Boletín UNAM-DGCS-365
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 8 de junio de 2012
 


Gilberto Chávez Gris

           


DESARROLLAN EN LA UNAM SISTEMA PARA DIAGNOSTICAR OPORTUNAMENTE PARATUBERCULOSIS


• Es un padecimiento presente en vacas, borregos y cabras, difícil de detectar, señaló Gilberto Chávez Gris, académico de la FMVZ
• Aunque se han encontrado casos en prácticamente todo el país, aún no existe una estrategia nacional para su control y erradicación, destacó

Gilberto Chávez Gris, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, y su equipo de trabajo, desarrollaron un sistema para diagnosticar oportunamente paratuberculosis en México.

Es una enfermedad presente en vacas, borregos y cabras, difícil de detectar, pues su periodo de incubación es de uno a seis años, y es producida por el Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis, (M. paratuberculosis), indicó el especialista en patología.

Este padecimiento, indicó, se ha descrito en la literatura desde finales del siglo XIX y se presenta principalmente en rumiantes, y aunque se han detectado casos en prácticamente todo el país, aún no existe una estrategia nacional para su vigilancia y erradicación, o algún programa voluntario para su control.

Los animales enfermos se deterioran paulatinamente, hasta que presentan un cuadro diarreico que puede causarles la muerte, o bien, son desechados por los ganaderos, explicó.

Las vacas enflacan y empiezan con diarrea y disminuye la producción de leche; en el caso de los borregos y las cabras, las heces son pastosas. El animal no decae súbitamente porque tiene periodos de recuperación, que se atribuye a un sistema inmunológico que trata de contrarrestar la bacteria, abundó.

“Hicimos un trabajo en una cuenca de ese producto del país, y encontramos un abanico de respuestas, desde zonas donde los animales no tenían nada, hasta regiones donde había una prevalencia de hasta 40 por ciento. Aquí, calculamos que la media de pérdidas económicas era de alrededor de 10 mil pesos por vaca al año”.

El diagnóstico

Desde 1993, Chávez Gris empezó a trabajar en esta área, y “prácticamente podemos decir que encontramos paratuberculosis en regiones ubicadas desde Baja California, hasta el Golfo y el Pacífico”, refirió.

Un animal infectado puede estar meses o años con el proceso de eliminación de la bacteria, e infectar a otros, sin que los productores se percaten. De ahí, la importancia de hacer un diagnóstico oportuno.

El universitario y su equipo, constituido fundamentalmente por estudiantes y por Edith Maldonado Castro, maestra en Ciencias, han trabajado a partir del análisis de sangre, leche, heces y especímenes que son desechados. “Como patólogos, nos enfocamos en buscar lesiones macroscópicas y microscópicas”, precisó el académico, adscrito al Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Producción Animal en el Altiplano de la FMVZ.

Aunque los signos clínicos y el curso de la enfermedad no son iguales al de la tuberculosis, debido a la semejanza antigénica que tiene con bacterias del complejo tuberculosis y otras relacionadas, provoca que en el momento de hacer la prueba diagnóstica se produzca una reacción cruzada y, eventualmente, se detectan falsos positivos, expuso.

Entonces, “optamos por trabajar con la proteína que se conoce como P35 que, se considera, está presente en paratuberculosis, pero no en otras micobacterias, como la tuberculosis, ni en otros géneros bacterianos”.

Después, para obtener la P35 a través de un sistema de proteínas recombinantes, se buscó la colaboración del grupo de vacunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), de esta casa de estudios, a cargo de los académicos Karen Manucharyan y María Elena Murguía.

En la actualidad, los universitarios prueban la proteína en un sistema de diagnóstico y consideran que, en el corto plazo, podrían tener una aplicación en el país. En este proyecto colaboran con gente del Instituto Vasco de Investigación, en España, así como del INTA de Balcarce, Argentina.

Recientemente, firmaron un convenio con la empresa Applied Genetics, para validar otro sistema basado en PCR de tiempo real, también para el diagnóstico de la paratuberculosis. Esta compañía, ubicada en Monterrey, contempla hacer los estudios inicialmente en el norte del país. Con ello, los productores tendrán laboratorios alternos.

“Queremos conocer cómo se comporta la prueba y decir qué sensibilidad y especificidad tiene, lo que a su vez, se traducirá en un determinado grado de confiabilidad”, puntualizó.

Chávez Gris y su equipo planean usar la P35 como una estrategia para la prevención, pues produce una respuesta inmune celular, que protege contra microorganismos intracelulares como el de la paratuberculosis, por lo que puede emplearse en México como un inmunógeno, para ser aplicado en animales infectados con paratuberculosis y con una coinfección con tuberculosis, sin el riesgo de generar falsos positivos al probarlos con la tuberculina bovina.

Aunque no existe un tratamiento eficaz para el padecimiento, “creemos que si se emplea la P35 como un estimulante inmunológico se podría controlar el proceso de infección del animal”.

Se ha planteado a la Sagarpa un programa nacional voluntario para el control de la paratuberculosis, a través de un grupo de trabajo del CONASA (Consejo Técnico Consultivo Nacional de Sanidad Animal), que considera varias estrategias para el diagnóstico, prevención y control de la afección.

Finalmente, el especialista informó que la bacteria se elimina a través de las heces, y éstas pueden contaminar la glándula mamaria, o ser eliminada en la leche. Se ha asociado con la enfermedad de Crohn en humanos, y existen indicios de su presencia en intestinos de pacientes mexicanos con esta micobacteriosis, en un estudio realizado por el grupo de trabajo, “pero no se puede afirmar todavía que se contagie la enfermedad a los humanos a través del consumo de productos lácteos”.

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Fotos


Gilberto Chávez Gris, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.