Boletín UNAM-DGCS-272
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 28 de abril de 2012

Francisco Vergara Silva
           


TENER UNA BASE TAXONÓMICA AMPLIA, CLAVE PARA LA CONSERVACIÓN DE CRASULÁCEAS MEXICANAS

 

• Elaboran universitarios biblioteca de referencia de ‘códigos de barras genéticos’ para este grupo de plantas suculentas
• En un futuro permitirá monitorear el estado de poblaciones sujetas a tráfico ilegal
• Este tipo de estudios puede sustentar una reconfiguración del ‘concepto de especie’ en biología

Saber cuántas especies biológicas hay en la Tierra es clave para su sobrevivencia, pues contar con una base taxonómica amplia para hacer estimaciones, en particular de las que están en peligro de extinción, permitirá establecer mejores políticas de conservación, advirtió Francisco Vergara Silva, investigador del Instituto de Biología (IB) de esta casa de estudios.

Junto con Jerónimo Reyes y Omar González, de la misma entidad, Vergara trabaja en la elaboración de una biblioteca de referencia de códigos de barras de ADN de crasuláceas de México. En esta investigación colabora María Kuzmina y otros científicos de la Universidad de Guelph (Canadá), institución que promueve este tema a nivel internacional.

Para la primera etapa de la generación de esta biblioteca bioinformática, se seleccionaron muestras de 90 especies definidas con criterios taxonómicos tradicionales, pertenecientes a cinco géneros (Echeveria, Pachyphytum y Thompsonella, entre ellos) de la Colección Nacional de Crasuláceas del Jardín Botánico de esta casa de estudios.

En este material se analizaron dos regiones codificantes del genoma del cloroplasto (denominadas rbcL y matK), así como un segmento adicional del genoma nuclear (el ITS2).

“El gen rbcL es la región más empleada para hacer sistemática molecular en plantas, pero su variación en crasuláceas ha resultado ser baja. En cambio, matK e ITS2 poseen mayor información”, indicó el taxónomo universitario.

La fase concluida de esta biblioteca (que no sólo contendrá datos moleculares, sino también información morfológica y biogeográfica de los especímenes) ya permite a usuarios de todo el mundo la identificación molecular de varias especies de crasuláceas mexicanas, a través del portal de Internet Barcode of Life Database (BOLD).

El hecho de que el Jardín Botánico del IB tenga una base de datos moleculares para la familia Crassulaceae y otros grupos taxonómicos con altos índices de diversidad en México, permitirá monitorear el estado de poblaciones o especies saqueadas, así como identificar rápidamente, por ejemplo, materiales que fueron confiscados.

Nuevas especies, nuevos ‘conceptos de especie’

Al impartir el seminario De los fósiles vivientes a las suculentas útiles: conservación, códigos de barras y taxonomía integrativa en cycadas y crasuláceas de México, Vergara constató el hallazgo de una especie nueva de Pachyphytum, en proceso de descripción formal desde la UNAM.

El investigador comentó que la evidencia molecular que sustenta esta propuesta taxonómica corrobora algunos caracteres morfológicos previamente registrados por Jerónimo Reyes. Asimismo, advirtió que este empleo conjunto de diversas fuentes de datos biológicos para el descubrimiento de nuevas especies es compatible con la noción de ‘taxonomía integrativa’ sugerida por Rob DeSalle y colegas del American Museum of Natural History (Nueva York).

Mediante el uso del programa bioinformático CAOS, empleado por DeSalle y su grupo, Vergara ha establecido los códigos de barras genéticos de las crasuláceas estudiadas. Esta herramienta ya había probado ser útil en sus investigaciones previas con cycadas mexicanas (especialmente del género Zamia), publicadas recientemente en Cladistics, Mitochondrial DNA, y Revista Mexicana de Biodiversidad.

Al considerar el trabajo en ambos grupos de plantas, sugiere que la investigación en códigos de barras de ADN ligada a las ideas de taxonomía integrativa “abren la posibilidad de desarrollar un nuevo concepto de especie”.

En este sentido, el universitario explora el empleo de la epistemología formal para definir un concepto ‘coherentista’ de especies biológicas. Es un trabajo de filosofía de la ciencia que, al basarse en descubrimientos empíricos, puede contribuir a resolver una de las preguntas más antiguas en la biología.

Cambio climático y el ‘impedimento taxonómico’

En el auditorio del Jardín Botánico, indicó también que las cycadas se pusieron recientemente de moda en el ámbito internacional, pues –según un estudio internacional– no son, como se pensaba, “fósiles vivientes”.

Evidencias paleobotánicas indican que estas plantas se originaron hace aproximadamente 270 millones de años; sin embargo, pruebas de datación con base en datos moleculares muestran que, a pesar de su origen en el Mesozoico, las especies vivientes no son mucho más viejas que 12 millones de años.

La relevancia de este estudio filogenético en cycadas no es sólo la modificación de nuestra visión de su evolución, sino que colabora en una nueva perspectiva acerca de la manera en que procesos planetarios, como el cambio climático, han afectado la biodiversidad.

Finalmente, se refirió a un problema internacional ligado a la conservación biológica y al peligro de extinción de especies: el impedimento taxonómico.

Cada vez, afirmó, hay menos taxónomos, que son los especialistas en describir la diversidad biológica. La disminución de estos expertos agudiza el problema de la extinción de las especies, que es causada principalmente por procesos antropogénicos de destrucción de ambientes naturales. “Lamentablemente, estamos imposibilitados para documentar con suficiente rapidez la biodiversidad que desaparece día con día, porque cada vez hay menos personas preparadas para ello”

Pese a su importancia científica, la taxonomía es a veces despreciada. Esto es paradójico “y debería cambiar. Si no se clasifican los organismos, ¿cómo podríamos comunicarnos sobre ellos entre culturas, y cómo podríamos hacer estudios de evolución, conservación y complejidad biológica?”, concluyó.

-o0o-

 


Fotos


Francisco Vergara Silva, investigador del Instituto de Biología de esta casa de estudios.


Junto con Jerónimo Reyes y Omar González, Francisco Vergara trabaja en la elaboración de una biblioteca de referencia de códigos de barras de ADN de crasuláceas de México.