• Quienes ingieren varios litros,
padecen polidipsia compulsiva, forma incontrolada de consumir líquidos,
señaló José Halabe Cherem, profesor del Posgrado
de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UNAM
La publicidad promete que con beber agua,
entre otros beneficios, es posible bajar de peso, lo que ha llevado
a muchos a consumirla compulsivamente, a niveles tan alarmantes que
hay quienes ingieren varios litros al día, mientras lo recomendado
son de dos a tres. Este acto incontrolado recibe el nombre de polidipsia
compulsiva, y quienes la padecen en ocasiones necesitan tratamiento
psiquiátrico.
Al respecto José Halabe Cherem, profesor
del Posgrado de Medicina Interna de la Facultad de Medicina, señaló
que en lo tocante al aspecto físico, un riñón
sí podría eliminar entre 12 y 15 de litros por jornada,
si está en buenas condiciones y funciona normalmente.
Otra de las afirmaciones comerciales es que
el líquido de las botellas es superior a la del grifo, aunque
el académico de la UNAM planteó que no hay diferencias
significativas entre el suministrado por cualquier llave y las que
se venden en tiendas y supermercados, ni siquiera en los niveles de
sodio.
“El agua es prácticamente la
misma, la diferencia podría estar en que la que sale de la
llave puede llevar bacterias, pero con hervirla o usar un filtro es
suficiente”, explicó.
Sobre las bebidas hidratantes indicó
que contienen electrolitos, por ello, se recomiendan para quienes
hacen ejercicio. Las latas energéticas, con base en cafeína,
no hacen más que mantener alerta a los consumidores, pero carecen
de vitaminas.
Hiponatremia
Halabe Cherem comentó que hay que
tener cuidado con la hiponatremia, baja de sal en el organismo, que
obedece a muchas causas y tiene distintas manifestaciones.
La pérdida primaria de sodio puede
ser por sudoración, a causa de quemaduras, vómito, diarreas,
sondas estomacales, fístulas que comunican el intestino con
la piel, diuréticos o enfermedades en los riñones.
También está el incremento
primario del agua, que provoca sufrimiento físico y náusea,
porque cualquier dolor puede provocar baja de sodio o alteraciones
metabólicas, como en enfermos de la tiroides o pacientes con
insuficiencia renal crónica.
El incremento primario del elemento referido
se observa en algunas enfermedades, como insuficiencia cardiaca; de
ahí que los pacientes muestren hinchazón en el cuerpo.
La enfermedad SIHAD, una secreción
inapropiada de hormona antidiurética producida en el hipotálamo
y almacenada en la hipófisis posterior, suele generar retención
de agua, que diluye el sodio.
Las causas pueden ser ingesta de medicamentos,
como casi todos los administrados por psiquiatras. También
se cuentan los tumores de colon, pulmón, estómago y
páncreas; traumatismos craneoencefálicos; infecciones
agudas como neumonía, y crónicas, como tuberculosis.
En consecuencia, Halabe Cherem recomienda detectar primero la causa
que produce la disminución y atenderla. La hiponatremia se
puede manifestar por causas neurológicas como cambios conductuales,
crisis convulsivas, hasta llegar al estado de coma, o por padecimientos
del aparato digestivo, como dolor abdominal, náusea y diarrea.
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