• El rector de la UNAM dijo que eso no es éticamente sostenible, ni en términos sociales y políticos; tampoco económicamente deseable
• Informó que las conclusiones del encuentro serán enviadas a los legisladores, tanto federales como locales, para que sean tomadas en consideración
• Clausuró el Foro Internacional “Dr. Jorge Carpizo” Energía y Renovación de Políticas Públicas para el Desarrollo Sustentable. La Eficiencia y la Transición Energética
México tiene que acabar con la deuda histórica en la que, por siglos, generaciones han heredado condiciones de marginación, exclusión, ignorancia, enfermedad y de pobreza. A veces, lo que hemos hecho ha sido profundizarla, al no tener un sistema equitativo, estableció el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Este fenómeno de transmisión generacional y cultural es real; el analfabetismo tiende a heredarse si no hay una intervención directa desde la educación; la pobreza se perpetúa, el desempleo y una serie de prácticas terribles se extienden, en gran medida, por las estructuras de la sociedad, y por la deficiencia de las políticas públicas de un país.
Eso no es éticamente sostenible, ni en términos sociales y políticos; tampoco económicamente deseable, y tiene que cambiar, planteó Narro Robles al clausurar el Foro Internacional “Dr. Jorge Carpizo” Energía y Renovación de Políticas Públicas para el Desarrollo Sustentable. La Eficiencia y la Transición Energética.
Al pronunciarse porque las conclusiones surgidas de este foro sean de utilidad para quienes habrán de tomar las decisiones en el país en el gobierno federal y las estructuras gubernamentales, estatales y de la ciudad de México, informó que se harán llegar a los legisladores, tanto federales como locales.
Por su parte, Luis Raúl González Pérez, abogado General de la UNAM, refirió que para avanzar en la búsqueda de soluciones en la materia, es necesario celebrar un pacto político social, de base amplia, que reoriente nuestras políticas públicas; la voluntad de actuar sólo funciona si se materializa en los hechos; es condición para cualquier reforma profunda.
Al hacer la relatoría del encuentro, detalló que la convocatoria del foro, concebido en vida por Jorge Carpizo y Henry Jiménez fue atendida por 110 expertos nacionales y extranjeros que compartieron sus conocimientos en 22 mesas de trabajo.
Enumeró 15 de los consensos más importantes alcanzados en las discusiones. Entre ellos: “la urgencia y necesidad de controlar las emisiones globales de hidrocarburos, la vinculación y el trabajo conjunto entre académicos y políticos, la diversificación de la matriz energética hacia las fuentes renovables y la revisión del funcionamiento, estructura y prácticas operativas de la empresas estatales energéticas”.
Sin un consenso amplio, advirtió, será difícil implementar tanto marcos jurídicos como políticas públicas. “Estas modificaciones y el compromiso necesario para que sean posibles, requieren dejar atrás intereses, que si bien son legítimos, son de carácter particular; debemos ver lo que conviene y es mejor para la nación”, resumió.
Participación social y transición
En la mesa “Participación de los sectores social y privado en la industria energética”, Josefina Cortés Campos, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, consideró que México requiere políticas energéticas con visión global. La participación de sectores privados es una cuestión multidimensional, en la que se deben reconocer, en primer lugar, los problemas involucrados en políticas con perspectiva social.
Al intervenir en la sesión, La materia energética en México en el siglo XXI de frente a la transición energética, Sergio Alcocer Martínez de Castro, coordinador de Innovación y Desarrollo de la UNAM, estableció que en cuestión de transición energética, el país necesita una visión de largo plazo y establecer un programa emergente de formación de recursos humanos, con personal calificado en todo tipo de energías, donde se les asegure su inserción al trabajo, en el rubro público o privado.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano subrayó la urgencia de tomar medidas en las estrategias gubernamentales del rubro, específicamente en la actual política petrolera. “México requiere una capacidad de refinación de 600 mil barriles diarios. Además, deben exportarse sólo los excedentes de crudo; PEMEX debe manejarse como cualquier otra entidad productiva del país, con autonomía de Hacienda”, agregó.
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