• El suceso se produce en el momento en el que el Sol, Venus
y la Tierra se encuentran alineados, y el planeta pasa por uno
de sus nodos
• Durará seis horas con 40 minutos y se podrá
observar desde que inicia, hasta que el astro rey se oculte, explicó
José Franco, director general de Divulgación de
la Ciencia de la UNAM
• Se produce en pares, separados por ocho años. El
anterior ocurrió en junio de 2004, y éste es el
segundo de ese par. El primero del siguiente sucederá hasta
diciembre de 2117
El próximo 5 de junio tendrá
lugar el fenómeno astronómico conocido como Tránsito
de Venus, que se produce en el momento en que este último
planeta, el Sol y la Tierra, se encuentran alineados, y aquél
pasa por uno de sus nodos. Se trata del último en su tipo que
podrá apreciar la generación actual.
Durará seis horas con 40 minutos y
se podrá observar desde que inicia, hasta que el astro rey
se oculte. En la Ciudad de México comenzará a las 17:06,
y en Baja California Sur, principalmente en Los Cabos, a las 16:06,
por la diferencia de horario con el centro de la República;
en tanto, en ciudades como Ensenada, Mexicali y Tijuana, comenzará
a las 15:06.
José Franco López, director
General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, explicó
que estos sucesos se producen en pares, separados por ocho años.
El anterior ocurrió en junio de 2004 y éste es el segundo
de ese par, y el primero del siguiente par sucederá en diciembre
de 2117.
Estas observaciones, advirtió el también
presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, tienen que hacerse
con mucho cuidado, porque mirar al Sol de forma directa, sin protección,
podría provocar daños a la retina y al nervio óptico.
Las medidas de seguridad son las mismas que se requieren para cualquier
eclipse de Sol. Es necesario utilizar lentes con filtros adecuados.
En conferencia de medios, subrayó
que el evento será visible por más tiempo y con claridad
en el noroeste del país, por lo que se eligieron tres puntos
para verlo: el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro
Mártir (bajo resguardo de la UNAM) en Baja California; Torreón,
Coahuila, y Los Cabos, Baja California Sur. Desde ahí, se hará
la observación y se transmitirá a todo el país.
En el Distrito Federal, agregó, también
habrá observaciones, si el tiempo y las condiciones ambientales
lo permiten. En Universum, Museo de las Ciencias, en particular,
se podrá ver el Tránsito de Venus el 5 de junio
en la Explanada, así como observaciones solares y nocturnas
con telescopios. También, se harán talleres, conferencias,
explicaciones, actividades para niños, una obra de teatro y
la proyección de un documental.
Además, abundó, en el Castillo
de Chapultepec, que fue la primera casa del Observatorio Astronómico
Nacional, se podrá apreciar, si el clima lo permite.
De hecho, explicó, el tránsito
no fue conocido, y mucho menos predicho, por culturas prehispánicas
ni antiguas, porque para saber qué ocurre es necesario conocer
que se trata de un planeta que le da vueltas al Sol. Johannes Kepler
fue el primero que predijo el paso de 1631. “Desafortunadamente,
murió un año antes de ello y no pudo observarlo; nadie
lo pudo ver porque no se sabía la hora”.
Por su parte, Jean Theves, agregado de Ciencia
y Tecnología de la embajada de Francia en México, refirió
la larga tradición de cooperación científica
entre ambas naciones, tanto en salud y biotecnología, como
en astronomía.
Con la creación de La Noche de las
Estrellas, que ha sido apoyada por franceses, “nos dimos cuenta
que la divulgación de la ciencia es una cooperación
que teníamos que reforzar, y en estos últimos cuatro
años hemos hecho mucho y esperamos realizar muchos eventos
más”, acotó.
Tránsitos en pares y ciclos
Los tránsitos de Venus se dan en pares
y ciclos. Al principio de cada uno hay dos separados por ocho años.
El segundo par ocurre 105.5 y 113.5 años después del
primero, y luego transcurren 121.5 años para que comience el
siguiente par de eventos.
Desde la invención del telescopio,
se han observado formalmente tres pares: el primero en 1631 y 1639,
el segundo en 1761 y 1769, y un tercero en 1874 y 1882.
El fenómeno podrá apreciarse
en toda la República, desde la Península de Yucatán
(menor duración del tránsito observable), hasta la de
Baja California (con una duración ligeramente más larga).
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