En el mundo, alrededor de mil millones de personas viven
con alguna discapacidad. En México, además de las
limitaciones que enfrentan en su vida cotidiana, al ser segregados,
excluidos e ignorados por la sociedad en su conjunto, no existe
presión para cumplir con la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo.
Si bien no hay estadísticas confiables del número
de casos en el país, la cifra podría ubicarse entre
10 y 15 millones de habitantes. Ante la carencia de información,
el problema es soslayado por la ciudadanía y las autoridades,
aseguró Esther Zúñiga Macías, de la
Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
En entrevista con motivo del Día Internacional de
personas con discapacidad, que se conmemora el 3 de diciembre, recordó
que estos grupos constituyen la primera minoría en el mundo.
En todos los sectores de la población considerados vulnerables
–indígenas, mujeres, niños de la calle-, están
presentes, en mayor o menor grado, reconocidos o no, precisó.
En general, subrayó, todas las leyes vigentes en
el país que se refieren a esta población, carecen
de reglamentos para ser aplicadas, lo que dificulta su cumplimiento.
A ello se suma la escasa cultura de los mexicanos para adecuarse
a normas y principios.
Además, la mayoría de las instituciones privadas
que atienden a personas con discapacidad han surgido ante la falta
de respuesta a sus necesidades de tratamiento y atención
especializados por las autoridades involucradas.
Las perspectivas
Según la ONU, el 70 por ciento de las discapacidades
son adquiridas. El aumento de los niveles de obesidad, diabetes,
enfermedades cardiovasculares, entre otros padecimientos crónico-degenerativos;
de la población de la tercera edad y de los accidentes automovilísticos,
son un riesgo latente para incrementar el número que conforman
a este segmento.
También, indicó Zúñiga, persiste
la ignorancia acerca de los problemas que enfrenta este sector de
la población, por limitaciones físicas, mentales y
sensoriales, falta de apoyo, de servicios y de atención profesional.
Para contrarrestarla, se requieren campañas de sensibilización
con objetivos a largo plazo y la formación de recursos humanos
especializados, mediante la inclusión de estos temas en los
planes de estudio de las carreras relacionadas con la problemática,
como medicina, trabajo social y enfermería, entre otras.
La Universidad Nacional dispone de gran potencial al respecto,
sus egresados pueden incidir en todos los niveles de atención,
al proporcionarles herramientas e información acerca de la
discapacidad, tema en el que prevalecen falacias y prejuicios. Se
cree que no son capaces de amar y ser amados o de ejercer su sexualidad,
ejemplificó.
En ciertas religiones existía la creencia que el
nacimiento de un niño o niña con discapacidad representaba
un castigo divino, lo que obligaba a esconder al menor. Hoy, estas
personas apenas comienzan su inclusión social, explicó.
Primera Carta de Derechos Humanos del siglo XXI
La Convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad y su Protocolo Facultativo, -en vigor desde el
3 de mayo de 2008-, constituye la primera carta de derechos humanos
del siglo XXI y representa un éxito en la lucha de esta población
por su inclusión plena en la sociedad y en contra del maltrato,
falacias y prejuicios que padecen a diario al vivir con Síndrome
de Down, en sillas de ruedas, con sordera, ceguera u otras limitaciones.
De acuerdo al documento, la ONU puede exigir a los gobiernos
federal, estatal y municipal, a instituciones y organismos descentralizados
de México, la entrega de informes al respecto, precisó.
Los artículos del instrumento internacional están
sustentados en los principios rectores del respeto a la dignidad
inherente, la autonomía individual, incluida la libertad
de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas.
Al respecto, Zúñiga Macías consideró
necesario que los discapacitados conozcan puntualmente esta convención
para exigir su cumplimiento.
En México, no se ha difundido y no existe la presión
para que los compromisos adoptados al ratificarla se cumplan. No
hemos logrado que penetre en la sociedad y que las personas discapacitadas
se organicen para exigir que se cumplan todos los preceptos que
contiene, precisó.
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