El proceso de la formación de las estrellas tiene
que ver con el colapso gravitacional de la nube materna bajo su
propia gravedad, con la formación de discos protoplanetarios
y con la eyección de unos gases muy poderosos, que las estrellas
jóvenes lanzan al espacio casi desde su nacimiento.
“Estos problemas los estudio principalmente con el
uso de la dinámica de gases. La idea es hacer predicciones
a partir de los modelos que se puedan observar, para ponerlos a
prueba”, explicó Estela Susana Lizano Soberón
(Ciudad de México, 1957), investigadora y directora del Centro
de Radioastronomía y Astrofísica (CRyA) de la UNAM.
Astrónoma experta en investigar cómo se forman
las estrellas, qué procesos ocurren desde las etapas más
tempranas, como el desarrollo de los poderosos vientos protoestelares
o la formación de los discos protoplanetarios, la universitaria
destacó que las indagaciones que ha realizado son principalmente
teóricas, “aunque he participado en proyectos observacionales
para detectar procesos predichos por los modelos teóricos”.
En su labor cotidiana, utiliza las leyes de la física
y modelos matemáticos. “Uno trata de explicar desde
la teoría lo que se observa en la realidad, pero para que
la investigación tenga validez, se debe predecir un proceso
o fenómeno nuevo”, subrayó.
La científica trata de saber cuáles son las
consecuencias de las teorías sobre los vientos estelares
o los discos protoplanetarios, para conocer cómo se verán
esos procesos, o cómo se puede detectar el colapso gravitacional
que da inicio a la formación estelar.
Esta última es un área fascinante, porque
en ella se pueden estudiar los fenómenos físicos,
aplicar los modelos matemáticos y buscar la corroboración
observacional, comentó.
“Voy con mis colegas observacionales para tratar
de detectar algunas señales que nos digan si lo propuesto
teóricamente tiene veracidad”. Es decir, coteja sus
predicciones con la realidad, si el nacimiento de una estrella ocurre
y los astrónomos lo observan.
En su trabajo mantiene una estrecha y fructífera
colaboración con sus pares radioastrónomos, que estudian
la formación estelar con radiotelescopios, pues así
puede corroborar sus predicciones teóricas con observaciones
reales de los fenómenos que ocurren en el Universo.
Las estrellas se forman en un medio gaseoso dentro de las
nubes moleculares que, en el caso de la Vía Láctea,
están en el disco de la galaxia. “El proceso de la
formación se estudia con el uso de la dinámica de
gases. Inicié este tema durante mi doctorado en Berkeley
con Frank Shu, un astrofísico reconocido a nivel mundial”,
recordó Lizano.
En el momento que cursó el posgrado iniciaba la
investigación en el área de la formación estelar
teórica. “Me pareció un tema apasionante, nuevo.
Aprendí mucho con Shu, y también con destacados colegas
mexicanos, y desde entonces me he dedicado a estudiar la dinámica
de gases y la formación estelar”, resumió.
Al frente del CRyA
Por su labor, obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes
2012, en el campo de Ciencias Físico-Matemáticas y
Naturales, que otorga el gobierno de la República. Recibe
el galardón en una fase en que comparte su actividad de investigadora
con la de directora del CRyA, por un segundo periodo (2011-2015).
“Este reconocimiento es importante para el centro;
mis colegas son personas muy distinguidas que trabajan con pasión.
Un galardón así para el CRyA, que es una instancia
muy pequeña de investigación en astronomía
básica, significa que lo hacemos bien, es un reconocimiento
a la labor del centro. Nada de esto sería posible sin el
apoyo de la UNAM, y me alegro ser parte de esta institución”,
abundó.
Estudió la licenciatura en Física en la Facultad
de Ciencias (FC) de esta casa de estudios, y cursó posgrados
(maestría y doctorado) en Astronomía, en la Universidad
de California, en Berkeley.
Regresó a México para incorporarse como investigadora
del Instituto de Astronomía (IA), y en 1996, se involucró
con la planeación y puesta en marcha del campus Morelia.
A partir de 2003, es investigadora del CRyA, que dirige desde 2007.
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