Boletín UNAM-DGCS-304
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 12 de mayo de 2012

Oscar Peralta Rosales
           


DETECTAN BAJOS NIVELES DE CONTAMINACIÓN EN EL COMPLEJO GEOTÉRMICO DE CERRO PRIETO, BC

 

• El trabajo estuvo a cargo del Centro de Ciencias de la Atmósfera y el Programa Universitario del Medio Ambiente
• A partir de los datos obtenidos, se determinó que no existe peligro para las poblaciones vecinas
• Por primera vez, se cuenta con mediciones de la zona, pues antes sólo se hacían especulaciones, señaló Oscar Peralta Rosales, investigador del CCA de la UNAM

Con base en análisis y observaciones realizados en la planta de energía de Cerro Prieto se determinó la presencia de contaminación, pero no a niveles que pongan en peligro a la población de la entidad bajacaliforniana, mencionó Oscar Peralta Rosales, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

El trabajo forma parte del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental del Complejo Geotermoeléctrico de Cerro Prieto, del Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA), realizado en 2010.

Pese a que la central tiene cuatro décadas de funcionamiento, no se había realizado una labor similar ni en las instalaciones ni en las zonas aledañas.

Cerro Prieto es la planta más importante de su tipo en el país y se localiza a 30 kilómetros al sur de Mexicali, cerca de la frontera con Estados Unidos. Los Azufres, Los Húmeros y Tres Vírgenes son también de importancia en su tipo, y se ubican en el cinturón volcánico transversal, en Michoacán y Puebla.

“Los resultados de los estudios son reveladores. Antes todo se basaba en especulaciones. La información ha servido para dar un nuevo punto de vista, tanto a la población como a la Comisión Federal de Electricidad”, dijo en entrevista el investigador del CCA.

“Las emisiones del complejo perciben a cinco kilómetros antes de llegar, el aroma de ácido sulfhídrico es intenso —huele a huevo—, pero las concentraciones encontradas en superficie no son para causar alarma”.

Los universitarios realizaron trabajos de meteorología y calidad del aire en el Valle de Mexicali, tanto en Cerro Prieto como los ejidos Puebla, Benito Juárez, Mezquital y Sonora. Las estaciones de monitoreo de calidad del aire se instalaron en julio de 2010, en los ejidos de Michoacán de Ocampo, Delta y Nuevo León.

Las mediciones en los ejidos se realizaron del 15 al 27 de julio y registraron presencia de ozono (O3), dióxido de nitrógeno (NO2), óxido nítrico (NO), óxido de nitrógeno (NOx = NO + NO2), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), metano (CH4) e hidrocarburos no metano (NMHC); sin embargo, no se registraron niveles superiores a los establecidos en las normas oficiales mexicanas (NOM): O3 (NOM-020-SSA1-1993)= 0.11 ppm y NO2 (NOM-023-SSA1-1993)= 0.21 ppm.

Con la información, se elaboraron mil 700 mapas de dispersión de contaminantes de H2S, NH3, SO2, O2, CH4, CO2, N2, C6H6 y, en particular, se validó el resultado del modelo de dispersión para H2S con datos de análisis de gases y lecturas de monitores.

Al término de las pruebas, en cuestiones meteorológicas, en mayo se detectaron patrones de vientos ligeros, en escala de Beaufort, del noroeste, norte y oeste con características divergentes y anticiclónicas, y en julio, ventolinas y vientos ligeros hicieron presencia durante la madrugada y en la noche, y los vientos ligeros del sureste mostraron rasgos anticiclónicos. Los estados de viento registrados fueron divergentes y convergentes.

Los datos arrojan que la calidad del aire en el complejo geotermoeléctrico de Cerro Prieto es buena en la temporada de verano, pues los contaminantes monitoreados estuvieron debajo de las normas ambientales mexicanas, aunque hay que subrayar que esta condición sólo es válida para el periodo de muestreo.

Un gas con olor a huevo

El ácido sulfhídrico (H2S) es más pesado que el aire, inflamable, incoloro, tóxico y con un característico olor a huevo podrido. El monitoreo ambiental indicó que las concentraciones en el complejo y algunas zonas aledañas rebasan el umbral olfativo que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es 0.002 ppm.

El viento dominante en junio y julio fue de sur a norte, hacia el ejido Hidalgo, y las mediciones comprueban que la concentración máxima de H2S fue 0.38 ppm.

No existe norma ambiental mexicana para este contaminante, la única que lo contempla es la NOM-010-STPS-1999 (10 ppm máximo en ocho horas) y establece medidas para prevenir daños a la salud de los trabajadores expuestos a sustancias químicas en un entorno laboral.

Peralta señaló que falta saber qué pasaría a la población bajo una exposición pasiva continua, es decir, si la concentración de H2S aumenta o permanece constante por periodos largos.

“Proyectar —con la información disponible— qué pasaría a la población tras estar en contacto por mucho tiempo es aventurado. Hace falta continuar el estudio”, concluyó.

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Fotos


Oscar Peralta Rosales, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera.