• Consiste en colocar sensores sismicos al puerto USB de las
computadoras, para detectar las vibraciones del suelo durante un
temblor
• Con este proyecto, la UNAM se suma a la Red Mundial Atrapa
Sismos, impulsado por la Universidad de Stanford
• Es de bajo costo y pueden participar entidades interesadas
tanto públicas como privadas
Con la colaboración de las universidades
de Stanford y de California, Riverside, en Estados Unidos, el Instituto
de Geofísica (IGf) de la UNAM implementa una Red Atrapa Sismos
(RAS), que consiste en colocar sensores sísmicos al puerto USB
de computadoras con conexión a Internet, pertenecientes a dependencias
públicas y privadas, para detectar las vibraciones del suelo
durante un temblor.
Ello permitirá obtener y difundir información
sobre el origen (epicentro y magnitud) y consecuencias de un sismo (mapas
de intensidad) en muy corto tiempo, aproximadamente 10 segundos de ocurrido
el movimiento.
Es de bajo costo y propone el uso de cientos
de computadoras en gran parte del territorio nacional, encendidas las
24 horas del día y conectadas a Internet, con la participación
de voluntarios que el grupo de investigadores denominan “ciudadanos
científicos”.
Allen Husker, integrante del IGf y coordinador
del proyecto, explicó que la RAS, que inició su funcionamiento
en el Distrito Federal, Acapulco, Guerrero y Oaxaca, es capaz de detectar
las ondas provocadas por movimientos telúricos de alto riesgo
en periodos cortos de tiempo.
Basta con descargar y ejecutar un software
gratuito de la página web del proyecto (www.ras.unam.mx),
conectar un acelerómetro externo al puerto USB de la computadora
(que deberá permanecer encendida el mayor tiempo posible), orientar
el dispositivo hacia el norte y fijarlo al suelo para evitar que se
mueva durante el sismo, explicó.
Los sensores son proporcionados en forma gratuita
y los datos generados permiten crear mapas, en los que se determinan
las zonas donde la amplificación sísmica fue mayor, información
de vital importancia para los trabajos inmediatos de rescates después
de un movimiento. Trabajan en segundo plano sin afectar la labor que
pudieran realizar los usuarios de las PC o de las propias dependencias
involucradas.
Husker indicó que en México no
se cuenta con un sistema que divulgue este tipo de mapas para el servicio
público. La información generada durante un temblor es
transmitida y concentrada directamente a la página de la RAS,
administrada por el Instituto de Geofísica
Con este proyecto, la UNAM se suma a la Red
Mundial Atrapa Sismos (Quake Catcher Network), impulsada por
la Universidad de Stanford, lo que pone a la institución a la
vanguardia en el uso tecnologías con beneficios directos a la
sociedad.
“La idea es aprovechar a todos aquellos
usuarios de Internet interesados en la ciencia con un beneficio adicional.
Deseamos tener miles de sensores porque si algunos estuvieran apagados
tendríamos otros disponibles que cubrirían diferentes
áreas”, indicó el científico del Departamento
de Sismología del IGf.
México cuenta con el Centro de Instrumentación
y Registro Sísmico (CIRES), que tiene 16 acelerógrafos
localizados a lo largo de la costa de Guerrero. Sin embargo, esta red
está limitada a ese estado, que si bien tiene un riesgo alto,
no se descarta que un evento de gran magnitud pudiera ocurrir fuera
del área de detección. De ahí la importancia de
la nueva red.
Por ejemplo, al ocurrir un temblor en la costa
guerrerense tenemos poco más de un minuto para que las ondas
lleguen a la Ciudad de México, tiempo suficiente para cerrar
el gas, apagar la luz y desalojar los edificios.
“No duplicamos el trabajo del Servicio
Sismológico Nacional de la UNAM, ni del Sistema de Alerta Sísmica
del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, por
el contrario, nuestra información funciona como un sistema de
respaldo o complemento”, señaló.
Para llenar al país con estos dispositivos
tardarán algunos años, sin embargo, ya se tiene una parte
desarrollada. “Por ejemplo, después del sismo del 20 de
marzo, ocurrido en la costa de Guerrero, los sensores nos permitieron
determinar magnitud y localización del temblor después
de 10 segundos”.
No obstante, prosiguió, para los de
mayor magnitud quizá los sensores pudieran tener un margen de
error mayor, pero les permitirá anticipar que se trata de uno
de ese tipo en un lapso de tiempo menor.
Es un ejercicio que no afecta el desempeño
de las computadoras. “Hasta el momento se han instalados sensores
en las escuelas preparatorias de la UNAM, escuelas primarias públicas
y privadas, así como hospitales del ISSSTE, del IMSS y en oficinas
del Infonavit. Iniciaremos con Michoacán y Jalisco; después
se buscará instalarlos en dependencias gubernamentales de Tapachula
y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
“Se puede crear una red muy densa, similar
a la de Estados Unidos, donde iniciaron este proyecto desde hace poco
más de cinco años, que se ha extendido en el mundo y que
nos permitiría involucrar a la gente en la ciencia para que comprenda
los sismos”, concluyó.
Para mayor información del proyecto,
en la página
www.ras.unam.mx.
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