• Trabajos recientes han encontrado
evidencias del virus en especies mexicas
A pesar de su mala fama, los murciélagos
son extremadamente importantes en la naturaleza, pues participan en
la fertilización de cactus y agave tequilero.
Por su evolución de manera conjunta
por millones de años, si alguna especie nectarívora
o polinívora desapareciera, el mezcal perdería su polinizador
y tendría problemas para reproducirse, lo que impactaría
a la industria del ramo.
Los insectívoros son fundamentales
en el control poblacional de insectos dañinos, y los frugívoros,
en la diseminación de semillas de árboles frutales,
lo que facilita su germinación.
Además, al menos una especie es importante
en el desarrollo de nuevos medicamentos. En 2005, Alejandro Alagón
Cano, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, vio
coronados sus esfuerzos de más de dos décadas de investigación,
con la creación de un fármaco que destruye los coágulos,
el Desmodus Salivary Plasminogen Activator (DSPA), que desarrolló
a partir de la saliva del murciélago hematófago, Desmodus
rotundus.
Dengue en murciélagos
Desde hace años se sabe que algunos
virus tienen su origen en murciélagos, como el Ébola,
o el del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus
siglas en inglés).
En años recientes, en algunos tipos
mexicanos se han encontrado evidencias de que han estado expuestos
al virus del dengue.
“Uno de los objetivos de nuestro estudio
es entender cómo los cambios –del clima, de la pérdida
de diversidad, de la deforestación, del aumento de la urbanización-
que ocurren en el planeta hacen que muchas enfermedades emerjan o
resurjan, entre ellas, el dengue”, dijo Gerardo Suzán
Azpiri, del Departamento de Etología y Fauna Silvestre de la
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ).
En la Reserva del Pedregal de San Ángel
algunas especies silvestres han sido invadidas por patógenos
y enfermedades de otras exóticas. De esta manera, las primeras
contraen afecciones que antes no tenían, porque entran en contacto
con padecimientos de vegetales y animales domésticos, como
perros y gatos, que pueden transmitir, por ejemplo, el moquillo y
la toxoplasmosis, respectivamente.
También, los humanos pueden intervenir
y modificar la dinámica de algunas enfermedades como el dengue,
que se ha asociado a la interacción entre éstos y el
principal vector, el mosquito Aedes aegypti, en zonas urbanas
o suburbanas.
Sin embargo, existe un ciclo selvático
en Asia y África, que no ha sido bien estudiado en América,
en el que pueden intervenir otros mosquitos selváticos y otros
posibles reservorios, señaló Suzán Azpiri.
La primera detección de dengue en
murciélagos fue en China, en el año 2000, y poco después,
ese mismo año, en Costa Rica. En el 2008, un equipo de investigadores
dirigido por Álvaro Aguilar Setién reportó la
presencia del virus en las costas del Pacífico y del Golfo
de México, y se publicó un informe de que se tenía
evidencia molecular del dengue en murciélagos en la Guyana
francesa.
En un estudio realizado en los meses de noviembre
de 2007, 2008 y 2009, Salomé Cabrera Romo, entonces estudiante
de maestría de la FMVZ, detectó la proteína viral
NS1 en suero de murciélagos, en algunos fragmentos de la selva
de Campeche.
“La mayoría de estos murciélagos
positivos a dengue son frugívoros, lo que sugiere que también
son infectados por un piquete de mosquito”, explicó Jesús
Sotomayor, del grupo de investigadores de Suzán Azpiri. En
esas indagaciones se encontró una relación en los quirópteros
y las zonas cercanas a asentamientos urbanos.
En su trabajo, el equipo de Aguilar Setién,
investigador del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), encontró
ejemplares positivos a dengue en especies endémicas en la ciudad
de Colima y la costa de Jalisco, en el Pacífico, y en el municipio
de Martínez de la Torre, en el centro de Veracruz.
Además, en seis tipos encontraron
evidencias de que estuvieron expuestos al virus; en esa investigación,
el muestreo ocurrió durante un brote de dengue.
“Sabemos que en diferentes partes de
América cada vez hay más reportes. Queremos entender
por qué son infectados y cuál sería su papel
en el contagio”, indicó Suzán Azpiri.
En laboratorios del IMSS se hacen estudios
experimentales detallados; infectan murciélagos y ven cómo
reaccionan, pues se trata de evaluar si es una víctima más,
o no. “Hasta hoy no sabemos cuál es su papel. Nuestra
hipótesis es que son víctimas en ambientes urbanos”,
finalizó.
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