• María Rosa Ávila
Costa, de la FES Iztacala, fue galardonada con el Premio Estatal
de Ciencia y Tecnología, que otorga el gobierno del Estado
de México
A través de un modelo único
en el mundo, un grupo de universitarios, encabezado por María
Rosa Ávila Costa, estudian los estragos de la enfermedad de
Parkinson en el Laboratorio de Neuromorfología de la Facultad
de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM.
"Después de comparar las diferencias
que registra el padecimiento entre sexos, y la eficacia de diferentes
fármacos, actualmente analizamos el daño bilateral en
ratas y ratones, lo que nos aproxima a las características
que éste presenta en el ser humano", explicó la
investigadora.
Tras ser expuestos a la inhalación
de dos compuestos de manganeso, los animales experimentales presentan
síntomas similares a pacientes diagnosticados con Parkinson.
Se les proporciona el tratamiento indicado y presentan mejoría.
Así, el diseño demuestra ser real y aplicable en la
investigación del padecimiento neurodegenerativo en humanos,
subrayó.
"El modelo que proponemos, además
de no requerir cirugía invasiva como los estudios más
utilizados desde hace medio siglo, determina un daño bilateral
y a través del tiempo, al igual que sucede con las personas",
consideró la responsable del Laboratorio de Neuroformología
de Iztacala.
En 2011, Parkinson's Disease, revista
especializada en el campo de modelos experimentales del padecimiento,
publicó los avances más recientes de la línea
de investigación de los universitarios.
Este año, la publicación incluirá
los avances de las indagaciones en ratas, abordados en el trabajo
del estudiante de doctorado en Psicología de la entidad multidisciplinaria,
Javier Sánchez Betancourt.
Además, la especialista colabora con
la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus
siglas en inglés), de Estados Unidos, en modelos transgénicos
de epilepsia en ratones, y con el neurocirujano epileptólogo
Jesús Machado, quien fuera su tutor de maestría, en
el estudio de tejido cerebral de pacientes que mueren por la enfermedad
referida.
Una vida en Iztacala
La trayectoria de la universitaria es un
buen ejemplo de serendipia, descubrimiento o hallazgo afortunado e
inesperado. En el bachillerato, se interesó por estudiar matemáticas,
decisión que evaluó al quedar fascinada con el sistema
nervioso. Con esta inquietud, se inscribió en la licenciatura
de Psicología.
En los jardines poblados por jacarandas de
la FES Iztacala, María Rosa Ávila Costa tuvo noticia,
al concluir sus estudios profesionales, de que la maestría
en Neurociencias se impartía en la instancia, y en 1989, por
primera vez, pisó el Laboratorio de Neuromorfología,
entonces dirigido por Jesús Machado.
“Me incorporé y comencé
la maestría. En el momento que estudiaba el doctorado, por
azares del destino recibí la propuesta de ser la responsable
del mismo, a la que accedí de inmediato”, recordó.
Durante sus cursos de posgrado en la Facultad
de Medicina, conoció a una compañera que tenía
el encargo de un trabajo sobre manganeso y su relación con
el sistema nervioso. “Al ayudarla, me interesé en el
tema, que consideré podría ser una línea de investigación
potencial. Ese fue el punto de arranque de nuestro modelo”,
compartió.
El galardón
Por sus aportaciones al avance de la investigación
científica y el desarrollo tecnológico del Estado de
México, María Rosa Ávila Costa fue reconocida
con el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología, en el área
de Ciencias de la Salud.
La investigadora es una de los tres universitarios
distinguidos con el galardón (siete en total, cinco en la modalidad
Ciencia y dos en Tecnología), instituido por el gobierno de
la entidad y que es entregado anualmente, desde 2004, a través
del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECYT).
-o0o-