Boletín UNAM-DGCS-208
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 4 de abril de 2012


René Jiménez Ornelas

           


CRECE VIOLENCIA ANTE LA FALTA DE UNA POLÍTICA SOCIAL INTEGRAL

 

• Se trata de un fenómeno en aumento, y no sólo en relación con el crimen organizado, sino que atenta contra las mujeres, los adultos mayores y en las escuelas, entre otros, explicó René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales

México requiere una política social que afronte los problemas educativos, de empleo, seguridad y salud, pues sin estos elementos, se propicia el crecimiento de la violencia, advirtió René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

No hay acciones integrales que incluyan la prevención, señaló, aunque se trata de un fenómeno en aumento, y no sólo en relación con el crimen organizado, sino que atenta contra las mujeres, los adultos mayores y en las escuelas, entre otros.

El especialista aclaró que todos los humanos tienen agresividad como elemento de sobrevivencia; en cambio, la violencia no es biológica, sino aprendida. De ese modo, hay niños que provienen de núcleos familiares tranquilos y, sin embargo, por su contexto social se vuelven violentos.

De ahí, la necesidad de impulsar acciones sociales encaminadas a eliminar los elementos que producen el fenómeno, y que como política general, aún no existen. También, es necesario un cambio de modelo económico, pues el actual genera desigualdades sociales.

Con esa transformación, también se prevendría que los jóvenes se incorporen al crimen organizado, dándoles oportunidad de estudio y empleo. De igual modo, se deben impulsar la atención de los adictos a las drogas, porque también en el consumo se observa un incremento exponencial.

El universitario recordó que para cualquier país la educación de la niñez es fundamental; con ella se crean los eslabones que permitirán enfrentar con conocimiento las diferentes problemáticas desde el punto de vista social, demográfico, y en el caso de violencia, determinar sus diferentes manifestaciones y resolverlas de manera integral.

Además, un infante testigo o víctima de la violencia intrafamiliar, física o emocional, entre los padres o hacia los adultos mayores, no sólo observa cómo se rompe la paz, sino que puede trasladar esa conducta aprendida a las relaciones en la comunidad, al contexto social, y convertirse en un menor que agrede y es victimario.

“También, es un problema de pérdida de valores. Así lo vivimos, en particular en México. Incluso, en los programas educativos desparecieron materias importantes como civismo, que dejó de tener prioridad”.

Dentro del hogar, los padres prefieren ver el fútbol o una telenovela, y los hijos estar conectados a Internet. “Eso debe cambiar. La generación de valores debe comprender también la organización y la participación comunitaria. Se trata de la comunicación como parte fundamental de la condición de ciudadanía”.

-o0o-

 


Fotos


René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.