• Ante las actuales condiciones que prevalecen en el planeta,
no hay otra alternativa, o el colapso
• El cambio climático sintetiza la crisis general
al equilibrio ecológico de carácter global
El cambio climático sintetiza la crisis
general al equilibrio ecológico de carácter global.
Asimismo, las zonas urbanas cubren el dos por ciento de la superficie
terrestre y consumen dos terceras partes de la energía mundial.
Dotarlas de ese requerimiento y de tecnologías limpias es un
reto que puede llevarse a cabo, siempre que haya equilibrio entre
escasez y consumo excesivo de combustibles fósiles, plantearon
expertos universitarios.
Víctor Manuel Toledo Manzur, del Instituto
de Ecología (IE), señaló que ante las actuales
condiciones que prevalecen en el planeta, no hay otra opción
más que las sociedades sustentables o el colapso.
El universitario tiene su propia definición
de cambio climático: “No hay solución moderna
a la crisis de modernidad”. Como está probado, el fracaso
de modelos económicos impuestos en todo el mundo sugiere cambios
en valores sociales, en hábitos de consumo de la civilización,
así como en la economía.
“La temperatura ha aumentado, la Tierra
tiene fiebre, como los seres humanos. Es una llamada de atención”.
El cambio climático sintetiza la crisis general al equilibrio
ecológico de carácter global, dijo.
Al respecto, citó tres capítulos
recientes que han afectado al mundo: los incendios forestales en México,
Brasil, Canadá, Centroamérica e Indonesia, entre marzo
y junio de 1997, incluso 1998. La canícula europea que cobró
la vida de miles de personas, particularmente de la tercera edad,
en Francia, España, Portugal y otras naciones, en agosto de
2003. La devastación de Katrina y otros huracanes en 2005;
el incremento en la potencia de estos fenómenos está
relacionado al calentamiento global.
Millones en el mundo
En tanto, Claudia Sheinbaum, del Instituto
de Ingeniería (II), comentó que en el mundo “hay
mil 400 millones de habitantes sin acceso a la luz eléctrica,
y existen dos mil 700 millones de personas que utilizan biomasa tradicional
para cocinar”.
Así pues, dotar de energía,
combustible y tecnologías limpias es un reto que bien puede
llevarse a cabo, siempre que haya equilibrio entre escasez y consumo
excesivo de combustibles fósiles.
El uso de estos últimos en el orbe
se dedica, en primer orden, a la generación eléctrica
y, en segundo, al transporte; en México sucede a la inversa,
el primer sitio es para transportes, el segundo para electricidad,
el tercero a la industria, el cuarto al consumo propio, seguido del
residencial, comercial y agropecuario.
En cuanto a la mayor cantidad de emisiones,
China, apoyada en el carbón, tiene el primer lugar; Estados
Unidos el segundo; le siguen India, Rusia y Japón. México
aporta el 1.8 por ciento, está entre las 15 naciones más
activas en este rubro.
En su oportunidad, Gian Carlo Delgado, del
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
(CEIICH), abordó el tema de urbanismo en relación al
cambio climático.
Estableció que hay una docena de hipérpolis
que cuentan entre 20 y 30 millones de habitantes, y más
de un centro megápolis, entre uno y cinco millones.
Las zonas urbanas cubren el dos por ciento de la superficie terrestre
y consumen dos terceras partes de la energía mundial.
En una proyección de consumo de biomasas,
particularmente en materiales de construcción, se reportaron
incrementos de 12 a 34 veces; para el año 2000 fueron 48 mil
toneladas, y tan sólo una década después, la
cifra llegó a 60 mil.
Lo anterior impacta en términos ecológicos;
el ciclo biogeoquímico del nitrógeno y del fósforo,
entre otros elementos, así como el uso humano del agua dulce,
están cerca de rebasar las fronteras ecológicas planetarias.
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