• Una nube de partículas
y campo magnético, conocida como Eyección de masa
coronal, salió del astro el pasado domingo, a una velocidad
de dos mil kilómetros por segundo; los primeros efectos se
sentirían esta tarde, en el momento en el que se encuentren
muy cerca de la Tierra
• La actividad es cíclica y cada 11 años presenta
un máximo de actividad; se espera que en los próximos
meses vaya en aumento, señaló Alejandro Lara, del
IGf de la UNAM
Las imágenes presentadas sobre el
monitoreo solar semejan una colisión de líquido naranja
como si se tratara de oleaje marítimo. Son gases incandescentes
que muestran una explosión solar, la más reciente, registrada
el pasado domingo.
“Estos fenómenos ocurren constantemente
en el sol; emiten una gran cantidad de luz, de emisión electromagnética,
en muchas longitudes de onda, es decir, pueden ser rayos X, ultravioleta,
infrarrojos, y/o nubes de partículas que se llaman eyecciones
de masa coronal”, explicó Alejandro Lara, del Instituto
de Geofísica (IGf) de la UNAM.
El experto universitario en Física
Solar, señaló que puede considerarse el más potente
del presente ciclo, pero no de los más emblemáticos
en la historia.
Afectaciones a la tecnología
El investigador del IGf, apuntó que
aún si la explosión se suscitó recientemente,
no puede determinarse la hora exacta en que llegarán sus efectos
a la Tierra, porque el margen de error es de hasta 12 horas.
“La explosión fue relativamente
grande y está acompañada de una eyección, que
salió del sol a dos mil kilómetros por segundo, y los
efectos no los sabremos hasta que se encuentre muy cerca de la Tierra”.
Lara añadió que ocasionalmente
afectan sistemas tecnológicos como las comunicaciones y las
líneas de transmisión de electricidad. Sin embargo,
por la configuración del campo magnético México
no se encuentra tan expuesto a estas perturbaciones por su cercanía
al ecuador, en contraste con las zonas cercanas a los polos,
“Pueden desplazar satélites
y, con ello, las antenas receptoras no los “encuentran”
por lo que se dificultan las señales, hasta que el aparato
es reposicionado. Cualquier servicio que utilice comunicación
por dicha vía, como telefonía, televisión de
paga e incluso Internet, sufrirían interrupciones por algunos
minutos”, alertó.
Asimismo, el académico universitario,
explicó que la atmósfera actúa como escudo ante
la radiación que sale de las explosiones.
“Emiten demasiada radiación
X, ultravioleta, hasta gama, pero ésta se queda atrapada en
la atmósfera alta; modifica la ionosfera, cambia sus características
y así, ya no es tan fácil, ni el egreso o ingreso de
señales electromagnéticas”, indicó.
Monitoreo solar
El Instituto de Geofísica de la UNAM
es la única institución en el país que cuenta
con radiotelescopios solares, que monitorean la actividad del máximo
astro.
“La actividad es cíclica. Cada
11 años presenta un máximo de movimiento y en este momento
llegamos a ese nivel. Esperamos que vaya en aumento en ritmo e intensidad”,
consideró Lara.
Estos fenómenos se estudian desde
hace más de 50 años; han mejorado los instrumentos con
que los se observan, “antes sólo lo podíamos observar
desde la Tierra con aparatos al piso, y ahora, desde satélites
con telescopios que tienen mejor resolución”.
“El actual ciclo es un poco anómalo,
porque el periodo mínimo de movimiento se extendió demasiado;
transcurrieron varios años sin este último; nos preocupaba,
aunque ahora la actividad ahora crece.
-o0o-