• En el país no existe
institución alguna con la capacidad de hacer un pronóstico
estacional con alto grado de confiabilidad, consideró Benjamín
Martínez López, del CCA de la UNAM
En México no existe institución
con capacidad de hacer un pronóstico, con alto grado de confiabilidad,
para determinar con antelación de meses las condiciones de
calor, consideró Benjamín Martínez López,
del Departamento de Ciencias Atmosféricas, perteneciente al
Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
No obstante, frente a los días soleados
recientes, es difícil aventurar si en el próximo verano
prevalecerán temperaturas normales o altas; para ello es indispensable
monitorear las condiciones que presenta el Océano Pacífico,
y hacer algunas consideraciones, explicó.
La UNAM tiene un proyecto con el Servicio
Meteorológico Nacional (SMN) para hacer pronósticos
estacionales; sin embargo, actualmente no hay una capacidad probada.
Los reportes de las últimas semanas
indican que la temperatura superficial en el Pacífico ecuatorial
oriental se eleva rápidamente. “Las condiciones de la
Niña pasan a neutras; en algunas partes se observan por encima
de lo normal”.
El 40 por ciento de los modelos utilizados
apuntan a que habrá condiciones normales durante los próximos
meses, pero otro 35 por ciento indica las del tipo Niño.
En condiciones normales, habrá un
verano típico, pero si se desarrolla un estado Niño,
entonces sería una temporada muy seca, con temperaturas por
arriba de lo normal.
“En la Ciudad de México los
meses más calientes son abril y mayo; estas etapas no son muy
calurosas, con 25 ó 26 grados de temperatura media mensual;
si se presenta el Niño no sería raro tener algunos días
con más de 30 grados en abril y mayo. Además, se podrían
presentar ondas de calor con dos o tres grados más que la media
observada en la estación”, expuso.
Todo depende de cómo siga la evolución
de la temperatura superficial en el Pacífico para que las condiciones
de los recientes días, en que se alternaron calor y frío,
se mantengan durante marzo. Si aquélla sigue al alza en ese
océano, conjuntamente con condiciones favorables para la llegada
de aire polar, el resultado serían precipitaciones abundantes.
El monitoreo continuará hasta terminar
este mes, indicó Martínez López, quien estimó
posible dar a conocer, a finales de abril, un boletín actualizado;
entonces, será más clara la tendencia.
Modelos propios
En México existe la capacidad de correr
modelos muy sofisticados, pero se deben ajustar a las condiciones
del país, que son complicadas porque al este se encuentra el
Atlántico y el Caribe, y en el poniente, el Pacífico;
por ello, la colaboración UNAM-SMN es importante. De igual
manera, hay vínculos con el Instituto Max Planck de Meteorología,
con sede en Hamburgo, Alemania, para utilizar una fórmula atmosférica
regional acoplada a una oceánica global desarrollada por ellos.
Además, hay una serie de proyectos
de colaboración con otras entidades, que incluyen el uso de
modelos oceánicos y atmosféricos probados y eficientes
para las simulaciones del tiempo atmosférico. Uno de ellos
es Weather Research and Forescasting (WRF), tarea de investigación
y previsión del tiempo; se trabaja para ajustarla a una oceánica
y de esa forma tener dos acopladas disponibles, y hacer así
experimentos (ensambles) que permitan pronósticos más
confiables.
Además, el CCA cuenta con un clúster
donde se corren esos modelos, todos perfectibles.
Es importante tener estaciones meteorológicas
para generar datos ciertos para calibrar y verificar los modelos.
El plan, impulsado por Amparo Martínez Arroyo, directora del
centro, es que en todo el territorio nacional donde haya un campus
de la Universidad se tenga una, que aunada a los datos del SMN, incrementarán
las redes de observación.
En cuanto a los pronósticos, si son
de periodos cortos, de 24 y 48 horas, son más confiables, “pero
de ahí a decir uno de julio, es aún descabellado”,
concluyó el investigador.
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