• Fundamental en vigilancia,
alerta y monitoreo de plagas
• En 2011, México registró pérdidas
por más de ocho mil 600 millones de pesos a causa de
la roya asiática de la soya
La aerobiología es de gran utilidad
para la detección de hongos patógenos antes de que infecten
cultivos y causen pérdidas de cosechas, que en el caso de la
soya, el frijol y la jícama, representan cerca de 948 mil toneladas,
equivalentes a más de ocho mil 600 millones de pesos en 2011.
El hongo que ocasiona esa situación
en la agricultura mexicana es Phakopsora pachyrhizi (causante
de la roya asiática); tan sólo en leguminosas puede llegar
a afectar al 90 por ciento de los cultivos.
Esta plaga está presente en nuestro
país desde 2005, y ha dañado sembradíos en San
Luis Potosí, Tamaulipas, Chiapas, Campeche y Veracruz. Además,
en este último ha causado grandes mermas en jícama.
Puede atacar frijol, haba y chícharo,
así como a especies utilizadas como forraje: trébol, cascabelillo,
flamboyan, carrapiceo y frijol jacinto, entre otras.
Debido a que la aerobiología es fundamental
en la vigilancia, alerta y monitoreo de plagas, investigadoras del Centro
de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM proponen un seguimiento
fitosanitario para diagnosticar la propagación y dispersión
de plagas por regiones aerobiológicas.
María del Carmen Calderón Ezquerro
e Hilda Adriana Guerrero Parra plantean que el monitoreo del aire se
haga a través de una red de vigilancia epidemiológica
fitosanitaria, apoyada en mapas de riesgo para cada plaga, y en modelos
de dispersión del patógeno P. pachyrhizi, con
el fin de dar la aviso sanitario a las autoridades correspondientes.
Asesorada por Calderón Ezquerro, Guerrero
Parra realizó el estudio Monitoreo aerobiológico y detección
de urediniosporas de Phakopsora pachyrhizi en cultivos de soya de Tamaulipas,
como tesis de maestría en Ciencias.
En el auditorio Julián Adem
del CCA-UNAM presentó resultados y conclusiones de su estudio
de caso, cuyo monitoreo se realizó en el campo experimental Las
Huastecas, municipio de Altamira, Tamaulipas, a cargo del Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.
El objetivo, dijo Hilda Guerrero, fue evaluar
el potencial de detección de ADN específico de urediniosporas
de P. pachyrhizi, en muestras colectadas del aire de cultivos
de soya, mediante la prueba de PCR, y estimar su concentración
en el aire durante un ciclo agrícola.
PCR y QPCR son métodos de biología
molecular que, en conjunción con distintas trampas de esporas
en monitoreo aerobiológico, se aplicaron con éxito para
determinar la presencia (o ausencia) y cuántos de estos fitopatógenos
se encontraban en el aire de los cultivos.
También, utilizó nuevos oligonucleótidos
específicos, diseñados en el CCA (secuencias cortas de
ADN) para mejorar la sensibilidad de la detección de P. pachyrhizi
mediante PCR. Una vez estandarizada esta prueba, realizó la detección
molecular en muestras de campo.
Antes, se hicieron estudios de laboratorio
para determinar si bajo condiciones controladas era posible realizar
el monitoreo y la detección molecular con PCR. Se estandarizó
el seguimiento del cultivo de soya y se analizaron las variables ambientales
del campo experimental (temperatura, precipitación y humedad).
Además de colectar las urediniosporas, de hojas infectadas y
de cortes de las cintas de las trampas donde quedaron impactadas.
Por primera vez en México, afirmó
Guerrero Parra, se realizó con éxito y de manera eficiente
la detección molecular de urediniosporas de P. pachyrhizi,
y se demostró la viabilidad de esta prueba en laboratorio
y campo.
Además, se determinó la sensibilidad
y el límite de detección de oligonucleótidos específicos,
y se encontró la presencia mínima de 4 urediniosporas/µl
de muestra. Con los nuevos oligonucléotidos se incrementó
la sensibilidad de detección, y se pudo detectar hasta 1 urediniospora.
“Pudimos detectar, cinco semanas antes
del reporte del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, que las urediniosporas
ya estaban en el aire”. Esto habla del potencial de diagnóstico
temprano que ofrece la aerobiología, lo que permite tomar acciones
para evitar la infección.
Guerrero Parra consideró necesario establecer
una red de puntos en el país, susceptibles de desarrollar la
roya asiática de la soya, y que los monitoreos de alerta se puedan
subir a una página web desarrollada por la Dirección
General de Sanidad Vegetal (DGSV-SENASICA).
Al respecto, mostró como ejemplo la
USDA Public PIPE Website, plataforma del Departamento de Agricultura
de EU. Ahí se realiza y sube monitoreo, y los productores pueden
ver las zonas con probabilidad de ser infectadas por el hongo, o que
ya tienen la plaga.
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