• Estimulado por el reconocimiento,
reunirá sus ensayos sobre las letras amorosas del poeta zacatecano
en “El Fantasma de la Prima Águeda”
• “La Suave Patria”, el poema emblemático
de López Velarde, refrenda su actualidad e invulnerabilidad
a declamadores y políticos, consideró Quirarte, investigador
del IIB y profesor de la FFyL
Ramón López Velarde fluye en
el siglo XXI entre la mirada indagadora de Vicente Quirarte. El integrante
del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la
UNAM sostiene entre sus manos la poesía en un soporte de celulosa,
que ha hecho atemporalmente resonancia entre quienes gustan oír
y leer, acompasadas, las letras.
Quirarte pormenoriza la obra del Poeta
nacional: detalla, frasea, analiza e interpreta, pero refrenda
su vigencia. “¿Quién no ama a López Velarde?,
alguien que a los 33 años escribió su poesía
más importante, que estableció este equilibrio tan tenso
entre el erotismo y la religión. Sus inquietudes fueron las
de un hombre joven, su sensualidad y enfrentamiento con el mundo,
el hecho de que no se hubiera casado, que defendiera su soledad, mucho
nos dice”, apuntó.
Así, el también académico
de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) ha fraguado una
estrecha relación con la vida y obra de López Velarde,
desde que en 1971, cincuentenario de la publicación de La
Suave Patria, obtuvo el primer lugar en el Concurso Ramón
López Velarde, convocado por la Escuela Nacional Preparatoria
(ENP). Ahora ha sido distinguido con el Premio Iberoamericano de Poesía
que lleva el nombre del escritor jerezano.
La distinción se otorga anualmente
tanto a un poeta, como a quien haya dedicado su vida al estudio de
la literatura mexicana.
“En 1988, centenario del nacimiento
del poeta, tuve el privilegio de estar cerca de las festividades,
escribí varios ensayos y estimulado por el premio, los reuniré
bajo el título de El Fantasma de la Prima Águeda,
para subrayar su relación con el sentimiento de lo prohibido
que está latente en toda su obra. Para mí es un privilegio
porque este galardón ha sido recibido por gente que mucho admiro”,
señaló.
La Suave Patria
“Yo que sólo canté de
la exquisita/ partitura del íntimo decoro,/ alzo hoy la voz
a la mitad del foro/ a la manera del tenor que imita/ la gutural modulación
del bajo/ para cortar a la epopeya un gajo”. (Fragmento, 1921).
El poema, que según José Emilio
Pacheco fue aprendido de memoria por Jorge Luis Borges, recitado por
el Presidente Álvaro Obregón y preferido del ex rector
universitario Luis Garrido Díaz, para Quirarte es una obra
que “habla de la patria de una manera muy poco común”.
“De una manera casi erótica,
es una patria que se mastica, que se huele, es como una mujer desnuda.
Creo que nadie como él le tomó a la patria la cintura
y le dijo al oído lo bella que era, por eso esta comparación
que establece constantemente entre la patria y la mujer, es un poema
para ser dicho, no para ser recitado. Es lo que lo hace invulnerable
a los peores declamadores y a los peores políticos”,
subrayó.
Amor de Ciudad Grande
La inspiración y el respeto por la
capital del país, llevaron al escritor y docente universitario
a compartir Amor de ciudad grande, libro integrado por varios
ensayos que tratan de leer de manera cronológica la Ciudad
de México, desde el Renacimiento hasta fines del siglo XX.
Destacó el último capítulo “Retrato de
casa con ciudad”, que aborda la presencia de la Universidad
Nacional en esta urbe, desde su fundación como Real y Pontificia.
“No debemos olvidar que nuestra metrópoli
fue la primera en el continente en tener universidad e imprenta, de
esta última salieron también los primeros libros de
texto para los estudiantes, y eso hace que la vida de la Universidad,
aquí, tenga un gran arraigo; decía el arquitecto renacentista
León Battista Alberti que ‘la ciudad es una gran casa
y la casa es una pequeña ciudad’, entonces nuestra casa
de estudios es precisamente una casa dentro de la gran casa que es
la ciudad”, concluyó.
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