• Contar con datos confiables
y sistemáticos de calidad del aire y meteorología
en el país, así como propiciar un mayor desarrollo
de las ciencias respectivas en México, es la meta del proyecto
que encabeza el Centro de Ciencias de la Atmósfera
• En su primera etapa, tendrá al menos una estación
de medición en cada sede de la UNAM, con información
calibrada y homologada enfocada a la investigación y docencia,
dijo la directora del CCA, María Amparo Martínez Arroyo
Para impulsar la investigación y la
docencia en ciencias ambientales mediante la obtención y análisis
de datos atmosféricos generados en diversas zonas del país,
la UNAM construye la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos,
un amplio proyecto que busca responder, desde la ciencia, a los retos
del conocimiento en ese campo, y a problemas emergentes como la contaminación,
los eventos hidrometeorológicos extremos y el cambio climático.
“Hace varios años que en el
Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) nos preocupa contar
con información confiable y sistemática en calidad del
aire y meteorología, así como formar a nuevos investigadores
que aprendan el manejo del equipo y la validación e interpretación
de los datos”, explicó en entrevista María Amparo
Martínez Arroyo, directora de la entidad.
Con esa meta, encabeza el proyecto para generar, desde México,
información suficiente para el análisis científico,
que considere los diferentes factores que participan en las condiciones
atmosféricas de los variados ecosistemas del país.
A lo largo de su trayectoria, el CCA ha mantenido
una estrecha colaboración con instancias federales, estatales
y locales encargadas de esos temas (Servicio Meteorológico
Nacional, CENICA-INE, Red Automática de Monitoreo Atmosférico
en el DF y Estado de México, entre otras). Proporciona asesoría
científica para mejorar sus servicios y contribuir a la formación
de sus recursos humanos.
Desde el 2003, el centro coordina el Programa
de Estaciones Meteorológicas del Bachillerato Universitario
(PEMBU), que opera 14 estaciones distribuidas en los planteles de
la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y del Colegio de Ciencias y
Humanidades (CCH), además de dos en las estaciones Chamela
y Los Tuxtlas, del Instituto de Biología (IB), y una en las
instalaciones del CCA en Ciudad Universitaria.
La Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos
incluirá al menos una estación en cada sede foránea
de la UNAM, y se contempla el establecimiento de convenios con otras
instituciones de educación superior para buscar una mayor cobertura
en el territorio nacional.
“La idea es contar con elementos consistentes,
con los que se puedan también calibrar en Tierra los datos
satelitales, y crear un sistema de referencia que analice la atmósfera
de manera integral, con la consideración de sus interacciones
con la biósfera, la hidrósfera, la geósfera y
la sociedad”, resumió.
En la primera etapa, a concluirse en un periodo
de 12 a 15 meses, se hará un inventario de los equipos en las
diferentes sedes de esta casa de estudios, así como del personal
que se hará cargo de su funcionamiento, y se contactará
a los académicos que serán los usuarios en el corto
y mediano plazo. Se adquirirá el equipo necesario para complementar
las estaciones y conformar la red. En cada lugar se seleccionarán
los sitios para colocarlas y se harán calibraciones conjuntas
de los instrumentos.
El objetivo es que todas cuenten con los mismos instrumentos básicos,
como sensores de temperatura, humedad, velocidad y dirección
del viento, irradiancia, compuestos de azufre, nitrógeno, ozono
y otros gases de efecto invernadero, así como partículas
de diversos tamaños suspendidas en el aire.
Queremos homologar primero, y profundizar
después, la obtención de información en campo,
de acuerdo a las necesidades y capacidades de análisis en cada
sitio, destacó Martínez Arroyo. Además de sensores
atmosféricos y ambientales, en algunos casos se incluirán
muestreadores de polen y esporas, de humedad de suelo y de cantidad
y composición de la precipitación pluvial.
Esto permitirá desarrollar estudios
atmosféricos desde la perspectiva de distintas disciplinas,
como física, química, biología y matemáticas,
así como la utilización de datos en modelación
computacional.
La infraestructura más grande respecto
a tiempo y clima, con más tres mil estaciones, pertenece al
Sistema Meteorológico Nacional, adscrito a la Comisión
Nacional del Agua.
También tienen instalaciones de este
tipo la Comisión Nacional de Áreas Protegidas y otras
instancias de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat), así como varios agricultores independientes.
El Sistema Nacional de Calidad del Aire,
del Instituto Nacional de Ecología-SEMARNAT, así como
el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la zona metropolitana
del Valle de México, analizan la calidad del aire en diversas
ciudades del país, en colaboración con los gobiernos
estatales; sin embargo, la formación de profesionistas e investigadores
que atiendan estas áreas es insuficiente y desarticulada, reconoció
Martínez Arroyo.
“Queremos ampliar y profundizar las
mediciones, para que la infraestructura disponible, tanto de esta
casa de estudios como de otras instituciones que han mostrado su disposición
a participar en este proyecto, tengan la misma calidad y amplitud
de datos”, comentó.
La continuidad y calidad de información,
subrayó, ayudará a fomentar en México una cultura
de la atmósfera, mejorará y extenderá la docencia
e investigación ambiental integral, y acercará a los
jóvenes estudiantes a esta disciplina multidisciplinaria y
emergente a nivel mundial.
Con la creación de la red, que se
suma a la sismológica y la mareográfica, la Universidad
da un claro mensaje de la importancia de este campo y de su compromiso
con el desarrollo del conocimiento científico en temas cruciales
para la sociedad, consideró.
Si bien es un esfuerzo coordinado por el
CCA, representa una tarea que involucra a los universitarios desde
Ensenada hasta Puerto Morelos, que permitirá contar con este
sistema de medición articulada que se convertirá en
un elemento distintivo de la presencia de la UNAM en todo el país.
Además, al estar enfocada a la docencia
y a la investigación, enriquecerá los alcances de la
información generada por otras redes instrumentales existentes
en diversas regiones; con ello, se mostrará la conciencia que
tiene esta casa de estudios frente a los problemas ambientales y cambio
climático, concluyó.