en el diseño de programas especiales.

En general, la evaluación de la percepción o procesamiento visual en menores, a partir de los cuatro años de edad, consiste en 27 pruebas, de las que sólo se aplican las más acordes a sus características. En una de ellas se muestran tarjetas con imágenes de diversos objetos divididos en varias partes, como un rompecabezas, a fin de evaluar la capacidad del infante para integrar las piezas mentalmente.

Al enseñarle una lámina con un pez cortada en dos, se le pregunta qué figura se forma a partir de las mitades. De acuerdo a su edad y a los errores registrados, se determina el avance de esta habilidad, explicó.

Para establecer el nivel de memoria visual, se utilizan imágenes de figuras ordenadas horizontalmente en una carpeta. En la primera hoja, se muestran dos al niño durante un minuto; posteriormente, se le expone otra lámina, con diversas ilustraciones, para solicitarle que elija la que acaba de ser mostrada, precisó.


Visión binocular

En la consulta también se mide la visión binocular de los pequeños, que consiste en la integración de las imágenes que se forman en los ojos y su procesamiento en el cerebro. Si existen problemas y no reciben atención, se realizan esfuerzos visuales, lo que altera tal condición. Es poco examinado y diagnosticado, subrayó.

Además, estas pruebas miden habilidades como la estereopsis, o vista en profundidad, que permite ver todo lo que nos rodea en tres dimensiones, y no en dos, como una fotografía. Al evaluarla, es factible determinar si el niño tiene una visión binocular adecuada.

Otra habilidad revisada es la acomodación, es decir, si enfoca los objetos que ve a diferentes distancias. Sin la corrección adecuada o por no utilizar anteojos, esta condición también puede alterarse. Por ejemplo, al leer o trabajar en la computadora y cambiar el punto de fijación de los ojos a visión lejana, tardan en enfocar, por lo que ven borroso. Al regresar la vista a un objeto cercano, se repite el problema, expuso.

Uribe García señaló que después de diagnosticar los problemas de percepción, visión binocular y refractivos, a cada infante se le brinda entrenamiento, consistente en ejercicios para desarrollar o mejorar las habilidades disminuidas. A la par, se requiere del apoyo de los profesores para evaluar la mejoría, que se ve reflejada en su desempeño escolar, concluyó.

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Fotos

Martha Uribe García, jefa de la carrera de Optometría de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM.