• Para el sociólogo francés,
el abordaje desde la sociología y la antropología
ayuda a reflexionar la realidad actual de manera diferente
• Al participar en el Tercer Congreso Nacional de Ciencias
Sociales que se realiza en la UNAM, el profesor de la Escuela de
Altos Estudios de París ubicó a la memoria como conciencia
colectiva
El sujeto y la memoria deben ubicarse en
el centro de las ciencias sociales para reflexionar la realidad contemporánea
de manera diferente, propuso el sociólogo francés Michel
Wieviorka, profesor de la Escuela de Altos Estudios de París
y director de la Casa de las Ciencias del Hombre.
Lejos de conceptos como globalización
y mercado, consideró que el abordaje desde la sociología
y la antropología puede ayudar a reflexionar la realidad de
manera diferente.
En la conferencia magistral El análisis
de los procesos de subjetivación y desubjetivación:
un punto de partida para las Ciencias Sociales contemporáneas,
que ofreció en el marco del Tercer Congreso Nacional de
Ciencias Sociales que se realiza en la UNAM, Wieviorka opinó
que esas áreas del conocimiento “se han descompuesto”,
desde las décadas de 1960 y 1970; han dejado de lado el concepto
de lo humano.
Sujeto y anti-sujeto
Para entender mejor cómo la gente
resiste a procesos como la dominación, sugirió centrarse
en la subjetivación, concepto que parte del sujeto humano y
da equilibrio a lo individual y lo colectivo.
“Implica ser tolerante, equilibrar
entre lo personal y lo general. Los sistemas de hoy son transnacionales,
pero en ellos hay un vacío de instituciones y de actores”,
consideró.
El retorno al sujeto, añadió,
desarrolla una sociología optimista, conquistante, capaz de
explorar al individuo como un actor central, responsable y respetable
en la vida colectiva.
“Supone considerar que cada sujeto
es un humano con el mismo derecho que los otros y profundizar en el
‘sujeto nacional’ como un concepto filosófico que
se aleja del individualismo”, precisó.
El sociólogo francés aclaró
que la subjetivación tiene una contraparte en el anti-sujeto,
una cara negativa donde el individuo es irresponsable, incapaz, centrado
en la violencia y la autodestrucción, constituyéndose
como “sujeto flotante”.
“No podemos ser románticos,
el anti-sujeto es irresponsable de sus actos, admite la crueldad,
es anti-humano y proclive a la animalización. Representa el
rostro negativo de lo humano y debe considerarse en el análisis”,
señaló.
Al analizar sujetos y anti-sujetos en diversos
fenómenos contemporáneos, las ciencias sociales alcanzan
un equilibrio para su análisis y se basan en lo humano como
atributo. “El sujeto viene antes de la acción”,
resumió.
En ese planteamiento, consideró la
noción de intersubjetividad, un encuentro entre sujetos para
establecer interacciones que generen respuestas.
Memoria, conciencia colectiva
Para Wieviorka, la memoria es una parte de
la subjetividad que transita entre lo individual y lo colectivo. “Desde
1970 aparece como un elemento sociológico que describe actores
históricos, culturales, víctimas de la dictadura, migrantes
o representantes de los diversos movimientos sociales”.
Al respecto, dijo que se conecta con la acción
y con el reconocimiento a partir de las experiencias ciudadanas. “Es
más cultural que social; hay un fenómeno de su globalización,
pues se convierte en conciencia colectiva”, precisó.
A la vez individual y colectiva, no es idéntica a la realidad,
pues selecciona y cambia, pero a veces es más convincente que
la historia.
La memoria, abundó, es un proceso
de subjetivación, pero en otro punto tiene elementos falsos,
como una melancolía del pasado. Oscila entre dos puntos extremos,
que son el sujeto y el anti-sujeto, así que resulta en una
mezcla contradictoria de subjetivación y desubjetivación.
Aportaciones
Sociólogo y doctor en Filosofía y Letras, Wieviorka
ha destacado por su trabajo sobre terrorismo y violencia, racismo,
antisemitismo, así como por estudios relacionados con movimientos
sociales, democracia y fenómenos de la diferencia cultural.
Presidente de la Asociación Internacional
de Sociología (ISA) entre 2006 y 2010, actualmente dirige en
Francia la Fundación de la Casa de las Ciencias del Hombre
(Maison des Sciences de l’homme), organización que promueve
la investigación y el diálogo interdisciplinario en
ciencias sociales.
Junto con François Dubet y Alain Touraine,
Wieviorka desarrolló el "método de la intervención
sociológica" y lo aplicó al estudio de procesos
sociales activos, como los movimientos estudiantiles, la protesta
antinuclear francesa y al proceso del sindicato “Solidaridad”
en Polonia.
Su libro Societé et Terrorisme
recibió el Premio Europeo Amalfi para las Ciencias Sociales
y Sociología, en 1989. Desde noviembre de 2006 preside el Comité
de Selección del Premio Michel Seurat, creado por el CNRS.
Es co-director, junto a George Balandier, de la Revista Internacional
de Sociología.
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