“El estigma social en torno a los
zurdos no tiene sustento científico, es una creencia mágico-religiosa
tendenciosa. Por el contrario, hay que aclarar falsas percepciones”,
indicó Óscar Prospero García, investigador
de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En el marco del Día Internacional
del Zurdo, instituido en Inglaterra el 13 de agosto en 1992 a
iniciativa del Club Londinense de Zurdos (creado en 1990), el
fisiólogo se refirió a estudios recientes sobre
esa condición, así como a los mitos y creencias.
El cerebro humano se caracteriza por
su alta especialización: el hemisferio izquierdo controla
el segmento derecho del cuerpo, y con sus contrapartes pasa al
revés. “En un zurdo, la parte que domina su mano
es el área derecha, mientras que si la persona usa su diestra,
la zona dominante es la opuesta”.
De la población mundial (estimada
en más de siete mil millones), el 10 por ciento es zurda,
es decir, la función del lenguaje y la escritura es coordinada
por el hemisferio derecho. Se calcula que hay más hombres
que mujeres en esta condición.
Existen genes —como la familia
LRRTM— que organizan el cerebro. De ese modo, el hemisferio
derecho es más creativo y es la parte más desarrollada
en los artistas, pues permite ver globalmente las cosas. El izquierdo
es más lógico, sistemático. Los matemáticos
lo tienen más especializado; el lenguaje y la organización
de juegos como el ajedrez están ahí, dijo.
En cuanto a los mitos, el investigador
señaló que a lo largo de la historia se han configurado
sinnúmero de ellos, al grado de que se creyó que
los zurdos estaban influidos por fuerzas demoniacas, lo cual propició
su estigmatización.
Una de estas creencias dice que viven
menos. “Hay gente que se preocupa porque morirá pronto
y no hay sustento. Nadie ha demostrado que la esperanza de vida
se acorte, y no quiere decir que no se haya estudiado.
“Se ha afirmado que los genes LRRTM
tienen que ver con la sinapsis, es decir, la comunicación
entre dos neuronas, actividad necesaria para generar ideas. Si
no está organizada, los pensamientos se vuelven caóticos
y podrían generar esquizofrenia”, advirtió.
Si esa familia de genes organiza el cerebro
para que el hemisferio derecho coordine unas funciones y el izquierdo
otras —en los zurdos esta función es al revés—,
al devenir el caos, los izquierdos se vuelven esquizofrénicos.
Aún así, ¿cuál
es la estadística?, preguntó el investigador. “Una
persona de cada 100 es esquizofrénica, y por otra parte,
¿cuántos izquierdos hay?, 10 de cada 100. De manera
que aunque los esquizofrénicos fueran exclusivamente zurdos,
serían únicamente 10 de cada centenar. Aún
más, la posición no es sólida porque muchos
de los afectados con esta condición son diestros. Así,
el planteamiento es sólo una idea alarmista que no pasa
de ser una especulación”.
En cuanto al impacto del orden derecho
en un cerebro zurdo, el médico recalcó que no se
ha visto ninguna alteración en sus capacidades cognoscitivas
(intelectuales, de memoria o atención). “Actualmente
es difícil encontrar a maestros empeñados en que
el niño que no lo hace escriba con la diestra. Quizá
sería un ejemplo fuerte porque daña la autoestima,
pero no sus capacidades intelectuales. Fisiológicamente
no pasa nada”.