• La matriz energética
de México es 90 por ciento no renovable, proveniente
de hidrocarburos, y altamente contaminante, señaló
David Morillón Gálvez, investigador del Instituto
de Ingeniería (II), en el Foro Internacional “Dr.
Jorge Carpizo” sobre Energía, que realiza la
UNAM
La participación de la ciudadanía
y los nuevos diseños urbanos, que contemplan el desarrollo de
viviendas y colonias con tecnologías limpias, son claves para
lograr la sustentabilidad, destacaron expertos reunidos en el Foro Internacional
“Dr. Jorge Carpizo” sobre Energía y Renovación
de Políticas Públicas para el Desarrollo Sustentable,
la Eficiencia y la Transición Energética, que realiza
la UNAM.
En la sesión Energía, desarrollo
urbano e industrialización, moderada por Norma Blázquez
Graf, directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades (CEIICH), David Morillón Gálvez,
investigador del Instituto de Ingeniería (II), señaló
que la matriz energética de México es 90 por ciento no
renovable, proveniente de hidrocarburos, y altamente contaminante.
Transporte, industria y edificios son los sectores
que más consumen energía, particularmente gas, electricidad,
diésel y gasolina; mientras que, cada año, las viviendas
emiten en promedio 1.89 toneladas de emisiones por la utilización
del recurso.
Participación ciudadana
Por su parte, Dolors Clavell Nadal, abogada
catalana y asesora en España para administraciones y empresas
en materia de políticas en la materia, dijo que el reto en las
ciudades debe incluir la participación ciudadana, para rehabilitarlas
y convertirlas en sustentables.
Al respecto, habló de la rehabilitación
del centro de Barcelona, a finales de la década de 1980, que
gradualmente incluyó a los vecinos en la toma de decisiones.
“Añadimos a los ciudadanos porque es algo ineludible para
lograr el cambio en el siglo XXI”. Como ciudad europea, está
obligada a cumplir objetivos específicos para el 2020, como reducir
las emisiones de dióxido de carbono en un 20 por ciento, y otro
tanto, el consumo.
Ángela Matesanz Parellada, de la Universidad
Politécnica de Madrid, España, acotó que para lograr
una urbanización sustentable se necesita fomentar y utilizar
fuentes renovables, reducir el consumo y su impacto ambiental. Debemos
disminuir las disposiciones energéticas y de agua en las edificaciones,
para comenzar a nivel local la sustitución respectiva.
Por su parte, Alicia Silva Villanueva, arquitecta
y vicepresidente de Sustentabilidad para México. A.C., afirmó
que en el país no existe cultura de ahorro. “Se puede apagar
la luz en edificios de oficinas los fines de semana o en las noches
en las casas y reducir enormemente la huella de carbono.
Crecimiento del cinco por ciento
Desde 2010, en México la demanda de
energía se ha incrementado cinco por ciento, por lo que no habrá
un descenso en su consumo, advirtió en la UNAM, Carlos de Régules
Ruiz-Funes, subdirector de Planeación Estratégica y Operativa
de Pemex.
Las contribuciones de las renovables, como
la eólica y solar, aún son “marginales, y estimó
que para 2035 sólo habrán cubierto el cinco por ciento
de la demanda del país.
“Por ello, el petróleo seguirá
como la principal fuente en este horizonte. Se prevé que nueve
de cada 10 barriles provendrán de campos y yacimientos aún
sin descubrirse”, afirmó.
Ante este escenario, México no está
cerca de la transición, pues para ello, deben apuntalarse algunas
medidas que desacoplen incluso la economía del carbono: eliminar
los subsidios a los combustibles fósiles y ejercer un marco de
gobernanza de eficiencia energética.
En la sesión Energía y sociedad:
eficiencia energética y consumo racional, moderada por Rosalba
Casas Guerrero, directora del Instituto de Investigaciones Sociales
(IIS) de la UNAM, Marco Antonio Nieto Vázquez, director General
Adjunto de Políticas y Programas de la Comisión Nacional
para el Uso Eficiente de la Energía, dijo que el gobierno federal
promueve la eficiencia mediante medidas como el fomento al cambio tecnológico.
En tanto, Ana Marco, investigadora de la Fundación
Ecología y Desarrollo ECODES, de España, recordó
el caso de Som Energía, una cooperativa sin fines de
lucro, que genera ese recurso cerca de los lugares de consumo. “Inició
en 2010 en la ciudad de Gerona, y la instalación fotovoltaica
se realizó sobre los tejados, o se integraron a los edificios.
Cuenta con tres mil 500 socios en ese país, y algunos más
en Francia y Bélgica”.
Miguel Muñoz Rodríguez, integrante
de la Asociación Española para la Economía Energética,
consideró viable desarrollar una currícula o especialidad
universitaria en eficiencia energética. “Las medidas tomadas
para esa misión avanzan lentamente en Europa por fallas en el
mercado, pero de manera acentuada, porque los ciudadanos creen que consumen
menos energía de la que realmente utilizan”.
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