•
El Polypterus senegalus puede restaurar fragmentos de su endoesqueleto
en poco más de 30 días; la investigación fue
publicada en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy
of Sciences)
• También, se ha experimentado con ratones que restablecen
su cartílago y folículos pilosos; podría sugerir
indicios para mejorar la capacidad regenerativa en mamíferos
y seres humanos, reveló Luis Covarrubias Robles, del IBt
campus Morelos de la UNAM
Tras un periodo de cinco años de investigación
y experimentación, un grupo de científicos universitarios,
encabezados por Luis Covarrubias, del Instituto de Biotecnología
(IBt) de la UNAM, hallaron que el pez anguila (Polypterus senegalus),
puede regenerar sus aletas en un periodo de entre 30 y 45 días.
El hecho implica, según Covarrubias,
una aportación global en ese campo, porque este pez, también
llamado “anguila dinosaurio” (aunque no es anguila), es
el único en el que se ha demostrado restablecimiento completo
de esa parte del cuerpo.
“En el caso de nuestro modelo de estudio,
se regenera lo que se conoce como endoesqueleto, parte de la osamenta
que se asemeja a nuestros huesos de la mano; en ese sentido, los resultados
son únicos”, subrayó.
Uno de los impactos es el evolutivo, sostuvo
el investigador, pues este pez mantiene características primitivas
en el tránsito de los vertebrados de la vida acuática,
a la terrestre; puede respirar fuera del agua, e incluso permanecer
cierto tiempo en ese ambiente, y si llega a morir no es por la imposibilidad
de respirar, sino porque requiere mantener la humedad del cuerpo.
“Esto llama la atención, porque
los anfibios también tienen una vida transitoriamente acuática
y terrestre; entonces, hay una coincidencia entre esa característica
y el hecho de tener la capacidad de regeneración. Esta última
etapa coincide con el momento en el que los vertebrados emigraron
del agua a la tierra”, puntualizó.
El Polypterus senegalus no se halla
de manera natural en México, vive en ríos de África
y mantiene características de vertebrados primitivos; si se
les observa ‘nadar’ en el fondo de un estanque, pareciera
que se empujan con las aletas para moverse. Es una especie presente,
viva, pero que conserva características de vertebrados extintos,
que existieron hace más de 350 millones de años.
Regeneración en mamíferos
En el campo de la medicina respectiva, el
hecho de que haya especies vertebradas capaces en este ámbito
es de la mayor importancia, porque siempre existirá la pregunta
de por qué los mamíferos, y en particular los humanos,
no tienen esa facultad, o la han perdido.
“Persiste la curiosidad de saber si
es posible, mediante alguna forma o maniobra científica, que
los mamíferos vuelvan a ganar esta capacidad; el modelo más
utilizado para este propósito es el ratón, que nosotros
hemos aprovechado al modificarlo genéticamente”, señaló
Covarrubias Robles.
“Lo que hicimos, ya hace varios años,
es generar uno transgénico. Entonces anticipábamos que
le saldrían tumores, pues habíamos añadido oncogenes
a su genoma, pero no; lo que sí muestra son indicios de capacidad
regenerativa, más intensa que un ratón normal y, por
supuesto, que cualquier otro mamífero conocido”.
El especialista del Departamento de Genética
del Desarrollo y Fisiología Molecular del IBt, explicó
que se observa que los folículos responsables de la formación
del pelo del roedor se restauran continuamente.
Lo más interesante, continuó,
es el momento que se perfora la oreja de estos ratones y se generan
orificios de dos milímetros, en aproximadamente un mes; esa
herida se sella, se llena y forma todas las estructuras de este trozo
de lóbulo, incluidos folículos pilosos, pero también
es de llamar la atención el cartílago asociado a la
oreja.
Esto es excepcional, porque si se hace el
mismo procedimiento en un ratón convencional, se reduce el
tamaño del orificio, pero rara vez se sella completamente.
En el caso de los nuestros, se regenera el tejido, especialmente en
las hembras, completamente, en uno o dos meses.
Indicios en humanos
Aunque cauto al referirse a esta capacidad
en los humanos, el investigador universitario explicó que como
pertenecemos a los mamíferos no es tan aventurado imaginar
que si se logra que el ratón restablezca partes de su cuerpo,
eso tendría implicaciones directas en el potencial que pudiera
alcanzarse en nuestra especie.
“Apenas empezamos a encontrar indicios
de esa capacidad, y sería un abuso en este momento definir
el tiempo en el que se logrará. Creo que por ahora lo único
que se tiene son señales. Si se logra o no, se requiere de
mucha más investigación”, concluyó.
-o0o-