• El profesor emérito
de la FES Cuautitlán obtuvo la distinción por favorecer
el desarrollo de la ganadería en México con sus investigaciones
Para Armando Shimada Miyasaka, la nutrición
animal es un tema que debe ser estudiado a profundidad y un aspecto
clave para el desarrollo del país, porque de ella depende la
producción alimentaria, industria vital para la supervivencia
humana, pero también una de las más contaminantes, pues
se sabe que los eructos y materia fecal de los rumiantes son una fuente
importante de metano, gas que favorece el efecto invernadero.
Por sus trabajos en esta área, el
profesor emérito de la Facultad de Estudios Superiores (FES)
Cuautitlán fue distinguido con el Reconocimiento al Mérito
Pecuario 2011, que otorga el comité organizador de la Reunión
de Investigación Pecuaria en México, encuentro nacional
que, año con año, reúne a los especialistas más
importantes del rubro.
La entrega tuvo lugar en el marco de las
Reuniones Nacionales de Investigación e Innovación Pecuaria,
Agrícola, Forestal y Acuícola-Pesquera, en el Poliforum
de la Ciudad de León, Guanajuato, donde también se entregaron
distinciones al Mérito Agrícola; Forestal, y Acuícola
y Pesquero.
El jurado destacó que la distinción
concedida a este médico veterinario zootecnista responde “a
su trayectoria y apoyo brindado al desarrollo de la ganadería
en México”, área en la que el académico
y su grupo de investigación han logrado avances tan importantes
como la identificación de plantas con efectos parasiticidas
en tierras de pastoreo, que funcionan como una alternativa natural
a los fármacos que usualmente se suministran a los animales.
“Esto, además de evitar la resistencia
de los parásitos a ciertos medicamentos tradicionales, es de
gran ayuda para los criadores, pues uno de los aspectos más
costosos de la ganadería tropical, en lo que a salud se refiere,
son los parasiticidas”.
Los intereses del también integrante
del SNI son variados, y lo mismo se ha dedicado a estudiar el aparato
digestivo de los atunes, que a proponer formas conservar la caña
de azúcar en forma de ensilaje, para que sirva de forraje al
ganado.
No obstante, sin importar los diversos proyectos
en los que actualmente colabora, siempre reserva parte de su tiempo
para impartir cátedra, una actividad que, dice, le resulta
vital.
“Es un aspecto que no quiero descuidar,
pues si un investigador no enseña, le falta algo, y lo mismo
podría señalarse de un docente que no investiga”.
Reconocimiento a la labor de una vida
El galardón al Mérito Pecuario
se entrega desde 2009 a especialistas con larga y reconocida trayectoria
profesional, a quienes se pueda reconocer en vida su aportación
al desarrollo rural y a la sociedad, en general.
A lo largo de ese tiempo, las contribuciones
de Shimada no sólo han tenido un impacto directo en el agro
mexicano, sino que han evolucionado, pues si sus primeras propuestas
se enfocaban a lo que la tradición veterinaria dicta. El académico
también incursionó en otras áreas y buscó
la colaboración de especialistas en diversas disciplinas para
estudiar diversos fenómenos a nivel tisular, celular y molecular.
Este afán de explorar distintos ámbitos lo ha llevado
a obtener no sólo reconocimientos como el del Mérito
Pecuario, sino a ser el primer médico veterinario zootecnista
con nombramiento de investigador nacional emérito por el SNI.
Shimada también se ha convertido en
un referente para la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán,
pues además de ser uno de los académicos más
reconocidos del plantel, fundó la primera maestría en
Ciencias de esa entidad, hecho que, entre muchos otros, le valió
la designación como primer profesor emérito de esa unidad
multidisciplinaria.
Ha participado en proyectos para mejorar
el aspecto de la grasa amarilla presente en la carne de vaca, y uno
de sus últimos trabajos se ha orientado a las formas para reducir
las cantidades de metano que arrojan los rumiantes a la atmósfera
y que agravan el problema del calentamiento global, pues después
del dióxido de carbono, este gas es el segundo propiciador
del fenómeno.
Al respecto, ha propuesto desarrollar, en
el laboratorio, cultivos de bacterias y fármacos para que los
animales sean más eficientes y con ello produzcan menos contaminantes.
Para el científico, es cuestión,
además, de modificar ciertas condiciones, “pues los animales
que sólo comen pasto lo producen más, y los que ingieren
granos, generan menos metano”.
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