Boletín UNAM-DGCS-724
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 24 de noviembre de 2012


         


ARRANCA EL CUADRANGULAR TORNEO RÁPIDAS Y A LA CIEGA CON VICTORIA DEL FAVORITO

• El noruego Magnus Carlsen venció al cubano Lázaro Bruzón y aseguró un lugar en la final de esta justa

En el Torneo Rápidas y a la Ciega hay un favorito indiscutible, el noruego Magnus Carlsen, apodado el “Mozart del ajedrez” por su juventud (tiene 21 años). En el encuentro inaugural, derrotó al cubano Lázaro Bruzón en una de las justas más espectaculares de la Segunda Gran Fiesta Internacional del Ajedrez de la UNAM.

Como sucede siempre, la partida inició con un movimiento de las blancas, un peón que saltó de su casilla en un intento por dominar desde temprano el campo de batalla.

Lo que no fue usual fue la manera en que los contendientes manipularon las piezas, pues el encuentro se dividió en dos partidas: una, a contrarreloj, en la que los rivales debían reaccionar de botepronto, mientras que la otra tuvo las mismas características, sólo que los participantes lo hicieron con los ojos vendados.

De esta manera, arrancó este cuadrangular de élite en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, en la que Carlsen hizo frente a Bruzón, clasificado en el lugar 31 en el planeta y el número dos de su país, en un encuentro que desde el inicio llamó la atención por sus características.

En primer término, porque puso cara a cara dos estilos de juego muy diferentes, el europeo y el latinoamericano, y segundo, porque confrontó juventud con experiencia, pues el nórdico tiene 21 años, mientras que el caribeño 30.

Primer asalto

Los pedagogos del ajedrez señalan que este juego desarrolla, entre otras cosas, una característica especial: rapidez de pensamiento, cualidad que ambos jugadores llevaron al extremo al encarar a un tercer adversario, el reloj, que sólo concedió 20 minutos a cada uno para terminar su participación.

Carlsen, con las blancas, acometió frenéticamente y dejó manifiesto su estilo peculiar, alejado de la ortodoxia teórica y poco interesado en establecer una supremacía en el arranque, en aras de apuntalar una posición sólida a mitad del juego.

Por su parte, Bruzón echó mano de un arreglo de piezas que conformó una defensa sólida que en ocasiones puso en aprietos al noruego, pero al mismo tiempo, hizo que el antillano perdiera valiosos minutos.

Se dice que el tiempo es un tirano y en esta ocasión el adagio se corroboró, pues con rapidez, Bruzón vio cómo la cuenta regresiva se aproximaba a ceros, lo que lo obligó a realizar jugadas apresuradas que su contrincante supo capitalizar y concretar en un jaque mate vertiginoso. Así, la balanza se inclinaba a favor del europeo.

Segundo asalto

Uno de los ajedrecistas invidentes más conocidos, el estadounidense Albert Sandrin, solía decir que para enfrentar a un adversario no se necesitaba de la mirada y ni siquiera de tablero, sino de tener todas las jugadas en la mente y, sobre todo, un oído muy fino, capaz de escuchar hasta las intenciones del contrario; no por nada este hombre se ganaba la vida como afinador de pianos.

Con estas máximas en mente, los jugadores se aprestaron a la segunda parte del encuentro. Ambos se sentaron en un par de sillones orientados hacia el público y se dispusieron a jugar una partida enteramente en sus cabezas, reto que demanda una memoria fotográfica excepcional, pues tres errores al ubicar las piezas significan descalificación automática.

Tuvieron la ayuda de un árbitro y dos personas encargadas de mover las piezas para que el público observara la contienda. A Bruzón le tocaron las blancas, lo que le significó una ligera ventaja.

Sin embargo, la presión para el cubano provino de otra parte, pues tras haber perdido en la ronda anterior, estaba obligado a ganar si aspiraba a seguir adelante; una derrota o un empate significaban su descalificación.

Con movimientos precisos, Bruzón se pertrechó, en espera de que Carlsen desarrollara su usual juego agresivo, pero para contrarrestar, el noruego optó por algo no habitual y se valió de una estrategia más convencional y defensiva.

Con contraataques de una parte y otra, en esta ocasión ninguno pudo demostrar superioridad y, al final, el acomodo de piezas obligó a que ambos realizaran movimientos cíclicos que imposibilitaron el jaque mate. Entonces, el encuentro fue declarado tablas, resultado que acabó con las esperanzas del cubano de llegar a la final.

En espera del siguiente día

Fuera de uno que otro admirador que se quedó en espera de que Carlsen saliera a dar autógrafos, el público desalojó la Sala Miguel Covarrubias emocionado de ver a dos grandes dar lo mejor de sí y con la expectativa de saber qué pasará al día siguiente, pues el escenario se repetirá, Europa contra América Latina, y juventud contra experiencia, pues tocará a la húngara Judit Polgár, de 36 años, medirse contra el yucateco Miguel León Hoyos, de 22.

“¿Qué espero ver? Me gustaría ver ganar al mexicano, pero creo que triunfará Polgár”, señaló Miguel Soriano, un aficionado del ajedrez que juego en un club de Coyoacán. “Tendremos una final como pocas”, concluyó.

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Fotos


El genio del ajedrez Magnus Carlsen, de Noruega, venció al cubano Lázaro Bruzón en el Torneo Cuadrangular Rápidas y a la Ciega y avanzó a la final en la que enfrentará a quien resulte triunfador del encuentro entre la húngara Judit Polgár y el mexicano Manuel León Hoyos.