Boletín UNAM-DGCS-771
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 15 de diciembre de 2012


Julieta Ramos Elorduy

           


CREAN EN LA UNAM MÉTODO PARA RECICLAR DESECHOS ORGÁNICOS MEDIANTE EL USO DE INSECTOS


• Se obtiene biomasa, que puede ser aprovechada como alimento para pollos, gallinas ponedoras, gallos, conejos, avestruces, truchas, peces de ornato e, incluso, ganado

Todos los días en el país se desechan, sin control sanitario, grandes cantidades de basura orgánica de origen vegetal y animal, restos de comida y de cultivos, así como excremento de puerco, gallina y borrego que, al descomponerse, contaminan el medio ambiente y despiden malos olores.

A partir de esta problemática, un grupo de investigadores del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, dirigido por Julieta Ramos Elorduy, creó un método para reciclar estos residuos mediante el empleo de varias especies de insectos.

“Nos propusimos utilizar larvas de moscas, hormigas, escarabajos, cucarachas, gusanos, grillos y chapulines, entre otros, para descomponer la basura orgánica y transformarla en biomasa, que puede ser aprovechada como alimento para pollos, gallinas ponedoras, gallos, conejos, avestruces, truchas, peces de ornato e, incluso, ganado”, dijo la investigadora.


Así, con una sola acción se alcanzarían dos objetivos: evitar que los desechos contaminen y, a la vez, producir alimento para animales. Con todo, en opinión de Elorduy, aún se debe escalar este método para comprobar su eficacia absoluta. “En algunos casos hemos obtenido buenos resultados, pero en otros no tanto, por lo que debemos hacer más experimentos”.

A la fecha, ha sido puesto en práctica sólo en el laboratorio de los universitarios. De acuerdo con el tipo de residuos del que dispongan, emplean distintas especies. Algunas veces apenas empiezan a descomponerse, y otras ya cumplieron ese proceso, y según el grado de humedad que contengan, se trata de basura muy fresca, o no.

Esto último es muy importante, porque los insectos se desarrollan no sólo a partir de la temperatura, sino de la cantidad de humedad y luminosidad que haya en su ambiente.

Por otro lado, los universitarios aprovechan diferentes estadios del desarrollo de determinado animal, para que descomponga los residuos orgánicos y los transforme. Algunos insectos son omnívoros y otros no, por ello, Elorduy y sus colaboradores deben saber cuál es la dieta precisa de cada uno, para que pueda hacer su labor.

La biomasa obtenida ha sido llevada a la Granja Zapotitlán, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como a otros puntos de San Miguel Regla y Hueyapan, en Hidalgo, para que la consuman diferentes animales.

“Ahí alimentamos a pollos, gallos de pelea y peces. Los primeros se desarrollaron muy bien, los segundos se veían más alertas, y los terceros crecieron en mayor medida y adquirieron una mejor coloración desde el punto de vista comercial”, informó.


Convenio

Los investigadores establecieron un convenio con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), para aplicar su método en beneficio del pez blanco de Pátzcuaro.

“La idea es proporcionarle una alimentación balanceada, rica en proteínas, vitaminas y ácidos grasos, y así rescatarlo de una posible extinción”, finalizó.

 

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Fotos

Con el uso de insectos, universitarios descomponen la basura orgánica y la transforman en biomasa, que puede ser aprovechada como alimento para pollos, gallinas ponedoras, gallos, conejos, avestruces, truchas, peces de ornato e, incluso, ganado.