• América Latina, Asia
y África colaboran de manera minoritaria en el estudio de
temas emergentes locales y globales, revela el “Informe sobre
las Ciencias Sociales en el Mundo”, elaborado por 80 expertos
reunidos por la UNESCO
• La obra, de 10 capítulos, fue traducida al español
y editada en el país por el Consejo Mexicano de Ciencias
Sociales y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico,
y presentada en el Tercer Congreso Nacional de Ciencias Sociales
que se desarrolla en la UNAM
En la investigación de temas emergentes
como pobreza, desigualdad, cambio climático, democracia y globalización,
prevalece la hegemonía de estudios realizados en Estados Unidos
y Europa, revela el “Informe sobre las Ciencias Sociales en
el Mundo”, desarrollado en 2010 a iniciativa de la UNESCO, y
recién traducido al español y editado en México
por 44 especialistas del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (COMECSO)
y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).
En América Latina, el 90 por ciento
de las instituciones de educación superior sólo se ocupan
de actividades docentes; en África subsahariana la precaria
condición de los centros de investigación es indicativo
de la desinstitucionalización de la ciencia, y en los países
árabes, los regímenes autoritarios ejercen control sobre
temas de análisis, además que existen grandes desigualdades
en cuanto a la inversión en la investigación del ramo
que esas regiones realizan respecto a Estados Unidos y Europa, destaca
el diagnóstico.
Presentado por un panel de expertos en el
Palacio de la Escuela de Medicina dentro del Tercer Congreso Nacional
de Ciencias Sociales, que se realiza en la UNAM, el documento, preparado
por el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales (ISSC) a solicitud
de la UNESCO, destaca que en los últimos 20 años este
campo se globalizó y llegó a tomadores de decisiones,
medios de comunicación y debates de especialistas.
Sin embargo, destaca que las brechas del
conocimiento que caracterizan a buena parte de la producción,
acceso y uso de las ciencias sociales, amenazan su utilización
experta y socavan la capacidad de políticos y sociedad civil
para enfrentar retos de nuestro tiempo.
En un mensaje enviado por video, la directora
General de la UNESCO, Irina Bokova, agradeció la traducción,
pues ayuda a consolidar la labor de ese organismo de la ONU, cuyo
mandato es fortalecer a esas disciplinas y apoyar con ellas la creación
de políticas públicas, basadas en evidencia científica.
El informe ofrece una visión global
de asuntos clave y refleja capacidades desiguales de los diferentes
países, por lo que el reto más importante es mantener
la investigación socialmente relevante, conectada al proceso
educativo y a la toma de decisiones.
César Guerrero, de la Comisión
Mexicana de Cooperación con la UNESCO en México, señaló
que el país tiene una amplia relación con el organismo,
con 505 escuelas vinculadas a esa institución, 40 reservas
de la biósfera, 31 sitios reconocidos como Patrimonio de la
Humanidad y 20 cátedras.
Fernando Castañeda Sabido, director
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de
esta casa de estudios, resaltó el predominio de la economía
sobre la sociología, y la importancia de crear una agenda social
propia para ahondar en el análisis de problemas del mundo contemporáneo,
como desigualdad y la actual crisis financiera, con énfasis
es sus efectos de violencia y marginación en diferentes regiones
del orbe.
Cristina Puga, secretaria Ejecutiva del COMECSO
e investigadora de la FCPyS, expuso que las brechas identificadas
por el informe se repiten también en México, entre el
centro del país y muchas regiones, en las que existe diferente
capacidad de discusión en el intercambio teórico, inequidad
en el acceso a recursos económicos, y un predominio de instituciones
metropolitanas que acaparan la discusión. “Hay que cerrar
diferencias nacionales, no sólo regionales y globales”,
recomendó.
Juan Pedro Laclette San Román, titular
del FCCyT e investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas
(IIBm) de la UNAM, comentó que el informe realiza un análisis
de la productividad basado en datos internacionales, donde el total
de publicaciones mexicanas de ciencias sociales y humanidades apenas
rebasan el 10 por ciento.
Hebe Vessuri, representante del Consejo Internacional
de Ciencias Sociales, añadió que la identificación
entre las diferentes regiones ayuda a analizar las tendencias de esas
áreas del conocimiento, en las que hay una hiperespecialización.
“A los científicos sociales se les acusa de ser muy teóricos
y alejarse de los problemas reales candentes”, resumió.
El informe destaca que las grandes desigualdades
sociales en las capacidades de investigación y la fragmentación
traban la capacidad de las ciencias sociales para aportar respuestas
a desafíos como la pobreza, el SIDA y la carencia de agua.
La fuga de cerebros y la concentración
de los jóvenes investigadores en Estados Unidos y Europa también
contribuyen a acrecentar los desequilibrios de capacidades, que en
esos territorios se profundizan con el desarrollo de bases de datos,
bibliotecas y publicaciones que hacen que el conocimiento internacional
se produzca desde esas regiones, acotó Vessuri. “Uno
de cada tres doctores en economía, y casi uno entre cinco que
trabajan en Estados Unidos nacieron en el extranjero”.
Alfredo Hualde, de El Colegio de la Frontera
Norte, y uno de los traductores del informe, apuntó que el
documento reconoce la mercantilización de las ciencias sociales,
sujetas al financiamiento privado, así como el predominio de
la investigación en algunas regiones, como lo muestra el hecho
de que tres cuartas partes de las revistas arbitradas en la materia
se producen en la Unión Americana, Reino Unido, Alemania y
los Países Bajos.
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