• Quienes lo presentan son apoyados
con fármacos y terapia psicológica, con pronóstico
favorable, informó Andrómeda Valencia Ortiz, responsable
del Centro de Servicios Psicológicos Guillermo Dávila,
de la FP
Las fobias específicas y sociales,
trastornos más comunes entre la población -según
la última Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica
en México, casi 12 de cada 100 entrevistados respondieron haber
padecido alguna en un momento de su vida-, hoy pueden ser apoyadas
de forma efectiva con la combinación de un tratamiento farmacológico
y atención psicológica, en particular con terapia cognitivo-conductual.
Así lo explicó Andrómeda
Valencia Ortiz, responsable del Centro de Servicios Psicológicos
Guillermo Dávila, de la Facultad de Psicología
(FP) de la UNAM, quien señaló que los casos severos
son atendidos por un médico psiquiatra, que orienta sus prescripciones
al control de los niveles de neurotransmisores. En tanto, el terapeuta
facilita al paciente estrategias para distinguir qué alternativas
son saludables para aminorar su ansiedad, informó.
El enfoque cognitivo-conductual implica que
los especialistas del comportamiento y de los procesos de pensamiento
conjuntan estrategias y técnicas para el aprendizaje de patrones
de conducta. A nivel internacional, esta fórmula presenta el
más alto nivel de efectividad, con respecto a otros tratamientos.
Ansiedad y control
Los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC)
tienen dos componentes fundamentales, el primero relacionado con las
ideas repetitivas y recurrentes, y el segundo, con el comportamiento,
explicó.
El individuo desarrolla pensamientos falsos
respecto a que si realiza ciertas actividades puede controlar su entorno,
como cerrar 10 veces una puerta para aminorar el temor de que un extraño
entre a su hogar, ejemplificó.
Esas actitudes se vinculan con situaciones
de estrés o ansiedad, provocadas por algún evento en
particular. Son consideradas un problema de salud mental; el sujeto
puede llegar a abandonar sus labores y responsabilidades cotidianas
y genera un malestar individual, familiar o social importantes.
“Un obsesivo sufre por no tener el
control y actúa en consecuencia, aunque esto implique faltar
a la escuela o al trabajo por dedicar tiempo a los rituales que establece
para disminuir su ansiedad”, abundó.
Las personas diagnosticadas con TOC pueden
ser atendidas de forma adecuada para mejorar su calidad de vida; además,
se apoya a los familiares del paciente, que no comprenden que alguien
pueda dedicar tiempo a los rituales que realiza para controlar su
temor, en detrimento de la convivencia con los seres queridos, destacó.
“Se le enseña al paciente a
permitir ciertas discrepancias entre sus ideas y lo que sucede en
su entorno. Si piensa que debe lavarse las manos, se le brindan herramientas
para que antes aminore la conducta, a fin de posibilitar un cambio
en su comportamiento y en sus pensamientos”, explicó.
Ansiedad y control
El aviador, cinta de Martin Scorsese
acerca de la vida de Howard Hughes, productor cinematográfico
y precursor de la aviación, presenta diversos episodios en
los que el personaje, abrumado por las circunstancias, se aísla
de las personas o lava sus manos de manera repetitiva, incluso hasta
lastimarse.
Valencia Ortiz subrayó que muchas personas presentan rasgos
de personalidad obsesiva, sin que ello signifique un problema de salud
mental. En cierto momento, son muy cuidadosas en tener su casa limpia,
ordenan sus prendas de vestir de acuerdo a ciertos patrones, son metódicos
en su trabajo, características que resultan positivas en su
vida diaria.
“Si se presenta malestar, incomodidad,
enojo o frustración por no tener el control sobre las situaciones,
es momento de reflexionar acerca de si hemos rebasado el límite”,
concluyó.
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