• Epifanio Vargas Alcaraz,
del Centro de Diseño Mecánico e Innovación
Tecnológica de la Facultad de Ingeniería de
la UNAM, ha desarrollado un Protodisco durante cuatro años
• Del total de pacientes que requieren este tipo de
dispositivos, apenas el 30 por ciento son candidatos. Con
la alternativa se espera que la cifra aumente a 50 por ciento
Uno de los proyectos del Centro de Diseño
Mecánico e Innovación Tecnológica (CDMIT), ubicado
en el Anexo de la Facultad de Ingeniería, está a cargo
de Epifanio Vargas Alcaraz. Lleva por nombre Protodisco y se trata
de una prótesis intervertebral.
A diferencia de otras en el mercado, esta
pieza absorbe energía, característica que podría
brindar mayor bienestar al paciente. El desarrollo está en
fase experimental, pero el universitario confía en mantener
un buen ritmo, continuar con avances y, en poco tiempo, ponerlo al
alcance de quien lo necesite.
Composición
Las partes que lo conforman, explicó
el investigador, son: interfases de unión (platillos sustitutos),
elementos de control, resortes y estructura de fluido, que en conjunto
permiten la absorción de energía.
Desde que se tituló en licenciatura
en 2007, luego en la maestría, concluida el año pasado,
y hoy en el doctorado, Vargas Alcaraz, junto con tres estudiantes
colaboradores (Viren Ulises Sibaja Aguilera, Sacnicte Aguilar Herrera
e Ivonne Blancas Silva) y un investigador (Adrián Espinosa
Bautista), han apostado a los siguientes insumos: cromo, vanadio y
molibdeno en aleaciones, además de polietileno de alta densidad
y polímeros que no produzcan reacciones negativas en el cuerpo.
El objetivo es usar materiales biocompatibles que no dañen
al paciente.
Colaboraciones
En el desarrollo de la prótesis intervertebral,
el CDMIT ha colaborado con la Coordinación de Innovación
y Desarrollo (CID) de la UNAM y el Instituto Nacional de Rehabilitación
(INR).
Sin embargo, Vargas sabe que el trabajo conjunto
es clave para conseguir un mejor producto, por lo que invitó
a estudiantes, investigadores y docentes a involucrarse en el proyecto,
pues está convencido de que el trabajo interdisciplinario es
fundamental y “compartir la tarea” siempre rinde buenos
resultados.
“Hacemos lo posible por imitar las
características de un disco natural y, de esa forma, brindar
mayor bienestar en pacientes”.
Pese a que en otros espacios de investigación
han ensayado con prótesis personalizadas, se han tenido resultados
adversos, algo que en el CDMIT toman en cuenta. Por ello, con apoyo
en imágenes radiológicas han obtenido información
sobre las dimensiones y formas de las vértebras, que son parcialmente
diferentes a las prótesis (usualmente semirredondas o redondas).
Candidatos
De los pacientes que requieren prótesis,
sólo el 30 por ciento es candidato a una, por las características
propias de las piezas que, en muchos casos, permiten una movilidad
sin restricción. Con el Protodisco, la cifra podría
incrementarse a 50 o quizá 60 por ciento, consideró.
Como parte del proyecto se plantea la fabricación
de máquinas de prueba, para ensayos in vitro y en
vivo en el CDMIT, expuso Vargas Alcaraz.
México ocupa el tercer sitio a nivel
mundial en malestar por degradación de disco intervertebral,
especialmente en zona lumbar. Hay 142 cirugías por cada 100
mil habitantes, según cifras del INR. También en el
país se presentan complicaciones en cervicales, la mayoría
de las veces derivadas de accidentes viales.
Además, los problemas de dolor de
espalda ocupan el segundo lugar en manifestaciones del dolor, sólo
detrás de las provocadas por la gripe. Otra causa de incapacidad
es la lumbalgia, que involucra discos intervertebrales, músculos
y ligamentos.
Actualmente hay dos opciones quirúrgicas
principales para los pacientes. Una es la fusión, que implica
retirar el disco y colocar una estructura en medio de los huesos para
generar una sola vértebra. De este tipo son alrededor del 90
por ciento de las intervenciones. La otra alternativa son las prótesis.
Comenzaron a emplearse en Europa, en la década de los 80 y
han evolucionado, aunque presentan algunas deficiencias que el proyecto
universitario está en proceso de resolver.
Las fusiones datan de los años 30
del siglo XX. Empezaron con el uso de hueso de la cresta ilíaca,
aunque también recurren a titanio, hueso natural, polímeros,
piezas de hueso artificial y materiales compuestos.
Por complicaciones en la fusión surgieron
las prótesis. Con la primera, los movimientos son limitados;
con la segunda, se gana movilidad.
El panorama de los problemas en vértebras,
discos y zona intervertebral ha cambiado; si antaño se manifestaba
en personas mayores de 50, ahora tiene tendencia a manifestarse cerca
de los 35 años. Factores como alimentación, actividad
física y ocupación laboral tienen que ver con esta condición,
concluyó Vargas.
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