• Investigadores del Instituto de Biología, en conjunto
con el aviario de Xcaret, en Quintana Roo, y el EcoParque Los
Aluxes en Palenque, Chiapas, estarán a cargo del proyecto
de reintroducción, orientado a preservar a esta especie
fuera del cautiverio
Después de 40 años, Kinich
Kak Moo recuperará su señorío cerca del río
Usumacinta, gracias al proyecto de reintroducción de la guacamaya
roja en Palenque, Chiapas. El ave, considerada por los mayas como
el dios de fuego del ojo solar, volverá a esta zona de selva
tropical húmeda, después de que en la década
de los 70 sus poblaciones fueran diezmadas por la extracción
para el comercio ilegal, con pérdida de su hábitat.
Investigadores del Instituto de Biología
(IB) de la UNAM, en conjunto con el aviario de Xcaret, en Quintana
Roo, y el EcoParque Los Aluxes en Palenque, Chiapas, estarán
a cargo del programa, orientado a preservarla fuera del cautiverio,
con apoyo de Fundación UNAM.
Patricia Escalante, del IB, recordó
que es una de las especies más amenazadas en el país.
Las poblaciones de guacamaya roja se distribuyeron, hasta la década
de los 70 del siglo XX, en Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Tabasco,
Campeche y Chiapas. Actualmente, sobreviven entre 200 y 400 en la
Selva Lacandona y, posiblemente, otras 50 en la zona de Los Chimalapas,
informó.
Junto con loros, pericos y cacatúas,
pertenece a la familia Psittacidae. De las 22 especies que
existen en el país, el 90 por ciento está en alguna
categoría de riesgo. De acuerdo con las asociaciones Defenders
of Wildlife de México y Teyeliz AC, en 2007 su tráfico
ilegal anual era de hasta 78 mil 500 ejemplares, de los que el 77
por ciento murió antes de llegar al mercado ilegal por el maltrato
en el proceso de captura, acopio, transportación, distribución
y venta.
El retorno de Kinich Kak Moo
La guacamaya roja mesoamericana se clasifica
como Ara macao cyanoptera, dentro de la familia Psittacidae.
Ocupa el cuarto lugar en tamaño entre las 17 especies de guacamayas
de América. Los adultos miden entre 85 y 96 centímetros
de cabeza a cola, y sus alas 41 centímetros de largo, en promedio.
Tienen un peso de poco más de un kilogramo. Los machos pueden
ser ligeramente más grandes que las hembras. Son capaces de
alcanzar una velocidad de vuelo de 56 kilómetros por hora.
Los expertos advierten que le quedan 10 años
de existencia a esta especie, que se comparte entre Chiapas, Guatemala
y Belice. Desde hace 18 años, el aviario de Xcaret, en Quintana
Roo, la reproduce en cautiverio con fines de conservación.
A la fecha, se han establecido 100 parejas, de las que 40 son reproductoras
activas.
Con base en estos resultados, donará
60 individuos en 2012, para su liberación en el EcoParque Los
Aluxes, en Palenque, donde se recuperan y exhiben plantas y animales
representantes de las selvas de México, muchos de ellos, recuperados
mediante los decomisos de la autoridad y dados en resguardo. Alejandro
Estrada, del Instituto de Biología (IB), Estación Los
Tuxtlas, brinda asesoría científica a las actividades
ligadas a la conservación de este sitio y coordina al grupo
de expertos encargado de la reintroducción.
“En el proyecto, era fundamental un
estudio genético para establecer que las aves en cautiverio
no fueran de la subespecie sudamericana Ara m. macao, sino
que solamente existieran individuos de la subespecie mesoamericana”,
explicó Patricia Escalante, del Departamento de Zoología
de la instancia universitaria, quien mencionó que este estudio
fue financiado por Acajungla AC.
Esta última se caracteriza por ser
de mayor tamaño y porque el parche del ala es amarillo, con
poco o nada de verde. Para determinarlo con precisión, se recurrió
al empleo de marcadores moleculares (código de barras de ADN),
aplicado a los individuos fundadores de la población en cautiverio.
Así, se concluyó que todo el pie de cría o población
fundadora en Xcaret pertenece a la subespecie cyanoptera, y por lo
tanto, son adecuadas para la reintroducción en México
y norte de Centroamérica.
La operación se realizará desde
el EcoParque Los Aluxes. Para evitar su caza, se les colocó
un anillo cerrado desde su nacimiento, y cada ave será monitoreada
mediante radiotransmisor, para evaluar y dar seguimiento al programa.
Se les ofrecerá alimento silvestre y se les entrenará
para que lo encuentren por sí solas, eviten depredadores y
aprendan a volar.
En este proyecto es fundamental la cooperación
de los pobladores de Palenque. Se diseñaron campañas
orientadas a destacar la importancia de la oportunidad de rescatar
una especie en grave peligro de extinción, para involucrarlos
en el cuidado de los ejemplares liberados. Además, la situación
les puede redituar como un atractivo turístico adicional a
su localidad, con proyectos de ecoturismo. “En unos años
esperamos que pueda reintroducirse en otros sitios, principalmente
en su hábitat natural”, finalizó.
Campaña de rescate
Kraft Foods México mantiene una campaña
de apoyo al proyecto, que se extenderá hasta finales de julio.
A través de la página www.tang.com.mx
invita a la población en general a participar y apoyar a tres
animales en peligro de extinción: la guacamaya roja, el lobo
mexicano y el jaguar, para determinar qué proyecto recibirá
la mayor donación.
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