• Con esta remuneración,
en diciembre de 2006 era posible adquirir 4.2 kilogramos de
huevo. Para agosto pasado, el volumen cayó a 1.69,
un desplome de más del 50 por ciento, informó
el Centro de Análisis Multidisciplinario de la FE de
la UNAM
• En el caso de la tortilla, en el lapso referido se
dejaron de comprar 2.17 kilogramos con la misma percepción;
con relación a las piezas de pan, la pérdida
fue 16; de frijol, tres kilogramos; de leche, 1.26 litros,
y de aceite, 940 mililitros
Entre 2006 y 2012, el poder adquisitivo del
salario mínimo cayó 43.1 por ciento, para registrar una
pérdida acumulada, en 25 años, del 79.11 por ciento, informó
el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad
de Economía (FE) de esta casa de estudios.
Para recuperar su capacidad, y mantener el
incremento promedio de cada año –entre cuatro y cinco por
ciento- tendrían que congelarse los precios de diversos productos
durante 47 años.
Así, hasta 2059 los ingresos serían
suficientes para cubrir las necesidades de los hogares mexicanos, estimaron
Luis Lozano Arredondo, Irma Otero Fonseca, Javier A. Lozano Tovar, David
A. Lozano Tovar, Jaime Vázquez, David Moctezuma, Mario Antonio
Quintana de la Vega, Frida Itzel Villalobos Guzmán, Cristóbal
Reyes Núñez y Lizbeth Martínez Martínez,
integrantes del CAM.
En el reporte, establecieron que en diciembre
de 2006 con una percepción mínima era posible adquirir
4.2 kilogramos de huevo. En agosto pasado, el volumen cayó a
1.69, es decir, 2.51 kilogramos menos, un desplome de más del
50 por ciento.
En el caso de la tortilla, en el lapso referido
se dejaron de comprar 2.17 kilogramos con el mismo ingreso; con relación
a las piezas de pan, la pérdida fue 16; de frijol, tres kilogramos;
de leche, 1.26 litros, y de aceite, 940 mililitros.
Los especialistas utilizaron como referencia
el salario mínimo diario en la zona geográfica A del país
-equivalente, en agosto pasado, a 62 pesos con 33 centavos-, y los precios
de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), artículos para
el consumo diario de una familia mexicana conformada por cuatro personas
-dos adultos y dos jóvenes- con la consideración de aspectos
históricos económico-sociales, hábitos, costumbres
y de dieta.
Fue definida y construida en su metodología,
estructura, ponderación y contenido por Abelardo Ávila
Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas
y Nutrición Salvador Zubirán. Su precio, determinado
con la colaboración de estudiantes, profesores e investigadores
de la UNAM, ascendió en agosto pasado a 824 pesos con 25 centavos.
En 2012, el aumento acumulado del precio ponderado
diario de los productos que la integran asciende a 12.6 por ciento,
con tendencia a la alza, y por encima del incremento directo a la percepción
por día, registrado durante el año, de 4.2 por ciento,
equivalente a dos pesos con 51 centavos, al pasar de 59.82 pesos a 62.33.
El aumento quedó pulverizado, al ser rebasado en 8.4 por ciento.
El salario mínimo nominal en los seis
años aumentó 28.06 por ciento, mientras que el precio
ponderado diario de la CAR lo hizo en 125.37 por ciento. Así,
los incrementos a la percepción fueron insuficientes, al acumular
en ese periodo 13 pesos con 66 centavos, mientras que el precio de la
canasta avanzó 101 pesos con 34 centavos.
Para adquirir los alimentos nutricionalmente
recomendados que constituyen la CAR, el salario mínimo diario
general tendría que ser de 183.59 pesos, sin considerar gastos
en vivienda, salud, transporte, educación, entre otros rubros,
estimaron.
Los gasolinazos
En el periodo referido, el precio de las gasolinas
registró una tendencia a la alza. La magna, de consumo mayoritario
en el país, aumentó 36.22 por ciento, con impacto directo
en las familias, que destinan 24 por ciento de su ingreso mensual al
energético.
Respecto al diésel -utilizado por el
transporte de carga-, el estudio refiere un incremento, hasta agosto
pasado, de 45.24 por ciento.
En 2012, hasta el mes de agosto, el precio
de la magna reportó un incremento acumulado de 6.42 por ciento,
y el del diésel fue 6.19 por ciento, por encima del aumento oficial
al salario mi´nimo diario.
En 1987, las familias mexicanas sólo
requerían del ingreso de un integrante; hace 12 años,
la tendencia para aminorar las carencias cada vez mayores, consistió
en que los jefes de familia optaran por tener dos empleos, o bien, que
trabajara otro integrante. Actualmente, se requiere que colaboren hasta
tres personas.
De acuerdo con datos del INEGI, publicados
en la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), en 2011,
13 millones 210 mil mexicanos laboraron más de 48 horas a la
semana, para percibir ingresos suficientes para vivir. En teoría,
trabajaron seis días de la semana con jornadas laborales de ocho
horas.
En el cuarto trimestre del mismo año,
la mitad de la población ocupada percibió de cero a dos
salarios mínimos diarios. En total, casi 22 millones de mexicanos
recibieron un máximo de 119 pesos con 64 centavos por jornada.
En el estudio, se refiere que hace 25 años,
con un salario mínimo diario, se compraba el equivalente al 163.80
por ciento de la Canasta Alimenticia Recomendable, para consumir casi
dos. En agosto pasado, con la percepción referida, sólo
se podía consumir el 33.95 por ciento de la misma.
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