Boletín UNAM-DGCS-458
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 25 de julio de 2012


Claudia Arango Galván

           


INVESTIGADORA DEL INSTITUTO DE GEOFÍSICA DE LA UNAM, EN LA OTPCEN


• Sólo hay dos mexicanos con participación activa en el Segundo Ciclo del Programa de Entrenamiento para Inspectores Subrogados de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares
• Nuestro país firmó este acuerdo en 1996; tres años después, lo ratificó, expuso la universitaria Claudia Arango Galván

Claudia Arango Galván, investigadora del Instituto de Geofísica, representa a la UNAM en el Segundo Ciclo del Programa de Entrenamiento para Inspectores Subrogados de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCEN), en el que ha recibido entrenamiento durante dos años por parte de la División de Inspección en Sitio (IS).

La universitaria, junto con Hermilio Navarro Ortega, de la Secretaría de Energía, son los únicos mexicanos que participan, de forma activa, en esta capacitación internacional.

Desde que se integró al Programa de Entrenamiento de la OTPCEN, ha asistido a cinco talleres, la mayoría en la sede principal de Viena, Austria. Las reuniones duran de una a tres semanas; ahí se preparan para entrar en acción ante la eventualidad de verificar alguna explosión nuclear. Sin embargo, por el momento no es posible efectuar esto porque el tratado aún no entra en vigor.

La OTPCEN está conformada por tres divisiones principales: el Sistema Internacional de Vigilancia (SIV), que tiene una red mundial de monitoreo sísmico, hidroacústico, infrasónico y de radionúclidos; el Centro Internacional de Datos (CID), que concentra, analiza y almacena información reunida por la primera, y la IS, encargada de llevar al cabo verificaciones si el CID encuentra evidencias suficientes de que hubo una explosión nuclear a partir de datos proporcionados por el SIV y un país firmante del tratado la solicita.

Una inspección en sitio tiene lugar si un país es sospechoso de haber efectuado una prueba nuclear prohibida en su territorio y no ha demostrado fehacientemente lo contrario. Si los datos proporcionados por el CID señalan evidencia con duda, ésta debe verificarse directamente en el sitio señalado.

Asignada al grupo Técnicas del Periodo de Continuación (CPT, por sus siglas en inglés) por su formación como geofísica, la entrevistada participó en abril pasado en un ejercicio donde se simuló la puesta en marcha de uno de estos procesos de verificación, en el que se le pidió trasladarse a Viena a la brevedad, como pasaría en un caso real de inspección.

Estas actividades son parte de la formación como futuros inspectores y cubren aspectos relacionados con el tratado, las técnicas permitidas, seguridad radiológica y liderazgo, entre otros aspectos. Se busca que la instrucción recibida sea puesta en práctica en un ejercicio integrado en 2014.

Arango señaló que su participación en la IS ha sido enriquecedora por las cuestiones prácticas aprendidas y, sobre todo, por la posibilidad de relacionarse con colegas de otras instituciones, porque en este segundo ciclo de formación hay alrededor de 60 participantes de más de 40 naciones.

“Desde mi inclusión, los contactos académicos y el intercambio con colegas de otros países han resultado valiosos”. En este sentido, refirió un par de casos, uno en Estados Unidos, y otro en Francia.

Procesar e interpretar datos, uso de técnicas como prospección magnética, gravimétrica, radar de penetración terrestre y mediciones de conductividad eléctrica son algunas de las cuestiones que más interesan a la universitaria.

A la espera

Desde 1945, se hacen pruebas nucleares, según el Stockholm International Peace Research Institute y www.ctbto.org. Hasta 2009, se habían realizado dos mil 54 ensayos en diferentes partes del globo.

La Unión Soviética, EU y el Reino Unido firmaron en 1963 el Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos Nucleares (TPPEN). México, por su parte, ha sido un promotor entusiasta de estas iniciativas al ser partícipe del Tratado de Tlatelolco que estableció, en 1967, el compromiso de los países de Latinoamérica y el Caribe de ser una zona libre de armamento nuclear. Ese mismo año se signó un acuerdo que estableció que no se realizarían pruebas en el espacio exterior.

En 1996, México firmó el TPCEN, documento depositado en Naciones Unidas; tres años después, ratificó el compromiso. A la fecha, 183 Estados han signado el protocolo, pero sólo 157 lo han ratificado. Existe una lista, el Anexo 2, conformada por 44 países con capacidad nuclear. Para que el tratado entre en vigor, los países miembros del Anexo 2 deben realizar ambas acciones; sin embargo aún quedan tres países sin hacer lo primero y ocho lo segundo.

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Fotos


Claudia Arango Galván, investigadora del Departamento de Geomagnetismo y Exploración del Instituto de Geofísica. Las declaraciones vertidas en este artículo son responsabilidad única de quien las emite.