Boletín UNAM-DGCS-148
Ciudad Universitaria.
21:00 hrs. 6 de marzo de 2012


Frederic Hicks


Fabián García Nocetti

           


SE PRESENTA EN LA UNAM VERSIÓN FACSIMILAR DEL CÓDICE VERGARA

 

• El documento forma parte de la colección de manuscritos mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia, que ha autorizado por primera vez su reproducción bajo esta edición
• El libro de 360 páginas se publica como resultado de la colaboración entre la Universidad Nacional y Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México

Elaborado alrededor del año 1540 en el reino de Acolhuacan, el Códice Vergara contiene información detallada sobre las estructuras económicas y sociales del área rural de cinco localidades del pueblo de Tepetlaoztoc, situado en el Valle de México, al noreste de Texcoco.

Actualmente, el documento forma parte de la colección de manuscritos mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia, que ha autorizado por primera vez su reproducción facsimilar. De ese modo, se publica El Códice Vergara. Edición facsimilar con comentario: pintura indígena de casas, campos y organización social de Tepetlaoztoc a mediados del siglo XVI, como resultado de la colaboración entre la UNAM y Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI).

Además de ser un documento histórico invaluable, es una ventana que permite observar, directamente, cómo era la vida en una recién creada Nueva España, pues en sus hojas dejó testimonio de cuántos habitantes había en esas localidades de la época.

Pintado entre 1543 y 1544, se trata de un censo que consigna el número de personas y tierras pertenecientes a cada casa, los parentescos entre los locales, e incluso cuánto medía la superficie de cada parcela. Esto lo hace un objeto de excepción, pues existen pocos testimonios del estilo de aquella época, y muchos menos aún así de acuciosos.

Su edición en libro es una manera de hacer llegar al público interesado la información contenida en ese documento, considerado una fotografía de nuestro pasado novohispano.

Documento de excepción

Era raro que en la naciente Nueva España se hicieran registros de casas y tierras. Entre los pocos que existen se encuentran los códices de Santa María Asunción y el Vergara, que fueron creados casi al mismo tiempo para censar una misma zona; en el primero intervinieron cuatro tlacuilos, y en el último sólo uno, lo que le proporciona una uniformidad estética inédita para este tipo de documentos, y permite una lectura más uniforme de los glifos.

También es sorprendente que se tenga varios censos para Tepetlaoztoc, y lo es aún más que no haya uno solo para comunidades consideradas “más importantes”. Ello se debe a los abusos de que eran objeto los indígenas acolhuas por parte del encomendero español, Gonzalo de Salazar, quien exigía tributos desmedidos y mano de obra esclavizante.

Las injusticias se acumularon a tal grado, que las quejas de los locales llegaron a oídos del juez Pedro Vázquez de Vergara, quien para zanjar diferencias pidió un registro de la población y parcelas en la zona para, a partir de ahí, determinar cuánto, sensatamente, podía pagar la gente de la región. De esta decisión judicial surgieron los códices Vergara y Asunción.

Se sabe que para 1607, el manuscrito aún estaba en posesión de la comunidad indígena, pero para 1743, por razones desconocidas, figuraba como parte de la colección de Lorenzo Boturini Benaduci, y para 1849, aparecía como propiedad de Joseph Marius Alexis Aubin, quien lo llevó a Francia, donde aún cambió de manos un par de veces, hasta terminar en resguardo de la Biblioteca Nacional del país galo, donde permanece.

El libro facsimilar, que es fiel hasta en el tamaño del original, viene acompañado de comentarios que no sólo ahondan, sino que traducen el lenguaje pictórico a conceptos legos.

Las notas que acompañan la versión tienen, entre otros objetivos, ampliar los conocimientos sobre la vida y organización social del Tepetlaoztoc de entonces, y contribuir al entendimiento, aprecio y conservación del patrimonio cultural de la zona.

Los autores señalan en el prólogo que este texto “abarca temas que no son extraños a la vida contemporánea, pues donde quiera que haya sociedad civil y gobierno, hay registros e impuestos, injusticias, quejas y reclamos. Así, son documentos eminentemente comprensibles tanto para el público en general, como para los estudiosos de la cultura nahua”.

En la presentación del texto, el autor Frederic Hicks, emérito de la Universidad de Louisville, recordó que aceptó trabajar en el códice Vergara con Barbara Williams –también emérita de la Universidad de Wisconsin y coautora de la obra–, porque está interesado en la organización social, familiar y política, así como en los sistemas económicos de los antiguos mexicanos.

Luego de explicar el camino recorrido para ver publicado el texto, dijo que éste no es de los códices más “bonitos”, porque no tiene escenas exóticas en colores, pero contiene datos muy importantes para los investigadores, por lo que agradeció a la UNAM el apoyo prestado para su publicación.

En el auditorio del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), el director de esta entidad, Demetrio Fabián García Nocetti, manifestó que después de importantes trabajos de investigación y dado su contenido, el Códice Vergara vincula, de diferentes formas, la matemática a la antropología.

María del Carmen Jorge y Jorge, editora e investigadora del IIMAS, resaltó el nivel de detalle que tuvieron los acolhuas al escribir su información. Es sorprendente la claridad y la precisión de los datos y las mediciones. “Del documento aún hay muchas interrogantes matemáticas por responder”.

Al comentar el documento, Teresa Rojas Rabiela, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), indicó que muestra la capacidad de control que las antiguas autoridades políticas mesoamericanas ejercían sobre sus poblaciones, a tal grado que conocían, de manera exacta, el número de miembros y edades de quienes integraban a las familias, sus recursos agrarios y parcelas, lo que servía para exigir tributo y organizar el trabajo obligatorio.

El también integrante del CIESAS, Manuel A. Hermann Lejarazu, opinó que, a diferencia de los grandes textos en estuco de los mayas del Clásico y de las bellas pinturas en pieles de venado de los códices mixtecos, donde los grandes gobernantes hacen elenco de sus linajes y orígenes divinos, el Vergara muestra a la gente normal, de carne y hueso, con su parentela y las tierras en que laboraban.

La publicación fue patrocinada por las coordinaciones de la Investigación Científica, y de Humanidades, y los institutos de Investigaciones Bibliográficas, Históricas, y Antropológicas, así como el de Geografía.

Asistieron a la ceremonia la coordinadora de Humanidades, Estela Morales Campos; Miguel Lara, en representación del coordinador de la Investigación Científica, Carlos Arámburo, y Estela María González, directora General de ADABI.

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Fotos


La edición facsimilar de El Códice Vergara, que recrea la vida en la Nueva España, y en la que participó esta casa de estudios, fue presentada en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas.


Aspecto de la presentación de la edición facsimilar de El Códice Vergara, en la que participó esta casa de estudios.