• Es el monitoreo de patrones
cerebrales asociados a diferentes estados de conciencia, explicó
Luz María Álvarez, de la Facultad de Medicina de la
UNAM
• Es una técnica no invasiva, computarizada, estimulante
e interactiva, que mediante estímulos visuales y auditivos,
ayuda al cerebro a mejorar su funcionamiento
• También, es factible trabajar la depresión,
problemas de alimentación y autismo, entre otros padecimientos
En las últimas décadas, la
modernización, las modificaciones en los estilos de vida de
la sociedad y la inseguridad, han provocado el incremento de padecimientos
como depresión, ansiedad, insomnio y estrés postraumático.
Para contrarrestar esa problemática,
la técnica neurofeedback se ha convertido en una alternativa;
no es invasiva, es computarizada, estimulante y totalmente interactiva,
y mediante reforzamientos externos positivos (estímulos visuales
y auditivos) ayuda al cerebro a mejorar su funcionamiento.
Luz María Álvarez, académica
y coordinadora de la Investigación en Psicología de
la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explicó que se trata
del monitoreo de patrones cerebrales asociados a diferentes estados
de conciencia; esta última es como “darse cuenta”,
y los patrones indican si el individuo está atento a estímulos
del ambiente, o relajado.
Se aplica en los casos que se produce disregulación neuronal,
e incluye el espectro ansiedad-depresión, déficit de
atención, trastornos conductuales, desórdenes del sueño,
dolores de cabeza y migrañas, dolor crónico, síndrome
premenstrual y alteraciones emocionales. También, ayuda en
algunos casos en la rehabilitación de espectro autista y parálisis
cerebral.
El procedimiento, explicó, consiste
en colocar sensores en el cuero cabelludo para medir la actividad
eléctrica cerebral. Posteriormente, se procesa la señal
en el equipo y se obtiene información sobre el funcionamiento.
Se puede observar a través de un monitor qué parte de
ese órgano presenta irregularidades; a continuación,
se muestra el flujo al paciente y éste intenta cambiar el nivel
respectivo.
Así, a quien tiene problemas de atención
se le colocan los sensores en el área donde se encuentra esa
función, y el individuo es capaz de mejorarla, ejemplificó.
Esta técnica se aplica, entre otros,
para superar el insomnio, la depresión, problemas de atención,
hiperactividad y estrés postraumático. Para ello, abundó,
se colocan sensores en el lugar de la corteza cerebral donde se busca
mejorar la actividad, y la computadora tiene instalado un programa
que retroalimenta al paciente con estímulos visuales y auditivos
si se tiene la función deseada.
Álvarez mencionó que en el
caso de la ansiedad es necesario bajar la frecuencia de la actividad
cerebral; entonces, si se pretende que el paciente ponga atención,
tendrá que subirla.
Se trata de pequeños sensores de oro,
que conducen y detectan la actividad eléctrica cerebral. Se
limpia el área a estudiar, se coloca el sensor, como si fuera
un electroencefalograma, pero sólo en el área a estimular
o fortalecer, y el equipo provee la información y determina
si está baja y no llega al umbral que se requiere; inmediatamente,
la persona realiza una actividad mental para aumentarla.
El equipo de neurofeedback de la
FM tiene seis secciones con dibujos; el paciente, por medio del cerebro,
mueve una especie de flecha y al llegar a la cajita adecuada, el objetivo
se cumple.
También, puede mover un carrito, y
si la actividad no es la esperada, se detiene; entonces, el individuo
debe buscar qué tipo de pensamientos provocaría el movimiento.
“Se puede ayudar y aconsejarle que piense en un problema matemático
o en la letra del himno nacional, pero el software lo lleva, poco
a poco”.
En la UNAM, desde 1999
También sirve para el tratamiento
del trastorno obsesivo compulsivo, distintos dolores como el premenstrual,
y el tratamiento de trastorno por déficit de atención.
En algunos casos, el niño que padece
autismo tiene un patrón cerebral muy bajo, que se estimula
y se puede trabajar para que mejore su lenguaje. Asimismo, es factible
tratar problemas de alimentación.
El beneficio que se logra con esta herramienta
no es temporal; existen estudios que detallan que los cambios continúan,
porque la persona aprende qué debe hacer.
En la UNAM, desde 1999 se trabaja con neurofeedback.
La FM comenzó con un equipo muy rudimentario, comparado con
el que hoy tiene. Aquí se brinda servicio a alumnos, especialmente
para investigación, y para los pacientes del Departamento de
Psiquiatría y Salud Mental de la entidad.
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