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El rector de la UNAM, José Narro, propuso que el fenómeno
sea enfrentado mediante acuerdos internacionales
• En la sesión matutina, los participantes plantearon
que la legalización ha fracasado; antes de pensar en ese
proceso tiene que atenderse la pobreza
• A través de un video se rindió homenaje al
ex rector de la UNAM, Jorge Carpizo
• Concluyó el Foro Internacional sobre Políticas
de Regulación del Consumo de Drogas
El rector de la UNAM, José Narro Robles,
advirtió que pretender ignorar la gravedad del problema de
las drogas es un error. Intentar callar a los que tenemos algo que
decir es un desatino, y pensar que la solución sólo
pasa por la policía y la prisión, es francamente insensato.
Se requieren nuevos enfoques para analizar
en toda su magnitud y complejidad los problemas que tienen que ver
con esta situación, hacer modificaciones a las estrategias
adoptadas para abatir el consumo, la producción y la distribución,
y realizar cambios en las políticas, basados en información
objetiva y en la evaluación de los resultados.
En la clausura del Foro Internacional
sobre Políticas de Regulación del Consumo de Drogas,
Narro Robles indicó que las conclusiones alcanzadas serán
enviadas a los poderes de la Federación, los distintos niveles
de gobierno, las autoridades procuradoras de justicia y del sector
salud, así como a las organizaciones de la sociedad civil interesadas
en el tema.
En la declaratoria de clausura, en el Auditorio
“Dr. Gustavo Baz Prada”, de la Antigua Escuela de Medicina,
propuso que el fenómeno sea enfrentado mediante acuerdos internacionales.
Habrá que buscar caminos para hacer compatibles la soberanía
de los países y los intereses nacionales con la cooperación
internacional indispensable.
Al hacer la relatoría del encuentro,
Luis Raúl González Pérez, abogado general de
la UNAM, afirmó que para avanzar en la búsqueda de soluciones
y en los demás temas vinculados, es necesario celebrar un pacto
político social amplio que permita reorientar nuestras políticas
públicas en estas materias.
Sin un consenso social amplio que cambie
el patrón cultural a este respecto, será difícil
la implementación tanto de marcos jurídicos como de
políticas públicas. La sociedad civil debe redimensionar
su papel y buscar fortalecer su participación en estos terrenos,
apuntó.
En la ceremonia se proyectó un video
homenaje al ex rector Jorge Carpizo, quien contribuyó de manera
fundamental a la realización de este encuentro. Se resaltó
su participación en la “Conferencia Internacional sobre
Seguridad y Justicia en Democracia”, del año pasado,
y cuyos resultados fueron plasmados en el documento Elementos
para la Construcción de una Política de Estado para
la Seguridad y la Justicia en Democracia.
Fracaso de legalización
En la sesión matutina, en la mesa
Experiencias internacionales con regulaciones distintas a la prohibición
sobre algunas drogas, moderada por Alfredo Sánchez, del
Instituto de Investigaciones Jurídicas, de la UNAM, el politólogo
Jorge Romero, de la Universidad Autónoma Metropolitana aseguró
que en México la legalización resolvería problemas
de salud pública, pero no los relacionados al crimen organizado.
Por su parte, Marcel Lavabre, representante
de la Fundación Beckley en América Latina, capítulo
México, informó que la adicción es una enfermedad
del aprendizaje. Investigaciones científicas indican que el
efecto por la ingesta de estupefacientes, vía digestiva, tarda
de 30 a 60 minutos en llegar al cerebro; por las fosas nasales, de
tres a cinco minutos; vía intravenosa, de 15 a 30 segundos,
y por los pulmones, ocho segundos.
En su turno, Al Amado, del Colegio de Abogados
de Estados Unidos, indicó que antes de la despenalización,
se debe atender la pobreza y falta de oportunidades de empleo; la
regulación del consumo tiene que ir acompañada de una
política de rehabilitación.
En la mesa Experiencias internacionales sobre
la prohibición de drogas y el abatimiento del crimen organizado
vinculado al tráfico de las mismas, moderada por José
Manuel Vergara, presidente de Conocimiento en Red “CONRED”,
el procurador adjunto de la Fiscalía de Reggio Calabria, Italia,
Ottavio Sferlazza externó que si bien no se han alcanzado los
resultados deseados, la aplicación del Plan Nacional de Acción
contra las Drogas ha reducido entre los jóvenes, el consumo,
la mortalidad y las infecciones de VIH y hepatitis C.
Por su parte, Neil McKeganey, director del
Centro para la Investigación sobre uso Indebido de Drogas,
de Escocia, aseguró que la prevalencia de la pobreza hace más
difícil la erradicación e instó a que el tratamiento
se enfoque a la exclusión social.
De Canadá, Irvin Waller, del Instituto
para la Prevención de la Criminalidad de la Universidad de
Otawa y vicepresidente de la Organización Internacional para
la Asistencia a Víctimas, expresó que la inversión
en la prevención social, el diagnóstico y la evaluación
de los resultados es de gran trascendencia.
Política fracasada y Estado que no
funciona
En la mesa Legislación en política
de drogas en México, moderada por Luis Raúl González
Pérez, abogado General de la UNAM, Jesús Zamora Pierce,
abogado del Bufete Zamora Pierce, dijo que la postura prohibitiva
hacia los estupefacientes por parte del Estado es una política
fracasada, que no logra obtener las metas fijadas como reducir la
producción y el consumo.
A su vez, Leonardo Curzio Gutiérrez, investigador de Estudios
Estratégicos del Centro de Investigaciones sobre América
del Norte (CISAN) de esta casa de estudios, consideró que en
la nación se requiere un Estado que funcione, capaz de controlar
su territorio y fronteras, con una capacidad mínima de disuasión
y de legitimidad social.
Miguel Ontiveros Alonso, subprocurador de
Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a
la Comunidad de la Procuraduría General de la República
(PGR), afirmó que el tratamiento a los adictos debe ser el
primer foco de atención desde este campo, así como el
respeto a la dignidad de los policías, el grupo más
discriminado en el país. Subrayó que no hay ningún
estudio serio que documente que legalizar reducirá la violencia.
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