Boletín UNAM-DGCS-297
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 9 de mayo de 2012

María de Jesús López Amador
           


EN MÉXICO, TRES DE CADA 10 HOGARES SON ENCABEZADOS POR MUJERES

 

• Están incorporadas al mercado de trabajo, formal o informal, hasta en un 70 por ciento
• De sus ingresos dependen, en promedio, entre tres y cinco personas, entre ellos hijos y personas de la tercera edad, informó María de Jesús López Amador, del IIEc de la UNAM, en el marco de la conmemoración del Día de la Madre

En México, tres de cada 10 hogares tiene jefatura femenina, lo que refleja el aumento de la presencia de las mujeres en la economía y el mercado laboral. En 1970, su participación era del 17 por ciento, y en 2010, aumentó hasta 39 por ciento, informó María de Jesús López Amador, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

Este incremento significa que en la actualidad cuentan con mayor autonomía, independencia e influencia en la vida pública. Demuestra su capacidad de gestión, administración y solvencia económica para mantener a quienes de ellas dependen. La dinámica de la manutención y de la economía familiar funciona debido a estas directoras y conductoras del hogar.

En el marco del Día de la Madre, que se conmemora este 10 de mayo, la experta refirió que las entidades federativas que concentran el mayor número de estas familias son además del Distrito Federal, Morelos, Veracruz, Baja California, Guerrero y Colima, expulsores de mano de obra a Estados Unidos.

La jefatura femenina aumenta porque quedan solas debido a la migración de sus cónyuges; las condiciones económicas del país las obligan a responsabilizarse de sus familias, explicó la también integrante de la Unidad de Investigación Economía del Trabajo y la Tecnología del IIEc.

Más del 60 por ciento de ese segmento labora en el sector servicios: en el área social, como educadoras y enfermeras; en la administración pública, en el sector financiero, comercio, y en trabajos personales como consultoras, asesoras y vendedoras por casa, además de los empleos informales.

La especialista recordó que la categoría jefatura de hogar refiere a la persona que lo dirige, y que mantiene económicamente a la familia. Siete de cada 10 mujeres con esa responsabilidad cuentan con una plaza laboral, formal o informal. De sus ingresos dependen, en promedio, entre tres y cinco personas, como hijos y personas de la tercera edad.

Vulnerabilidad y pobreza

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI), en 2010 el promedio de ingresos nacional en zonas urbanas era de ocho mil 500 pesos, superado por las familias encabezadas por hombres, hasta llegar a 10 mil pesos. Los núcleos dirigidos por mujeres alcanzaron retribuciones de entre seis mil y seis mil 500 pesos. En el medio rural, el promedio es de cuatro mil 500 en el primer caso, y de tres mil a tres mil 500 para el segundo. Estas diferencias salariales profundizan las brechas económicas y ocupacionales entre ambos géneros, subrayó.

Del total de hogares con jefatura femenina, cerca del 50 por ciento está en condiciones de vulnerabilidad. Esto refleja el nivel educativo de ellas, que explica los trabajos con bajos salarios que desempeñan, la falta de protección y seguridad social, lo que conlleva pobreza alimentaria y patrimonial, sostuvo.

A la par, en las zonas urbanas se registra un incremento de hogares unipersonales, dirigidos por mujeres solteras, divorciadas, viudas o abandonadas con buen nivel educativo, lo que les permite obtener altos ingresos que facilitan el acceso a servicios de apoyo en las labores domésticas y cuidado de los hijos, como guarderías y escuelas de tiempo completo.

La especialista refirió que, de acuerdo con la Encuesta del Uso del Tiempo del INEGI, los jefes de hogar dedican, en promedio, 53 horas a la semana al trabajo productivo, y 12 a labores domésticas. Las mujeres, en tanto, ocupan entre 40 y 45 horas a la semana a sus actividades económicas, y más de 20 a las de casa.

En la última década, se registró un incremento en la proporción de horas que dedican los varones a quehaceres como el cuidado y crianza de los niños, mantenimiento de vivienda, gestión de pagos y preparación de alimentos, entre otros. En la mayoría de las familias, estas funciones aún son responsabilidad de ellas, añadió.

Equidad de género

Las tecnologías de la información y comunicación son herramientas fundamentales para las jefas de familia. Con los teléfonos celulares están al pendiente de sus hijos, tanto de su alimentación, como de tareas escolares y responsabilidades en el hogar.

Respecto al uso de computadoras personales, ellas disponen de esta herramienta para buscar asesoría médica, conseguir fármacos y resolver dudas en este ámbito; los hombres, para cuestiones financieras, de información y recreación.

Aún con los avances registrados persisten pendientes respecto a los derechos económicos y sociales de las mujeres. En salarios, seguridad social y trabajo de calidad y protegido aún no están a la par. “Es necesario no perder de vista el papel que juegan las políticas sociales, como las que concilien el trabajo y el cuidado de la familia”, concluyó.

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Fotos


María de Jesús López Amador, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.